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Bennu: El asteroide que desvela secretos sobre el origen del sistema solar y la vida

Bennu: El asteroide que desvela secretos sobre el origen del sistema solar y la vida

El estudio del asteroide Bennu sigue arrojando luz sobre los grandes interrogantes científicos acerca del nacimiento del sistema solar y las raíces de la vida en la Tierra. Desde que la misión OSIRIS-REx de la NASA devolvió a nuestro planeta muestras inalteradas de este cuerpo celeste, los investigadores han trabajado intensamente en su análisis. Ahora, tres nuevos estudios publicados simultáneamente han revelado datos inéditos sobre la composición del asteroide y su relevancia para comprender los procesos que dieron forma a los planetas y posiblemente al surgimiento de la vida.

OSIRIS-REx: Una misión pionera

La misión OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, and Security-Regolith Explorer) fue lanzada en septiembre de 2016 con el ambicioso objetivo de estudiar el asteroide Bennu, recoger muestras de su superficie y traerlas de vuelta a la Tierra para su análisis en laboratorio. Tras un viaje de más de dos años, la nave llegó a Bennu a finales de 2018. Durante dos años mapeó y estudió la superficie del asteroide, seleccionando cuidadosamente el lugar de recogida de muestras. En octubre de 2020, OSIRIS-REx logró recolectar unos 250 gramos de regolito (material superficial) y emprendió el viaje de retorno.

La cápsula de muestra aterrizó en el desierto de Utah en septiembre de 2023, marcando un hito histórico similar al logrado por la misión japonesa Hayabusa2 con el asteroide Ryugu. Estos materiales primitivos, apenas alterados desde la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años, son auténticas cápsulas del tiempo que permiten a los científicos examinar los ingredientes originales de los planetas y los procesos que llevaron al surgimiento de moléculas orgánicas complejas.

Resultados sorprendentes: agua y compuestos orgánicos

Uno de los hallazgos más relevantes de los nuevos estudios es la abundancia de minerales hidratados, es decir, minerales que contienen agua en su estructura. El análisis químico detallado de las muestras ha confirmado la presencia de filosilicatos, un tipo de mineral arcilloso que se forma en presencia de agua líquida. Este dato refuerza la hipótesis de que los asteroides como Bennu desempeñaron un papel clave en el suministro de agua a la Tierra primitiva, facilitando así las condiciones necesarias para la vida.

Además, se han detectado compuestos orgánicos complejos, incluyendo moléculas basadas en carbono que son esenciales para la química de la vida. Estos compuestos orgánicos, preservados en el regolito de Bennu durante miles de millones de años, podrían haber sido transportados a la Tierra a través de impactos de asteroides y meteoritos, contribuyendo a la aparición de las primeras formas de vida.

Implicaciones para la exploración espacial y la defensa planetaria

Más allá de las implicaciones astrobiológicas, el estudio de Bennu es fundamental para la defensa planetaria. Bennu es un asteroide cercano a la Tierra (NEA, Near-Earth Asteroid) y figura entre los objetos con mayor probabilidad de impacto en el próximo siglo, aunque el riesgo sigue siendo bajo. Conocer su composición, estructura interna y dinámica es crucial para diseñar estrategias eficaces en caso de que fuera necesario desviar un asteroide peligroso.

La experiencia acumulada con OSIRIS-REx y otras misiones similares, como DART (Double Asteroid Redirection Test), permitirá afinar futuras misiones de protección planetaria. Además, el conocimiento de los recursos presentes en estos asteroides abre la puerta a la explotación de minerales y agua en futuras misiones tripuladas o robóticas, tanto para la Luna como para Marte.

El contexto internacional: auge de la exploración de asteroides

El éxito de OSIRIS-REx se suma a un contexto internacional de creciente interés por la exploración de asteroides. La agencia espacial japonesa JAXA, con su misión Hayabusa2, ya había traído muestras de Ryugu, otro asteroide rico en compuestos orgánicos y agua. La Agencia Espacial Europea (ESA) prepara la misión Hera para estudiar el asteroide Dimorphos, recientemente impactado por la nave DART de la NASA. Por su parte, empresas privadas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic están desarrollando tecnologías que, en un futuro, podrían facilitar la explotación de estos cuerpos celestes.

En España, la empresa PLD Space continúa avanzando en el desarrollo de lanzadores reutilizables como Miura 1 y Miura 5, posicionando al sector aeroespacial español como un actor relevante en la nueva era de la exploración espacial, que podría incluir misiones a asteroides.

Un futuro prometedor

Los datos preliminares de Bennu no solo enriquecen nuestra comprensión del sistema solar temprano, sino que también abren nuevas vías de investigación en astrobiología y exploración planetaria. A medida que los equipos científicos profundicen en el estudio de las muestras, es probable que se descubran más pistas sobre la evolución de los materiales que dieron origen a la Tierra y, posiblemente, a la vida.

El asteroide Bennu se consolida así como una de las claves para descifrar los enigmas más antiguos del cosmos, mostrando cómo la colaboración internacional y los avances tecnológicos permiten a la humanidad explorar sus orígenes a escalas nunca antes imaginadas.

(Fuente: NASA)