El satélite SWOT revoluciona la predicción de tsunamis y protege las costas

La exploración espacial no solo expande nuestro conocimiento del universo, sino que también aporta herramientas cruciales para salvaguardar vidas en la Tierra. Un claro ejemplo de ello es la misión conjunta entre la NASA y la agencia espacial francesa CNES: el satélite SWOT (Surface Water and Ocean Topography), que está marcando un antes y un después en la monitorización y predicción de tsunamis.
El pasado 30 de julio, a las 11:25 de la mañana, un potente terremoto de magnitud 8,8 sacudió la costa de la península de Kamchatka, en Rusia. El sismo generó un tsunami cuyas ondas, hasta hace poco, habrían sido difíciles de detectar y analizar en tiempo real con el nivel de detalle que ahora permite SWOT. Este satélite, lanzado en diciembre de 2022, fue capaz de captar y medir con gran precisión la altura y propagación de la ola generada por el evento sísmico.
Tecnología de vanguardia para la seguridad costera
El SWOT utiliza una innovadora técnica de altimetría radar interferométrica, que mide la altura de la superficie del agua en océanos, lagos y ríos con una resolución sin precedentes, capaz de detectar variaciones de apenas unos centímetros. Este avance tecnológico permite mapear, prácticamente en tiempo real, los cambios en la topografía del agua que se producen tras fenómenos como terremotos, tormentas o erupciones volcánicas.
En el caso del tsunami de Kamchatka, los datos transmitidos por SWOT han sido fundamentales para afinar los modelos matemáticos de propagación de tsunamis que emplean los servicios de emergencias y protección civil de las regiones costeras. Estos modelos permiten predecir con mayor exactitud la llegada, altura y potencial destructivo del tsunami en diferentes puntos del litoral, proporcionando a las autoridades herramientas más precisas para emitir alertas tempranas y organizar evacuaciones.
Un hito en la colaboración internacional
La misión SWOT es fruto de la colaboración entre la NASA, el CNES, la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y la Agencia Espacial del Reino Unido (UKSA). Esta cooperación internacional ha permitido combinar recursos y experiencia técnica para poner en órbita un instrumento que no solo beneficia a la comunidad científica, sino que tiene un impacto directo en la seguridad de millones de personas que residen en zonas costeras vulnerables.
La tecnología de SWOT representa un salto cualitativo respecto a los satélites de altimetría anteriores, como Jason-3 o Sentinel-6. Mientras estos medían la altura del mar siguiendo trayectorias lineales y relativamente estrechas, SWOT utiliza un sistema de doble radar que escanea franjas mucho más anchas, abarcando hasta 120 kilómetros en cada pasada. Esto significa que puede cubrir grandes extensiones de océano en menos tiempo, detectando ondulaciones y olas anómalas con mayor rapidez y detalle.
Impacto en la predicción y respuesta ante desastres
Los datos obtenidos por SWOT no solo son valiosos para la predicción de tsunamis, sino que también mejoran la comprensión de otros fenómenos marinos, como las corrientes, mareas y variaciones en el nivel del mar. Este conocimiento es esencial para anticipar los efectos del cambio climático y gestionar de manera sostenible los recursos hídricos del planeta.
Gracias a la aportación de SWOT, los científicos pueden ahora validar y actualizar sus modelos de propagación de tsunamis con información real obtenida directamente desde el espacio. Hasta ahora, la mayor parte de los datos provenían de boyas oceánicas o sensores costeros, cuya cobertura es limitada y no siempre pueden captar la evolución completa de una ola a lo largo de miles de kilómetros. SWOT elimina estas limitaciones, permitiendo observar el desarrollo de la onda en mar abierto y su interacción con la topografía submarina.
Futuro prometedor para la monitorización terrestre y marina
El éxito de SWOT abre la puerta a nuevas aplicaciones en el ámbito de la protección civil, la meteorología y la oceanografía. A medida que se vayan recopilando más datos, se espera que la precisión de los modelos mejore todavía más, permitiendo a los países costeros anticiparse a desastres naturales con mayor eficacia.
En paralelo, la comunidad aeroespacial internacional sigue avanzando en misiones complementarias y nuevas tecnologías de observación terrestre. Agencias como la NASA, la ESA y empresas privadas como SpaceX y Blue Origin están colaborando estrechamente en el desarrollo de satélites y plataformas orbitales que ampliarán aún más nuestra capacidad para vigilar y proteger la Tierra desde el espacio.
El satélite SWOT es un claro ejemplo de cómo la exploración espacial puede generar beneficios tangibles y salvar vidas en nuestro propio planeta, demostrando que la cooperación internacional y la innovación tecnológica son claves para afrontar los grandes retos del siglo XXI.
(Fuente: NASA)

 
							