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Curiosity avanza en el enigma geológico del “boxwork” marciano tras meses de exploración

Curiosity avanza en el enigma geológico del “boxwork” marciano tras meses de exploración

El rover Curiosity de la NASA continúa desvelando los secretos geológicos de Marte, centrando sus esfuerzos durante los últimos meses en el estudio de una intrigante formación conocida como “boxwork”. Esta estructura, que recibe su nombre por su similitud con patrones reticulados observados en algunas cavernas terrestres, podría ofrecer pistas valiosas sobre el pasado hidrogeológico del planeta rojo y su potencial para haber albergado vida en tiempos remotos.

El boxwork marciano se localiza en una región de la superficie marciana que Curiosity lleva examinando desde mediados de año. El primer contacto exhaustivo con esta formación tuvo lugar en junio, cuando el equipo científico seleccionó el punto denominado “Altadena” para realizar una perforación situada en el límite de la unidad boxwork. Desde entonces, el rover ha recorrido casi un kilómetro, deteniéndose en distintos puntos de interés y analizando muestras tanto de roca como de polvo superficial para entender la composición y el origen de este fenómeno geológico.

El instrumento clave en esta labor es el APXS (Alpha Particle X-ray Spectrometer), encargado de determinar la composición elemental de las rocas y sedimentos. Gracias a sus mediciones, los científicos han podido establecer diferencias significativas entre el material del boxwork y las formaciones adyacentes. El análisis revela una concentración inusualmente alta de minerales resistentes a la erosión, lo que sugiere que la formación del boxwork pudo estar relacionada con la acción prolongada de fluidos líquidos en el pasado marciano.

El estudio de estas estructuras es fundamental para comprender los procesos geológicos que han dado forma a la superficie de Marte. El boxwork terrestre se forma habitualmente cuando el agua circula a través de grietas en la roca, depositando minerales que se endurecen con el tiempo. Posteriormente, la roca matriz se erosiona, dejando expuestos estos patrones en forma de celosía. Si el boxwork marciano comparte un origen similar, fortalecería la hipótesis de que el agua líquida fluyó durante largos periodos bajo la superficie marciana, lo que tendría importantes implicaciones para la habitabilidad pasada del planeta.

El equipo científico de la misión ha planificado una serie de experimentos adicionales para las próximas semanas. Entre ellos, destaca el uso del espectrómetro láser ChemCam, que permitirá analizar la composición química de la superficie del boxwork en detalle. Además, las cámaras Mastcam y MAHLI documentarán las texturas y los colores de estas formaciones con una resolución sin precedentes. Todos estos datos serán enviados a la Tierra y procesados por equipos de geólogos planetarios que trabajan en colaboración internacional.

En el contexto de la exploración espacial, la misión Curiosity sigue siendo una referencia de longevidad y productividad científica. Lanzado en 2011 y aterrizado en el cráter Gale en agosto de 2012, este vehículo ha recorrido más de 30 kilómetros y superado las expectativas iniciales de la NASA. Sus hallazgos han sido cruciales para definir futuras misiones a Marte, incluida la misión Perseverance, que actualmente busca señales directas de vida pasada y prepara el terreno para una futura recogida y retorno de muestras.

A nivel internacional, el interés por Marte no cesa. Agencias como la ESA (Agencia Espacial Europea) y Roscosmos planean lanzar en los próximos años nuevas misiones robóticas. Por su parte, China ha logrado posicionar con éxito su rover Zhurong en la superficie marciana, y empresas privadas como SpaceX mantienen su apuesta por la exploración tripulada del planeta rojo en la próxima década.

Mientras tanto, el sector privado estadounidense sigue acaparando titulares. SpaceX, bajo el liderazgo de Elon Musk, avanza en el desarrollo de su nave Starship, destinada a vuelos interplanetarios y con la ambiciosa meta de llevar humanos a Marte. Blue Origin, la empresa fundada por Jeff Bezos, progresa en su programa New Glenn, centrado en el lanzamiento de cargas útiles a la órbita terrestre e, incluso, en futuras misiones lunares. En Europa, la española PLD Space ha realizado con éxito los últimos ensayos de su cohete MIURA 1, consolidando la posición de España en el emergente sector de lanzadores comerciales.

La búsqueda de nuevos mundos habitables también ha recibido un impulso gracias a los telescopios espaciales como el James Webb, operativo desde 2022, que ha permitido la identificación de exoplanetas potencialmente habitables en sistemas estelares cercanos. Estos avances no solo amplían el conocimiento sobre nuestro propio Sistema Solar, sino que también abren la puerta a la posibilidad de vida más allá de la Tierra.

En definitiva, la labor del rover Curiosity en el boxwork marciano se inscribe en una nueva era de exploración protagonizada tanto por agencias públicas como por empresas privadas. Sus descubrimientos, junto con los avances tecnológicos desarrollados por compañías como SpaceX, Blue Origin o PLD Space, están sentando las bases para futuras misiones tripuladas y el eventual asentamiento humano fuera de la Tierra. La ciencia espacial avanza inexorablemente, y cada nuevo dato recogido en Marte acerca a la humanidad a comprender su lugar en el cosmos.

(Fuente: NASA)