Prótesis de pierna supera con éxito pruebas pioneras en microgravedad en vuelos parabólicos de la ESA

En un hito para la investigación biomédica y la tecnología aeroespacial, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha llevado a cabo la primera evaluación funcional de una prótesis de miembro inferior en condiciones de microgravedad. El experimento se realizó a bordo del avión ‘Zero G’ durante la última campaña de vuelos parabólicos, abriendo nuevas perspectivas para la adaptación de dispositivos protésicos en entornos espaciales y la mejora de la calidad de vida de los futuros astronautas y pacientes terrestres.
El desafío de la microgravedad
Hasta la fecha, la mayoría de los estudios y desarrollos de prótesis de extremidades inferiores se han centrado en su funcionamiento bajo las condiciones gravitatorias estándar de la Tierra. Sin embargo, los entornos de microgravedad, como los que se experimentan en la Estación Espacial Internacional (ISS) o durante misiones de exploración lunar y marciana, presentan desafíos biomecánicos completamente diferentes. En ausencia de la fuerza gravitatoria, los patrones de movimiento, equilibrio y carga sobre las extremidades cambian radicalmente, lo que puede afectar tanto la movilidad como la seguridad de los usuarios de prótesis.
Por este motivo, la ESA decidió aprovechar su campaña anual de vuelos parabólicos —una técnica que permite simular la ingravidez en trayectos breves de unos 20 segundos— para evaluar, por primera vez, el comportamiento de una prótesis de pierna en estas condiciones extremas.
Vuelos parabólicos: un laboratorio de gravedad variable
El avión ‘Zero G’, un Airbus A310 especialmente modificado, realiza trayectorias parabólicas que alternan entre fases de gravedad terrestre, microgravedad y hasta 1,8 veces la gravedad normal. Durante cada parábola, los investigadores disponen de una ventana de aproximadamente 20 segundos para realizar experimentos en microgravedad, seguidos de periodos de hipergravedad y recuperación.
En este contexto, el equipo científico equipó a un voluntario amputado con una prótesis de última generación, dotada de sensores de presión, acelerómetros y un sistema de ajuste adaptativo. El objetivo era medir cómo se modifican parámetros clave como la estabilidad, el control motor y la percepción del peso en ausencia de gravedad.
Resultados preliminares y aplicaciones futuras
Durante las distintas parábolas, el voluntario realizó movimientos controlados de marcha simulada, equilibrio y transferencia de peso, mientras se monitorizaban tanto las fuerzas ejercidas en la prótesis como la actividad muscular residual. Los resultados iniciales indican que la prótesis mantuvo su funcionalidad básica bajo microgravedad, aunque se observaron adaptaciones posturales y una reducción significativa de las fuerzas de reacción en el suelo.
Estos datos suponen un avance crucial, ya que hasta ahora se desconocía cómo reaccionarían los sistemas protésicos modernos en el espacio. En misiones de larga duración, los astronautas pueden enfrentarse a la pérdida de masa ósea y muscular, y una prótesis adaptada a microgravedad podría facilitar la rehabilitación y la movilidad de tripulantes con discapacidad o lesiones.
Innovación tecnológica y colaboración internacional
Este logro es fruto de la colaboración entre la ESA, empresas europeas de tecnología médica y centros de investigación en biomecánica. El experimento no solo sienta las bases para el diseño de futuras prótesis espaciales, sino que también ofrece información valiosa para mejorar los dispositivos terrestres, especialmente para pacientes que deben enfrentarse a entornos con baja gravedad artificial, como en terapias de rehabilitación con soporte de peso corporal.
Además, la ESA prevé que las lecciones aprendidas contribuirán al desarrollo de exoesqueletos y otras tecnologías de asistencia para la exploración planetaria, donde la gravedad puede variar considerablemente respecto a la terrestre.
Un paso más hacia la inclusión en el espacio
La inclusión de personas con discapacidad en el ámbito de las misiones espaciales es un objetivo cada vez más presente en la agenda de las agencias internacionales. Ensayos como este demuestran que es posible adaptar la tecnología médica a los retos del espacio, allanando el camino para una mayor diversidad y accesibilidad en la exploración del cosmos.
Con este innovador experimento, la ESA reafirma su compromiso con la investigación multidisciplinar y el desarrollo de soluciones que benefician tanto a la sociedad terrestre como a la futura humanidad interplanetaria.
(Fuente: ESA)

 
							 
							