Curiosity desvela secretos bajo la superficie de Marte con su última perforación

El rover Curiosity de la NASA ha vuelto a situar a Marte en el centro del interés científico tras perforar por primera vez en una región nunca antes explorada de cerca. Este nuevo entorno, caracterizado por formaciones geológicas particulares, podría arrojar luz sobre si el subsuelo marciano albergó en algún momento condiciones aptas para la vida.
Desde su aterrizaje en el cráter Gale en 2012, Curiosity ha recorrido más de 30 kilómetros por la superficie del planeta rojo, analizando rocas, sedimentos y la atmósfera marciana en busca de huellas de habitabilidad pasada. Sin embargo, este último hito supone un paso más allá: el robot ha logrado acceder a una zona que hasta ahora solo podía estudiarse a través de imágenes orbitales, gracias a las cámaras de naves como el Mars Reconnaissance Orbiter.
La región en cuestión presenta una topografía y unos materiales que la diferencian del resto del cráter Gale. Los científicos sospechaban, a partir de observaciones desde el espacio, que esta área contenía depósitos de minerales formados en presencia de agua, lo que la convertía en un objetivo prioritario para la astrobiología. El taladro de Curiosity ha extraído una muestra de roca del subsuelo, que será analizada por los sofisticados laboratorios a bordo del rover.
El proceso de recogida de muestras en Marte es una operación compleja. El brazo robotizado de Curiosity, equipado con un taladro percutor, perfora cuidadosamente la superficie rocosa hasta alcanzar una profundidad de varios centímetros. El polvo y fragmentos resultantes se introducen después en los instrumentos CheMin y SAM, capaces de identificar la composición mineralógica y química de la muestra con una precisión sin precedentes.
Las primeras imágenes transmitidas por Curiosity muestran detalles nunca vistos de las texturas y estructuras del terreno, lo que ha generado gran expectación en la comunidad científica. Los investigadores esperan determinar si los minerales hallados se formaron en ambientes acuosos, lo que sugeriría que el subsuelo marciano pudo ofrecer refugio frente a la radiación y las duras condiciones superficiales. Tal entorno subterráneo podría haber sido idóneo para la existencia de microorganismos en el pasado remoto de Marte.
Esta operación se enmarca en una carrera internacional por descifrar los misterios del planeta rojo. En las últimas décadas, la exploración marciana ha contado con la participación activa de agencias como la NASA, la ESA (Agencia Espacial Europea), Roscosmos y empresas privadas como SpaceX. La propia NASA tiene previsto lanzar en los próximos años nuevas misiones dentro del programa Artemis, que contempla la colaboración con compañías líderes en el sector aeroespacial privado.
El avance de Curiosity se suma a otros hitos recientes en la exploración espacial. Por ejemplo, SpaceX continúa desarrollando su nave Starship, diseñada para transportar grandes cargas y eventualmente humanos a Marte, y PLD Space, la prometedora empresa española, trabaja en el desarrollo de cohetes reutilizables para lanzamientos orbitales. A su vez, Blue Origin y Virgin Galactic siguen impulsando el turismo suborbital, mientras la NASA y la ESA continúan con la búsqueda de exoplanetas habitables mediante telescopios como TESS y el futuro James Webb.
En paralelo, el hallazgo de planetas fuera de nuestro sistema solar con condiciones potencialmente similares a las de la Tierra suscita un interés renovado por comprender cómo surgió y evolucionó la vida en otros mundos. La investigación sobre Marte, y en concreto sobre su subsuelo, podría proporcionar pistas fundamentales para responder a esa eterna pregunta sobre la vida más allá de nuestro planeta.
La muestra recién obtenida por Curiosity será objeto de un análisis exhaustivo durante las próximas semanas, cuyos resultados podrían reescribir lo que sabemos sobre la habitabilidad de Marte. Si se confirma la presencia de minerales hidratados y compuestos orgánicos, se abriría una nueva vía para la exploración robótica y, en un futuro, tripulada del planeta rojo.
La combinación de tecnología avanzada y colaboración internacional está permitiendo avanzar a pasos agigantados en la exploración del espacio profundo. Las imágenes y datos recabados por Curiosity no solo aumentan nuestro conocimiento sobre Marte, sino que también sirven de inspiración para futuras generaciones de exploradores y científicos, que seguirán buscando respuestas en los rincones más remotos del cosmos.
(Fuente: NASA)

 
							 
							