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Sentinel-1D: El nuevo ojo radar de Europa listo para volar a bordo del Ariane 6

Sentinel-1D: El nuevo ojo radar de Europa listo para volar a bordo del Ariane 6

La constelación europea de satélites Sentinel-1 está a punto de dar un salto cualitativo con el inminente lanzamiento de su cuarto componente, el Sentinel-1D. Este satélite de observación terrestre, diseñado para reforzar y ampliar la capacidad de vigilancia radar de la misión Copernicus, ya se encuentra preparado en el Centro Espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, a la espera de ser lanzado a bordo del esperado cohete Ariane 6. La operación está programada para el martes 4 de noviembre a las 22:03 hora peninsular española (18:03 en Kourou), y podrá seguirse en directo a través de los canales oficiales de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La llegada del Sentinel-1D supone un importante relevo y refuerzo para la flota Sentinel-1, una de las piedras angulares del programa Copernicus, la iniciativa europea para monitorizar el medio ambiente terrestre, marino y atmosférico. Desde el primer lanzamiento en 2014, estos satélites han proporcionado datos radar de apertura sintética (SAR) de alta resolución, fundamentales para la gestión de desastres naturales, la agricultura, la seguridad marítima y la vigilancia del hielo polar.

El Sentinel-1D, como sus predecesores, está equipado con una avanzada antena radar de 12 metros de longitud, capaz de penetrar nubes y operar tanto de día como de noche, lo que garantiza observaciones continuas independientemente de las condiciones meteorológicas. Esta capacidad resulta vital, por ejemplo, para detectar vertidos de petróleo en el mar, mapear inundaciones o monitorizar desplazamientos milimétricos de terreno que pueden anticipar terremotos o corrimientos de tierra.

El nuevo satélite reemplazará al Sentinel-1B, que sufrió una avería en 2022 y tuvo que ser retirado, dejando a la constelación con una capacidad reducida. El Sentinel-1D permitirá recuperar la frecuencia de revisita de seis días sobre cualquier punto del planeta, un factor clave para aplicaciones que requieren información actualizada y precisa.

El lanzamiento del Sentinel-1D es especialmente simbólico porque supone la primera misión Copernicus en volar a bordo del Ariane 6, el nuevo lanzador pesado europeo desarrollado por la ESA y la agencia espacial francesa CNES, en colaboración con la industria aeroespacial europea. El Ariane 6 está llamado a convertirse en el principal vector de acceso europeo al espacio en la próxima década, compitiendo en el mercado global con los Falcon 9 de SpaceX, los New Glenn de Blue Origin y otras soluciones privadas y estatales. Su desarrollo ha estado marcado por retos técnicos y retrasos, pero su entrada en servicio se considera fundamental para asegurar la autonomía estratégica de Europa en el acceso al espacio.

Mientras empresas como SpaceX continúan batiendo récords de lanzamientos y reutilización de cohetes, y Blue Origin prepara misiones tripuladas y carga pesada con el New Glenn, Europa apuesta por la fiabilidad y la capacidad de adaptación del Ariane 6. Frente a la competencia estadounidense y el auge de proyectos privados, la ESA y sus socios buscan consolidar un ecosistema propio que garantice no solo el lanzamiento de satélites institucionales, sino también de iniciativas comerciales, científicas y tecnológicas.

En paralelo, la constelación Copernicus sigue consolidándose como una de las infraestructuras de observación de la Tierra más completas y avanzadas del mundo. Más allá del Sentinel-1, el programa abarca misiones dedicadas a la monitorización óptica (Sentinel-2), el estudio de los océanos (Sentinel-3), la vigilancia atmosférica (Sentinel-5P) y futuras misiones centradas en el cambio climático y la biodiversidad. Los datos generados son de acceso libre y gratuito, permitiendo a investigadores, gobiernos y empresas desarrollar soluciones innovadoras en ámbitos como la gestión de recursos hídricos, la planificación urbana sostenible, la lucha contra la deforestación o la respuesta a emergencias.

Con el inminente vuelo del Sentinel-1D, el programa Copernicus refuerza su capacidad estratégica en un contexto global marcado por la creciente competencia espacial. Mientras Estados Unidos acelera su retorno a la Luna con el programa Artemis de la NASA, China y la India redoblan sus esfuerzos en exploración y acceso comercial al espacio, y empresas como Virgin Galactic exploran el turismo suborbital, Europa reafirma su compromiso con la observación de la Tierra y la sostenibilidad planetaria.

El lanzamiento del Sentinel-1D será un hito no solo para la ESA, sino para toda la comunidad científica y tecnológica europea, que contará con una herramienta aún más potente para comprender y proteger nuestro cambiante planeta. (Fuente: ESA)