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La sonda europea Juice: rumbo a las lunas heladas de Júpiter en un viaje histórico

La sonda europea Juice: rumbo a las lunas heladas de Júpiter en un viaje histórico

La exploración del sistema solar exterior vive una nueva era gracias a la misión Juice (Jupiter Icy Moons Explorer) de la Agencia Espacial Europea (ESA), que despega como una de las grandes apuestas científicas de la década. Lanzada en abril de 2023 desde la Guayana Francesa, la nave europea se encuentra embarcada en un periplo de ocho años que culminará en 2031 con su llegada a Júpiter, el gigante gaseoso que domina el vecindario exterior de nuestro sistema solar.

Juice no es una sonda interplanetaria cualquiera, sino la primera misión europea dedicada a explorar de cerca las grandes lunas heladas de Júpiter, en particular Ganimedes, Europa y Calisto. Estos satélites suscitan desde hace décadas un enorme interés científico por la posibilidad de albergar océanos subterráneos bajo sus cortezas de hielo, lo que los convierte en algunos de los candidatos más prometedores para la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

La odisea tecnológica de Juice

El reto de viajar hasta Júpiter no es menor. Después de su lanzamiento sobre un cohete Ariane 5, Juice debe realizar varias maniobras de asistencia gravitatoria, o “flybys”, utilizando la gravedad de la Tierra, la Luna y Venus para ganar velocidad y modificar su trayectoria. Esta compleja danza celeste permite a la nave, que pesa cerca de seis toneladas, ahorrar combustible y energía en el camino. En total, recorrerá casi 900 millones de kilómetros hasta alcanzar su destino.

Durante su largo viaje, Juice atraviesa el espacio profundo expuesta a intensas radiaciones y temperaturas extremas. Por ello, la nave está equipada con un sofisticado escudo protector y grandes paneles solares capaces de generar electricidad incluso a la enorme distancia a la que se encuentra Júpiter del Sol, unas cinco veces más lejos que la Tierra.

Tecnología punta europea para desvelar los secretos jovianos

Juice transporta a bordo diez instrumentos científicos de última generación, desarrollados por equipos de toda Europa y con colaboración internacional. Entre ellos destacan cámaras de alta resolución, espectrómetros para analizar la composición química de las superficies y atmósferas de las lunas, un radar capaz de penetrar el hielo y un magnetómetro para estudiar los campos magnéticos.

El principal objetivo de Juice es estudiar las condiciones que podrían hacer posible la existencia de vida en los océanos subterráneos de Ganimedes, Europa y Calisto. Se trata de ambientes que podrían albergar agua líquida en contacto con el lecho rocoso, una combinación que en la Tierra es un caldo de cultivo para formas de vida.

Además, la misión cartografiará con gran detalle la superficie de las lunas para entender sus procesos geológicos y la historia de su formación, analizará su atmósfera y estudiará la interacción de estos satélites con el potente campo magnético de Júpiter. En particular, Juice será la primera nave en orbitar una luna del sistema solar exterior, ya que tras su paso por Europa y Calisto, en 2034 entrará en órbita alrededor de Ganimedes.

Un hito para la exploración europea y una carrera internacional

Juice se inscribe en una tradición de exploración planetaria que cuenta con hitos como las sondas Galileo (NASA, 1995-2003) o Juno (NASA, activa desde 2016), pero supone para Europa un salto cualitativo como actor independiente en la exploración del sistema solar exterior. La misión ha contado con la colaboración de la NASA, la agencia japonesa JAXA y la israelí ISA, que han contribuido con instrumentos y hardware.

Mientras la ESA se centra en las lunas heladas, la NASA prepara la misión Europa Clipper, que despegará en 2024 y llegará a Júpiter en 2030 para estudiar en detalle la luna Europa. Ambas misiones serán complementarias y podrían arrojar luz sobre la habitabilidad de estos mundos y la posible existencia de vida más allá de la Tierra.

El impulso privado y el futuro de la exploración

En paralelo al avance de las agencias públicas, las empresas privadas del sector espacial, como SpaceX y Blue Origin, siguen revolucionando el acceso al espacio con lanzadores reutilizables y nuevas tecnologías que abaratan costes y abren la puerta a futuras misiones interplanetarias. Mientras, compañías como Virgin Galactic exploran el turismo suborbital y la joven PLD Space, con sede en Elche, avanza en el desarrollo de lanzadores reutilizables para cargas pequeñas, marcando el auge de la industria espacial europea.

El descubrimiento de exoplanetas en la última década —muchos de ellos potencialmente habitables— y el avance de telescopios espaciales como el James Webb, amplían el campo de la astrobiología y dan aún más valor a misiones como Juice, que buscan en nuestro propio sistema solar pistas sobre la universalidad de la vida.

Juice representa así el espíritu pionero y la ambición científica de la ESA, y su viaje hacia las lunas heladas de Júpiter podría ser clave para responder a una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? El resultado de esta misión marcará un antes y un después en la exploración planetaria europea y mundial.

(Fuente: ESA)