Space39a

Noticias del espacio

Space39a

Noticias del espacio

Nasa

El deshielo de Groenlandia estimula la vida marina al impulsar el crecimiento del fitoplancton

El deshielo de Groenlandia estimula la vida marina al impulsar el crecimiento del fitoplancton

El progresivo retroceso de la capa de hielo de Groenlandia, provocado por el calentamiento global, está desencadenando un cambio inesperado en la vida de los océanos que la rodean. Un nuevo estudio respaldado por la NASA ha revelado que el agua de deshielo, al llegar al mar, está elevando nutrientes desde las profundidades oceánicas y fomentando el crecimiento de pequeños organismos, como el fitoplancton, esenciales para la cadena alimentaria marina.

El equipo de investigadores, integrado por científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha empleado un sofisticado modelo computacional para simular estos procesos. Esta herramienta, considerada un laboratorio digital de referencia en la comunidad científica, ha permitido analizar cómo el agua dulce que fluye desde la superficie del hielo al océano puede alterar la dinámica de nutrientes en el entorno marino.

El deshielo de Groenlandia es uno de los fenómenos más visibles y preocupantes del cambio climático. Se estima que la isla pierde actualmente más de 250.000 millones de toneladas de hielo al año, lo que contribuye tanto a la subida global del nivel del mar como a cambios en la circulación oceánica. Sin embargo, hasta ahora se había prestado poca atención al impacto biológico de esta enorme aportación de agua dulce en los ecosistemas marinos locales.

Los científicos han demostrado que el agua de deshielo, menos densa que el agua salada del océano, se extiende sobre la superficie marina y, al avanzar mar adentro, genera corrientes que mezclan las capas de agua. Este proceso físico, conocido como mezcla vertical, arrastra nutrientes como nitratos y fosfatos desde las profundidades hacia la zona fótica, donde la luz solar penetra y permite la fotosíntesis del fitoplancton.

El fitoplancton, a pesar de su diminuto tamaño, desempeña un papel fundamental en el ciclo del carbono y en la producción de oxígeno, además de constituir la base de la red trófica oceánica. El aumento de su biomasa, registrado gracias a observaciones satelitales y modelos numéricos, podría tener repercusiones en la productividad pesquera y la biodiversidad de la región, aunque también plantea interrogantes sobre eventuales desequilibrios ecológicos.

A diferencia de otros estudios previos centrados en el deshielo ártico, este trabajo ha hecho especial hincapié en los mecanismos físicos y biogeoquímicos que vinculan el derretimiento superficial con la fertilización oceánica. El modelo del JPL y el MIT ha permitido replicar en detalle la trayectoria de los nutrientes y evaluar cómo la variabilidad estacional del deshielo condiciona los pulsos de productividad biológica.

Más allá del impacto local en Groenlandia, estos hallazgos tienen implicaciones globales. El Ártico es una de las regiones donde el cambio climático avanza con mayor rapidez y, dado que el fitoplancton influye tanto en la absorción de carbono como en el equilibrio climático, comprender estos procesos resulta clave para prever la evolución de los océanos en un escenario de calentamiento continuado.

En este contexto, los programas espaciales han sido fundamentales para monitorizar los cambios en el Ártico. La NASA, mediante satélites como Aqua, Terra y el reciente ICESat-2, ha proporcionado datos cruciales sobre la extensión, el grosor y el flujo de la capa de hielo groenlandesa. Además, las imágenes satelitales han permitido seguir en tiempo real las floraciones de fitoplancton y conectar los cambios físicos con los biológicos.

El interés por comprender la interacción entre el hielo y la vida marina ha crecido en paralelo al auge de tecnologías espaciales y misiones científicas internacionales. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, aunque centradas en la exploración espacial y el desarrollo de cohetes reutilizables, han contribuido indirectamente al avance de la observación de la Tierra, al democratizar el acceso al espacio y permitir el lanzamiento frecuente de satélites de observación.

Por su parte, la NASA mantiene una sólida colaboración con centros de investigación y universidades de todo el mundo, como el MIT, para desarrollar modelos numéricos de vanguardia y misiones conjuntas que aborden los grandes retos ambientales del siglo XXI. Esta sinergia entre agencias públicas, instituciones académicas y, cada vez más, el sector privado, está redefiniendo la forma en que se estudian y afrontan los cambios en nuestro planeta.

El deshielo de Groenlandia, por tanto, no solo es un síntoma visible del calentamiento global, sino también un actor inesperado en la fertilización de los océanos. Entender a fondo este fenómeno será crucial para anticipar los cambios que se avecinan en la vida marina y en el clima global, en un mundo cada vez más conectado a través del espacio y la ciencia.

(Fuente: NASA)