Descubren dos exoplanetas en KOI-134 con un insólito baile orbital nunca visto

Un reciente análisis de datos archivados del telescopio espacial Kepler ha permitido a los astrónomos identificar dos exoplanetas en el sistema KOI-134, situado a unos 1.500 años luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus. Lo más sorprendente no es solo el hallazgo en sí —pues hasta la fecha este sistema había sido descartado como candidato a albergar planetas—, sino el inusual modo en que ambos mundos giran en torno a su estrella anfitriona, ejecutando un peculiar «baile» orbital que recuerda a la coreografía de un carrusel antiguo.
La historia detrás del descubrimiento
Durante más de una década, la misión Kepler de la NASA ha revolucionado la búsqueda de exoplanetas, identificando miles de candidatos mediante la técnica de tránsito, que detecta diminutas variaciones en el brillo de las estrellas cuando un planeta pasa por delante de ellas. En sus primeros análisis, KOI-134 fue incluido en los archivos como un sistema sin planetas, dado que los datos disponibles no mostraban señales claras y periódicas compatibles con tránsitos planetarios convencionales.
Sin embargo, un equipo internacional de investigadores decidió revisar los datos originales con algoritmos mejorados y técnicas de inteligencia artificial. Su objetivo: rastrear patrones irregulares y sutiles que hubieran pasado desapercibidos en los análisis iniciales. Así, emergieron dos señales que no solo desafiaban las expectativas, sino que revelaban una dinámica orbital singular.
Características técnicas de KOI-134 b y KOI-134 c
Los dos nuevos planetas, denominados KOI-134 b y KOI-134 c, resultaron ser similares en tamaño a Neptuno, con radios aproximados de 3 y 4 veces el de la Tierra, respectivamente. Orbitan una estrella de tipo solar en periodos de 13 y 21 días, pero, a diferencia de los sistemas planetarios convencionales, sus trayectorias no se cruzan ni compiten por espacio, sino que se mantienen en una resonancia orbital 3:2 extraordinariamente precisa. Esto implica que por cada tres órbitas completadas por KOI-134 b, KOI-134 c completa dos, un fenómeno que mantiene la estabilidad del sistema y evita colisiones.
La geometría de sus órbitas ha sido descrita por los astrónomos como una especie de carrusel o tiovivo, donde ambos planetas giran en torno a su estrella anfitriona casi coreografiados, acercándose y alejándose mutuamente en un patrón regular, pero sin llegar nunca a cruzarse. Este comportamiento dinámico había sido predicho en simulaciones teóricas, pero hasta ahora no se había documentado de manera tan clara en un sistema real.
Implicaciones para la astrofísica y la búsqueda de vida
El hallazgo de estos dos exoplanetas en KOI-134 no solo amplía el inventario de mundos descubiertos por Kepler, sino que desafía la comprensión actual sobre la formación y la evolución de sistemas planetarios. La resonancia 3:2 observada en KOI-134 es similar a la que mantienen Plutón y Neptuno en nuestro Sistema Solar, aunque en este caso ambos cuerpos son planetas y las órbitas están más próximas.
Los expertos destacan que este tipo de configuraciones podrían ser más frecuentes de lo que se pensaba, pero difíciles de detectar con los métodos tradicionales. El uso de herramientas avanzadas de análisis de datos y la inteligencia artificial está permitiendo rescatar valiosa información de archivos históricos, abriendo nuevas ventanas para el descubrimiento de sistemas insólitos.
En términos de habitabilidad, KOI-134 b y KOI-134 c probablemente no sean aptos para la vida tal como la conocemos debido a su tamaño y proximidad a la estrella, lo que implica temperaturas muy elevadas y atmósferas densas de hidrógeno y helio. Sin embargo, la estabilidad de su configuración orbital ofrece un escenario interesante para futuros estudios sobre la formación de sistemas planetarios y la dinámica de mundos múltiples.
Contexto internacional y próximos pasos
El descubrimiento de los planetas de KOI-134 se suma a un creciente interés internacional por el estudio de exoplanetas y sistemas estelares complejos. Mientras SpaceX y Blue Origin concentran sus esfuerzos en lanzamientos y exploración del espacio cercano, y la NASA prepara nuevas misiones como el telescopio espacial Roman, la comunidad científica sigue extrayendo oro de los datos de misiones pasadas. Iniciativas privadas y públicas, como la española PLD Space o la británica Virgin Galactic, también contribuyen a democratizar el acceso al espacio y a impulsar tecnologías que, en el futuro, podrían permitir la observación directa de sistemas como KOI-134.
Este hallazgo no solo subraya el valor de revisar los archivos astronómicos con tecnologías emergentes, sino que también recuerda que el universo es mucho más variado y sorprendente de lo que nuestras teorías predicen. La búsqueda de exoplanetas apenas ha comenzado, y cada nuevo sistema descubierto amplía los límites de lo posible en la arquitectura de los mundos que orbitan otras estrellas.
(Fuente: NASA)

 
							 
							