El regreso tripulado a la Luna avanza con Artemis II y la colaboración entre agencias

La carrera espacial vuelve a mirar hacia la Luna con renovada determinación. En 2025, bajo una hipotética segunda Administración Trump, la NASA ha logrado avances decisivos en el desarrollo de la misión Artemis II, destinada a convertirse en la primera misión tripulada que orbitará nuestro satélite natural en más de medio siglo. Este hito no solo rememora la época dorada del programa Apolo, sino que además sienta las bases para la futura presencia humana sostenida en la superficie lunar, un paso esencial para la exploración de Marte y otros destinos del sistema solar.
**Artemis II: el retorno de la exploración lunar tripulada**
La misión Artemis II está llamada a ser el primer vuelo tripulado del programa Artemis de la NASA, un ambicioso esfuerzo internacional y multidisciplinar que pretende devolver astronautas a la Luna, incluyendo por primera vez a una mujer y a una persona de color. Después del éxito de Artemis I —una misión no tripulada que completó con éxito una órbita lunar y regresó a la Tierra en 2022—, Artemis II llevará a cuatro astronautas en un viaje de circunvalación lunar previsto para principios de 2025.
La nave espacial Orion, impulsada por el colosal cohete SLS (Space Launch System), será la encargada de transportar a la tripulación. Este conjunto tecnológico, fruto de más de una década de desarrollo y de la colaboración entre la NASA y contratistas como Boeing y Lockheed Martin, representa la punta de lanza de la ingeniería aeroespacial actual. La misión probará, en condiciones reales, los sistemas de soporte vital, la capacidad de navegación y todos los procedimientos de seguridad antes de intentar un alunizaje tripulado con Artemis III.
**Colaboraciones internacionales y privadas: el nuevo paradigma**
A diferencia de la era Apolo, la aventura lunar de Artemis implica una amplia red de socios internacionales. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha sido responsable del módulo de servicio de Orion, que proporciona energía, propulsión, agua y oxígeno. Japón (JAXA) y Canadá (CSA) también desempeñan papeles clave, suministrando tecnología avanzada y módulos para la futura estación Gateway, un puesto de avanzada orbital que servirá de enlace entre la Tierra y la Luna.
El sector privado, por su parte, es protagonista indiscutible en esta nueva etapa de la exploración lunar. SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk, fue seleccionada por la NASA para desarrollar una variante de su nave Starship como módulo de aterrizaje lunar para Artemis III. Este vehículo, completamente reutilizable y con capacidad para transportar grandes cargas y tripulación, promete revolucionar el acceso a la superficie lunar. Blue Origin, de Jeff Bezos, también compite intensamente en el desarrollo de sistemas para el transporte lunar, habiendo sido seleccionada recientemente para diseñar un segundo módulo de alunizaje, con el objetivo de fomentar la competencia y mejorar la seguridad.
**Europa y España, presentes en la vanguardia**
En el ámbito europeo, la española PLD Space continúa avanzando en el desarrollo de lanzadores reutilizables medianos, como el Miura 5, que pretende situar a España entre los países capaces de poner en órbita carga útil de manera autónoma. Este avance refuerza el papel de Europa como socio indispensable en la exploración lunar y en la futura economía cis-lunar.
**Virgin Galactic y la democratización del espacio**
Mientras tanto, Virgin Galactic ha retomado sus vuelos suborbitales con turistas espaciales, marcando un antes y un después en la accesibilidad al espacio. Aunque su enfoque está más orientado al turismo y la investigación suborbital, la empresa de Richard Branson demuestra que el acceso al espacio ya no es exclusivo de las agencias gubernamentales.
**El futuro: la Luna como paso intermedio hacia Marte y más allá**
La reactivación de los vuelos lunares tripulados se enmarca en una estrategia a largo plazo que contempla el establecimiento de bases permanentes en la superficie lunar. La Luna servirá como campo de pruebas para tecnologías y sistemas de soporte vital que, en el futuro, serán imprescindibles para la exploración de Marte y la búsqueda de exoplanetas habitables. Las recientes detecciones de planetas potencialmente habitables en las zonas de habitabilidad de otras estrellas, gracias a telescopios como el James Webb, mantienen el interés científico por los mundos más allá del sistema solar.
**El regreso a la Luna: un impulso para la humanidad**
El progreso hacia Artemis II confirma la determinación de la humanidad por regresar a la Luna y, eventualmente, viajar más allá. La colaboración entre agencias públicas y empresas privadas, junto con el impulso de nuevas potencias espaciales, augura una década apasionante para la exploración espacial. La Luna, antaño símbolo de la carrera tecnológica entre superpotencias, se convierte ahora en el primer peldaño hacia una presencia humana permanente y sostenible en el espacio profundo.
(Fuente: NASA)
