Space39a

Noticias del espacio

Space39a

Noticias del espacio

ESA

Solar Orbiter revela por primera vez los polos solares desde fuera del plano eclíptico

Solar Orbiter revela por primera vez los polos solares desde fuera del plano eclíptico

El conocimiento sobre el Sol y sus complejos mecanismos da un paso trascendental gracias a la misión Solar Orbiter, liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA). Recientemente, la nave ha logrado situarse en una órbita inclinada inédita, permitiéndole obtener imágenes sin precedentes de los polos solares desde fuera del plano eclíptico, el mismo en el que orbitan la Tierra y la mayoría de los planetas del Sistema Solar. Este avance marca un antes y un después en la observación de nuestra estrella y promete revolucionar nuestra comprensión de su magnetismo, los ciclos solares y la meteorología espacial.

Un hito en la historia de la exploración solar

Hasta la fecha, el estudio de los polos solares había estado notablemente limitado por la perspectiva de las sondas y telescopios terrestres. La mayoría de las misiones previas, incluidas las estadounidenses de la NASA y las colaboraciones internacionales, han orbitado alrededor del Sol en el mismo plano que la Tierra, lo que imposibilitaba una visión directa de las regiones polares. Sin embargo, Solar Orbiter ha ejecutado maniobras de asistencia gravitatoria, principalmente con Venus, para ir modificando progresivamente la inclinación de su órbita y, de este modo, acceder a esas latitudes extremas.

El interés científico en los polos solares radica en su papel fundamental en la generación y evolución del campo magnético solar, elemento esencial para comprender los ciclos de actividad de la estrella y predecir fenómenos como las tormentas solares que pueden afectar a satélites, redes eléctricas y comunicaciones en la Tierra.

Tecnología punta al servicio de la ciencia solar

Solar Orbiter, lanzada en febrero de 2020 a bordo de un cohete Atlas V desde Cabo Cañaveral, es una de las misiones más complejas y ambiciosas jamás emprendidas para el estudio del Sol. La nave cuenta con un conjunto de diez instrumentos científicos de última generación, desarrollados en colaboración con la NASA y diversas instituciones europeas. Entre ellos destacan cámaras de alta resolución capaces de soportar temperaturas extremas, espectrómetros ultravioleta, magnetómetros y detectores de partículas.

La clave del éxito de esta misión ha sido la utilización de maniobras de asistencia gravitacional con Venus, que han ido inclinando la órbita de Solar Orbiter hasta permitir una visión oblicua y, finalmente, polar. Este tipo de trayectorias ya habían sido exploradas por anteriores misiones pioneras, como la sonda Ulysses (lanzada en 1990 por NASA y ESA), aunque en aquel caso no se disponía de cámaras para obtener imágenes detalladas de los polos.

Descubrimientos que cambiarán la meteorología espacial

Las primeras imágenes enviadas por Solar Orbiter desde su nueva perspectiva ya están aportando datos valiosísimos. Por primera vez, los científicos pueden observar en detalle las estructuras magnéticas y los comportamientos dinámicos en los polos solares. Este conocimiento es esencial para entender cómo se generan y evolucionan los campos magnéticos globales del Sol, responsables de fenómenos como las manchas solares, las erupciones y el viento solar.

La comprensión de estos procesos es vital para anticipar la llegada de tormentas solares a la Tierra, un aspecto cada vez más crítico debido a la creciente dependencia de satélites y sistemas tecnológicos vulnerables a la actividad solar. Los datos recabados permitirán mejorar notablemente los modelos de predicción de la meteorología espacial y dar un salto cualitativo en la protección de infraestructuras terrestres y espaciales.

Un contexto de exploración internacional

La misión Solar Orbiter se enmarca en un contexto de intensa colaboración internacional, en el que agencias como la NASA también están impulsando proyectos clave, como el Parker Solar Probe, que bate récords de acercamiento al Sol. Paralelamente, empresas privadas como SpaceX y Blue Origin están colaborando en el lanzamiento y mantenimiento de satélites científicos, mientras que la NASA y la ESA siguen liderando los estudios sobre exoplanetas y la búsqueda de vida fuera del Sistema Solar.

En España, la compañía PLD Space avanza en el desarrollo de cohetes reutilizables, y Virgin Galactic está trabajando en el turismo suborbital, demostrando la pujanza de la iniciativa privada en la nueva era espacial. Todas estas iniciativas confluyen en un objetivo común: ampliar el conocimiento sobre nuestro entorno espacial y garantizar la seguridad y el progreso tecnológico.

Un nuevo horizonte para la física solar

Con Solar Orbiter, la ciencia solar entra en una nueva era. La capacidad de observar los polos solares directamente permitirá responder preguntas fundamentales sobre el ciclo magnético, el origen de las tormentas solares y la dinámica de la heliosfera. Los datos obtenidos marcarán el rumbo de la investigación durante la próxima década y sentarán las bases para futuras misiones tanto públicas como privadas.

En definitiva, el éxito de Solar Orbiter no solo representa un hito técnico y científico para la ESA, sino que abre la puerta a una mejor gestión de los riesgos asociados al clima espacial y a una comprensión más profunda de la estrella que da vida a nuestro planeta.

(Fuente: ESA)