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Redwire desarrolla un satélite revolucionario para operar en la órbita terrestre más baja

Redwire desarrolla un satélite revolucionario para operar en la órbita terrestre más baja

La carrera por conquistar las órbitas más próximas a la superficie terrestre ha dado un nuevo paso adelante. La empresa estadounidense Redwire ha conseguido un contrato de 44 millones de dólares otorgado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) de Estados Unidos para construir un satélite pionero, capaz de sobrevivir y maniobrar en las zonas de la órbita terrestre baja (LEO) donde la resistencia atmosférica es tan intensa que, hasta ahora, se consideraba un entorno casi prohibido para las misiones espaciales de larga duración.

Este innovador proyecto se enmarca dentro del programa «Otter» de DARPA, cuyo objetivo es validar una nueva generación de naves espaciales «air-breathing», es decir, equipadas con sistemas de propulsión que utilizan el propio oxígeno atmosférico como comburente, en lugar de depender únicamente de los limitados suministros a bordo. Esto permitiría que los satélites operen de forma más eficiente y prolongada en las capas más densas de la atmósfera, situadas entre los 150 y 300 kilómetros de altitud, conocidas como Very Low Earth Orbit (VLEO).

El desafío técnico de la VLEO radica en la fuerte fricción que la atmósfera terrestre ejerce sobre cualquier objeto en esa región. Los satélites convencionales en LEO suelen orbitar entre los 400 y 2.000 kilómetros de altitud, donde el rozamiento es considerablemente menor. A alturas por debajo de los 300 kilómetros, el arrastre atmosférico provoca una rápida pérdida de velocidad y altura, llevando a la reentrada y destrucción de las naves en cuestión de días o semanas. Por eso, las operaciones sostenidas en VLEO requieren tecnologías avanzadas de propulsión y materiales capaces de soportar el desgaste extremo.

El satélite de Redwire supondrá un salto cualitativo en este campo. El contrato establece la construcción y demostración de un prototipo funcional, que integrará sistemas de propulsión air-breathing basados en motores eléctricos que capturan y utilizan el oxígeno del entorno como parte de su combustible. Esto reduce significativamente la masa y el volumen necesarios para el almacenamiento de propelente, permitiendo una mayor flexibilidad en el diseño y la misión.

El interés de DARPA en la VLEO no es casual. Operar en estas órbitas confiere ventajas estratégicas: la cercanía a la Tierra mejora la resolución de los sensores de observación, reduce los tiempos de latencia en las comunicaciones y dificulta la detección y seguimiento de los satélites por parte de sistemas adversarios. Sin embargo, la hostilidad del entorno ha mantenido a la mayoría de los operadores espaciales alejados de estas regiones, reservándolas casi exclusivamente para misiones de corta duración, como la reentrada controlada de naves tripuladas (por ejemplo, la Crew Dragon de SpaceX o la cápsula Starliner de Boeing bajo contrato con la NASA).

A nivel internacional, la exploración de la VLEO está captando el interés de otras agencias y empresas. La propia NASA ha financiado investigaciones sobre propulsión air-breathing, mientras que la Agencia Espacial Europea (ESA) y compañías emergentes como PLD Space en España, conocida por su lanzador MIURA 1, estudian aplicaciones de órbitas bajas para nuevas generaciones de satélites y vuelos suborbitales.

El avance de Redwire se suma a la ola de innovación que está transformando el sector espacial privado. Empresas como SpaceX continúan expandiendo la megaconstelación Starlink, acercando cada vez más sus satélites a la superficie terrestre para mejorar la conectividad global. Por su parte, Blue Origin y Virgin Galactic exploran el turismo espacial en los límites de la atmósfera, mientras que la búsqueda de exoplanetas y el envío de sondas a destinos interplanetarios siguen marcando hitos para la NASA y otras agencias públicas y privadas.

En el contexto español, PLD Space ha destacado recientemente por su exitoso lanzamiento del cohete MIURA 1, consolidando a España como actor relevante en el acceso al espacio y abriendo la puerta a futuras misiones en rangos de altitud hasta ahora poco explorados por la industria europea.

El desarrollo del satélite air-breathing de Redwire podría cambiar las reglas del juego para las operaciones en VLEO, permitiendo misiones de vigilancia, comunicaciones o investigación científica en una franja de la atmósfera hasta ahora reservada a breves incursiones. Si la demostración resulta exitosa, es probable que veamos una nueva generación de plataformas espaciales capaces de aprovechar las ventajas únicas de esta región, marcando el inicio de una nueva era en la explotación del entorno más cercano a la Tierra.

El futuro de la exploración orbital se acerca cada vez más a nuestro planeta, y la tecnología desarrollada por Redwire bajo el paraguas de DARPA podría ser la llave que abra definitivamente las puertas a la Very Low Earth Orbit. (Fuente: SpaceNews)