Un exoplaneta gigante retratado orbitando dos soles recuerda a Tatooine y bate récords de proximidad

En un avance significativo para la astronomía moderna, un equipo internacional de científicos ha logrado obtener una imagen directa de un exoplaneta gigante orbitando no una, sino dos estrellas, en una configuración que evoca inevitablemente al mítico planeta Tatooine de la saga Star Wars. Este descubrimiento, realizado gracias a datos de archivo del instrumento Gemini Planet Imager (GPI), revela el planeta más cercano a sus «soles gemelos» jamás fotografiado en un sistema binario, lo que abre nuevas puertas al estudio de mundos circumbinarios y a la comprensión de la formación planetaria en entornos extremos.
El exoplaneta, aún sin nombre oficial pero designado provisionalmente en los catálogos astronómicos, se encuentra en la asociación estelar Escorpio-Centauro, una región rica en estrellas jóvenes situada a unos 400 años luz de la Tierra. Lo que hace particularmente excepcional este hallazgo es que el planeta orbita una estrella doble espectroscópica, es decir, dos astros tan próximos que sólo pueden distinguirse mediante el análisis detallado de sus espectros de luz. Este tipo de sistemas binarios presenta condiciones muy diferentes a los sistemas solares de estrella única como el nuestro, desafiando los modelos clásicos de formación planetaria.
La joya de este descubrimiento es la técnica empleada para localizar el planeta: el análisis retrospectivo de datos tomados hace casi una década por el GPI, instalado en el telescopio Gemini Sur, en Chile. El GPI es uno de los instrumentos más avanzados para la obtención de imágenes de exoplanetas, especializado en captar la tenue luz reflejada por estos cuerpos lejanos, a menudo eclipsada por el resplandor de sus estrellas madre. Sin embargo, la complejidad de los sistemas binarios, con sus movimientos orbitales y luminosidades variables, hace que la detección directa de planetas en estos entornos sea un formidable reto técnico.
El planeta recién descubierto destaca no sólo por su proximidad a las estrellas que orbita, sino también por su masa y tamaño, clasificado como un gigante gaseoso similar a Júpiter o incluso mayor. Los datos sugieren que completa una órbita alrededor del par estelar en un periodo relativamente corto para este tipo de sistemas, lo que proporciona a los astrónomos una oportunidad única para estudiar la dinámica y la estabilidad de los planetas en sistemas circumbinarios. Hasta ahora, la mayoría de exoplanetas encontrados en sistemas de dos o más estrellas lo han sido mediante técnicas indirectas, como el método de tránsito o el análisis de variaciones en la velocidad radial de las estrellas; la obtención de una imagen directa representa un salto cualitativo en la observación de estos exóticos mundos.
Este hallazgo se suma a una serie de avances recientes en la astronomía exoplanetaria, impulsados tanto por telescopios espaciales como el James Webb de la NASA y la ESA, como por instrumentos terrestres de última generación. La búsqueda y caracterización de exoplanetas en sistemas binarios, tradicionalmente considerada una hazaña improbable, está ganando fuerza gracias al perfeccionamiento de técnicas de imagen directa, inteligencia artificial aplicada al análisis de datos y la colaboración entre observatorios internacionales.
Desde el punto de vista histórico, la fascinación por los sistemas planetarios con múltiples soles no es nueva. Ya en la década de 1980, la ficción popularizaba la idea de planetas como Tatooine, con sus impresionantes puestas de sol dobles. No obstante, fue a partir de 2011, con el descubrimiento del primer exoplaneta circumbinario confirmado, Kepler-16b, cuando la realidad comenzó a superar a la ficción. Desde entonces, la lista de planetas conocidos en sistemas binarios ha ido creciendo, aunque la mayoría se hallan a distancias considerables de sus estrellas centrales. La imagen directa de este nuevo mundo representa el caso más extremo conocido hasta la fecha, demostrando que la naturaleza puede crear verdaderos laboratorios cósmicos en los lugares más insospechados.
El descubrimiento también tiene implicaciones para la astrobiología, ya que la habitabilidad en planetas circumbinarios sigue siendo un tema de intenso debate. Las variaciones extremas de temperatura, luz y gravedad en estos sistemas podrían desafiar la vida tal y como la conocemos en la Tierra, pero al mismo tiempo podrían dar lugar a formas de vida adaptadas a condiciones radicalmente distintas. La caracterización detallada de atmósferas y climas en estos planetas será uno de los grandes retos para los telescopios de próxima generación, tanto en tierra como en el espacio.
Mientras SpaceX y Blue Origin continúan avanzando en el desarrollo de cohetes reutilizables y la NASA y la ESA preparan nuevas misiones de exploración planetaria, el hallazgo de este planeta circumbinario viene a recordar que la diversidad de mundos en nuestra galaxia es mucho mayor de lo que imaginábamos. El futuro de la investigación exoplanetaria dependerá, en gran medida, de la cooperación internacional y de la innovación tecnológica, ámbitos en los que tanto el sector público como el privado, incluyendo compañías emergentes europeas como PLD Space y veteranas como Virgin Galactic, tienen mucho que aportar.
Con cada nuevo descubrimiento, la frontera de lo posible se amplía y la pregunta de si estamos solos en el universo cobra un matiz cada vez más complejo y fascinante.
(Fuente: SpaceDaily)
