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Descubierta una enigmática enana blanca ultramasiva fruto de la fusión estelar

Descubierta una enigmática enana blanca ultramasiva fruto de la fusión estelar

Un equipo internacional de astrónomos ha logrado identificar una rareza cósmica que podría reescribir parte de lo que sabemos sobre la evolución estelar: una enana blanca ultramasiva que no se formó por el agotamiento de una única estrella, sino por la fusión de una enana blanca preexistente con otra estrella. Este hallazgo, realizado gracias a las observaciones ultravioleta de alta sensibilidad del Telescopio Espacial Hubble de la NASA, abre nuevas preguntas sobre la frecuencia y el papel de estos objetos peculiares en la historia del universo.

Las enanas blancas son los remanentes compactos y extremadamente densos que quedan cuando estrellas similares al Sol agotan su combustible nuclear. Normalmente, una enana blanca se forma tras la muerte de una estrella solitaria, que tras expandirse como gigante roja, expulsa sus capas externas hasta dejar un núcleo caliente y denso, aproximadamente del tamaño de la Tierra pero con una masa comparable a la del Sol. Estas reliquias cósmicas son uno de los finales más comunes para las estrellas en el universo.

Sin embargo, la enana blanca descubierta por el equipo internacional rompe con este paradigma. Su masa es tan elevada que difícilmente podría haber surgido de la evolución estándar de una sola estrella. Los astrónomos sospechan que esta enana blanca ultramasiva es el resultado de una colisión y posterior fusión entre una enana blanca y otro objeto estelar, probablemente otra estrella o incluso otra enana blanca. Este proceso de fusión es relativamente infrecuente y puede desencadenar una serie de fenómenos exóticos, entre ellos la formación de enanas blancas mucho más masivas de lo habitual.

El telescopio Hubble jugó un papel crucial en este descubrimiento. Sus instrumentos de observación ultravioleta permitieron analizar la composición y temperatura superficial de la enana blanca, revelando características atípicas que indicaban una historia evolutiva excepcional. A través del espectro ultravioleta, los científicos pueden detectar firmas químicas y dinámicas que no se aprecian en la luz visible, lo que aporta información clave sobre el pasado de estos objetos.

Este hallazgo tiene implicaciones profundas para el estudio de la evolución estelar y la demografía de las enanas blancas en nuestra galaxia. Hasta ahora, se pensaba que las enanas blancas ultramasivas eran extremadamente raras, pero la identificación de este ejemplar sugiere que pueden ser más comunes de lo que se creía. Esto podría tener consecuencias, por ejemplo, en la comprensión de las supernovas tipo Ia, explosiones termonucleares que se cree que provienen de enanas blancas que alcanzan un límite crítico de masa, conocido como el límite de Chandrasekhar.

El descubrimiento también invita a reconsiderar la frecuencia de fusiones estelares en la Vía Láctea. Las fusiones de enanas blancas pueden ser responsables de fenómenos observados en otras longitudes de onda, como los estallidos de rayos X, y podrían estar relacionadas con la formación de objetos aún más exóticos, como estrellas de neutrones o incluso agujeros negros de masa intermedia.

En el contexto global de la exploración espacial y la astrofísica, este avance se suma a una serie de descubrimientos recientes que han puesto el foco en la importancia de los telescopios espaciales de nueva generación y de las misiones internacionales. Mientras la NASA explora los misterios de las enanas blancas con el Hubble y el telescopio James Webb, otras agencias y empresas privadas, como SpaceX, Blue Origin o la española PLD Space, centran sus esfuerzos en el acceso regular y eficaz al espacio, cada una contribuyendo a la comprensión de nuestro universo desde diferentes ángulos.

En paralelo, la búsqueda y estudio de exoplanetas sigue siendo una prioridad para la comunidad científica. Misiones como TESS y CHEOPS, así como los futuros proyectos de la Agencia Espacial Europea y la NASA, ayudarán a desvelar la diversidad de sistemas planetarios y su relación con las etapas finales de las estrellas. La interacción entre las disciplinas, desde la astrofísica estelar hasta la exploración planetaria, enriquece cada vez más nuestra visión del cosmos.

Este descubrimiento de una enana blanca ultramasiva fruto de la fusión es una muestra más de lo mucho que queda por aprender sobre la vida y muerte de las estrellas, y subraya la importancia de la cooperación internacional y las tecnologías avanzadas en la investigación espacial. El universo, en su vastedad, sigue deparándonos sorpresas que desafían nuestras teorías y nos impulsan a mirar más allá.

(Fuente: NASA)