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Webb desvela los secretos de un disco protoplanetario en la región de Tauro

Webb desvela los secretos de un disco protoplanetario en la región de Tauro

El Telescopio Espacial James Webb, fruto de la colaboración internacional entre la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), continúa ampliando las fronteras de nuestro conocimiento sobre la formación planetaria. En su última imagen destacada, el telescopio ha capturado con un detalle sin precedentes el disco protoplanetario IRAS 04302+2247, ubicado a unos 525 años luz de la Tierra, en el corazón de una nube oscura dentro de la región de formación estelar de Tauro.

Este sistema, conocido entre los astrónomos como el «disco de mariposa» por su morfología característica, constituye uno de los mejores laboratorios naturales para investigar cómo surgen los planetas a partir del polvo y el gas interestelar. Hasta la llegada del Webb, los datos sobre las primeras fases de formación planetaria eran limitados por la resolución y sensibilidad de los instrumentos anteriores, como el Telescopio Espacial Hubble o el observatorio ALMA. Ahora, gracias a la avanzada instrumentación infrarroja del Webb, los científicos pueden desentrañar las propiedades de los granos de polvo y seguir su evolución desde diminutas partículas hasta embriones planetarios.

La imagen obtenida por el Webb revela estructuras nunca vistas: el disco aparece atravesado por una densa franja oscura, compuesta por polvo que bloquea la luz de la estrella central, y enmarcado por cavidades brillantes, resultado de la dispersión de la luz estelar sobre los bordes del disco. Este patrón de dispersión y absorción no solo es visualmente espectacular, sino que ofrece a los investigadores una valiosa oportunidad para analizar la composición, tamaño y distribución de los granos de polvo. Desde el punto de vista técnico, el Webb explota sus capacidades en el rango infrarrojo medio para penetrar las densas nubes de gas y polvo que ocultan los discos protoplanetarios a los telescopios ópticos convencionales.

La región de Tauro, donde se encuentra IRAS 04302+2247, es uno de los viveros estelares más estudiados de la galaxia. En ella, decenas de estrellas jóvenes se agrupan en un entorno rico en moléculas complejas, lo que la convierte en un escenario clave para descifrar los mecanismos de formación planetaria. Los discos protoplanetarios como el observado por Webb son estructuras efímeras, con una vida útil de apenas unos pocos millones de años, durante la cual el polvo y el gas colapsan para dar lugar a planetas, asteroides y cometas. Comprender cómo crecen y evolucionan los granos de polvo en estos discos es esencial para explicar la diversidad de sistemas planetarios observados, tanto dentro como fuera del Sistema Solar.

El estudio detallado de IRAS 04302+2247 permitirá a los astrónomos refinar los modelos teóricos de acreción planetaria. Los datos recogidos por Webb proporcionarán información sobre la composición química del polvo, su tamaño y cómo interactúa con el entorno circundante. Este tipo de análisis es fundamental para comprender por qué algunos discos forman gigantes gaseosos como Júpiter, mientras que otros dan lugar a mundos rocosos similares a la Tierra. Además, la comparación de estos sistemas jóvenes con los exoplanetas ya identificados por misiones como Kepler o TESS contribuirá a esclarecer el proceso evolutivo de los sistemas planetarios.

La capacidad del Webb para observar en el infrarrojo también abre la puerta a la detección de moléculas orgánicas complejas, consideradas precursoras de la vida. De hecho, uno de los objetivos principales del telescopio es investigar la presencia de compuestos como agua, metano y dióxido de carbono en los discos protoplanetarios, con el fin de evaluar el potencial habitabilidad de los mundos que se están formando.

En el panorama internacional, la exploración de discos protoplanetarios y la búsqueda de exoplanetas sigue siendo un campo de intensa competencia y colaboración. Mientras SpaceX y Blue Origin se concentran en el desarrollo de cohetes reutilizables y el acceso comercial al espacio, la NASA y la ESA apuestan por misiones científicas de vanguardia como el Webb o la futura misión ARIEL, destinada a analizar atmósferas de exoplanetas. En España, la empresa PLD Space avanza en la consolidación de su lanzador Miura 5, mientras Virgin Galactic continúa sus vuelos suborbitales para turismo espacial, aunque todavía lejos de la capacidad de observación científica del Webb.

El Telescopio Espacial James Webb, con su visión penetrante y su capacidad para captar los procesos más esquivos del cosmos, está revolucionando nuestra comprensión de los orígenes planetarios. Cada nueva imagen, como la de IRAS 04302+2247, acerca a la humanidad un paso más al objetivo de desvelar cómo surgen los mundos y, quizás, de responder a la eterna pregunta sobre la existencia de vida más allá de la Tierra.

(Fuente: ESA)