Corea del Sur impulsa el estudio de Venus con cubesats ante los recortes de la NASA

La exploración planetaria se enfrenta a una encrucijada. Mientras la NASA y otras agencias espaciales ven peligrar sus ambiciosos proyectos debido a restricciones presupuestarias, Corea del Sur avanza decidida en la investigación de Venus a través de soluciones innovadoras y asequibles. El Instituto Coreano de Ciencia Básica (Institute for Basic Science, IBS), respaldado por el Estado, ha encargado el primero de cinco cubesats diseñados para estudiar el planeta vecino desde la órbita baja terrestre (LEO). Este movimiento estratégico representa una apuesta por la continuidad y el desarrollo de la ciencia planetaria en un contexto global de incertidumbre financiera.
El cubesat surcoreano, que será lanzado a partir del próximo año, inaugura una serie de misiones modulares y de bajo coste cuyo objetivo es recabar datos sobre la atmósfera y las características superficiales de Venus. Tradicionalmente, las misiones de exploración planetaria dependían de sondas de gran envergadura y presupuesto, como la emblemática misión Magallanes de la NASA en los años 90, o programas recientes como la misión VERITAS, que ahora se encuentran amenazados por la falta de fondos. La iniciativa surcoreana representa un cambio de paradigma: misiones más pequeñas, rápidas y flexibles, capaces de complementar —e incluso en parte sustituir— a los proyectos tradicionales.
El contexto internacional está marcado por la cautela. La NASA ha anunciado recortes que afectan a varias misiones insignia, entre ellas las dedicadas al estudio de Venus y de los planetas exteriores. En el caso de VERITAS, la misión para mapear la geología venusiana, los retrasos y la incertidumbre presupuestaria han generado preocupación en la comunidad científica. Europa, por su parte, mantiene su apuesta con la misión EnVision, prevista para finales de esta década, mientras que Rusia y China han expresado su interés en el planeta hermano de la Tierra, aunque sin fechas concretas.
En este escenario, el enfoque de Corea del Sur cobra especial relevancia. Los cubesats —satélites miniaturizados con un peso que rara vez supera los 10 kilos— han demostrado en los últimos años una capacidad sorprendente para realizar investigaciones científicas de calidad a una fracción del coste de los satélites convencionales. Su empleo en misiones interplanetarias aún es incipiente, pero hay precedentes destacados: la NASA lanzó en 2018 los cubesats MarCO, que acompañaron a la misión InSight rumbo a Marte y transmitieron datos en tiempo real durante la entrada, descenso y aterrizaje del módulo principal.
El proyecto surcoreano prevé el lanzamiento escalonado de cinco cubesats, cada uno equipado con instrumentos ópticos y espectrométricos adaptados a la observación de Venus desde LEO. Aunque no viajarán al planeta, su posición en la órbita terrestre les permitirá estudiar la atmósfera venusiana mediante técnicas de espectroscopía de tránsito y análisis de luz reflejada, lo que aportará información sobre la composición química de las nubes y posibles procesos dinámicos en la atmósfera superior.
La apuesta por los cubesats no es exclusiva de Corea del Sur, pero sí representa una de las iniciativas más ambiciosas en lo que respecta al estudio de Venus. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin centran sus esfuerzos en el desarrollo de lanzadores reutilizables y la exploración lunar y marciana, mientras que firmas como Virgin Galactic han puesto el foco en el turismo suborbital. En Europa, la española PLD Space está consolidando su posición en el sector de lanzadores ligeros, aunque por el momento no ha anunciado proyectos orientados a la exploración planetaria. Por su parte, la NASA continúa explorando la integración de cubesats en misiones de gran envergadura, a pesar de los ajustes presupuestarios.
La iniciativa surcoreana se erige así como un ejemplo de resiliencia y adaptación tecnológica en tiempos de restricciones económicas. Con el primer cubesat ya en fase de desarrollo y el respaldo institucional asegurado, Corea del Sur se posiciona a la vanguardia de la nueva era de exploración planetaria, demostrando que la investigación científica no depende necesariamente de grandes presupuestos, sino de una visión estratégica y del aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
La comunidad internacional observa con interés el avance de este programa, que podría marcar el camino para futuras misiones de bajo coste y alto impacto científico en nuestro sistema solar.
(Fuente: SpaceNews)
