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El telescopio espacial Roman desvelará la Vía Láctea como nunca antes en una ambiciosa misión

El telescopio espacial Roman desvelará la Vía Láctea como nunca antes en una ambiciosa misión

La NASA ha dado a conocer los detalles de uno de los proyectos astronómicos más ambiciosos de la próxima década: el sondeo del plano galáctico a cargo del telescopio espacial Nancy Grace Roman. Esta misión, que se desplegará a lo largo de dos años, pretende cartografiar la Vía Láctea con una precisión jamás alcanzada hasta la fecha, revelando la estructura, composición y dinámica de nuestra galaxia natal a una escala sin precedentes.

Un telescopio preparado para hacer historia

El Nancy Grace Roman Space Telescope, conocido como Roman, es el heredero científico de los legendarios telescopios Hubble y James Webb. Equipado con una cámara de gran campo (Wide Field Instrument) capaz de captar imágenes cien veces más extensas que las del Hubble en una sola exposición, el Roman está diseñado para abordar los grandes enigmas del cosmos: la expansión acelerada del universo, la naturaleza de la materia oscura y, en esta nueva campaña, los secretos más recónditos de la Vía Láctea.

La NASA ha planificado una campaña de observación de un mes de duración, repartida en varias sesiones durante dos años, para escudriñar el plano galáctico, la región donde se concentran la mayoría de las estrellas, nubes de gas y polvo, y donde nacen y mueren los sistemas estelares. Se estima que el Roman detectará decenas de miles de millones de estrellas, muchas de las cuales nunca han sido observadas con anterioridad, así como cúmulos estelares, remanentes de supernovas y estructuras desconocidas.

Cartografiando la galaxia: objetivos científicos

El principal objetivo de este estudio sin precedentes es desentrañar la compleja arquitectura de la Vía Láctea. Aunque desde la Tierra podemos contemplar la banda luminosa de nuestra galaxia, las observaciones detalladas han estado limitadas por la opacidad del polvo interestelar y la vastedad de la propia galaxia, que contiene entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas.

El Roman, gracias a su sensibilidad en el infrarrojo, podrá penetrar las densas nubes de polvo, permitiendo a los astrónomos estudiar regiones hasta ahora ocultas, como el bulbo central y los brazos espirales interiores. Esta capacidad es crucial para comprender cómo se formaron y evolucionaron las distintas poblaciones estelares, así como para identificar las huellas de antiguas colisiones y fusiones con otras galaxias.

Además, el sondeo del plano galáctico permitirá a los científicos detectar exoplanetas mediante la técnica de microlente gravitatoria, un método que aprovecha los alineamientos fortuitos entre estrellas y exoplanetas para amplificar la luz de fondo y revelar la presencia de planetas, incluso aquellos que orbitan lejos de sus estrellas o vagan libremente por la galaxia. Se espera que el Roman descubra miles de nuevos exoplanetas, enriqueciendo nuestro inventario galáctico y ampliando las fronteras de la astrobiología.

Tecnología punta para la nueva era espacial

El Roman representa la culminación de décadas de avances tecnológicos en óptica, instrumentación y procesamiento de datos. Su cámara principal, con una resolución similar a la del Hubble pero con un campo de visión muchísimo mayor, permitirá generar mapas precisos de la posición y movimiento de las estrellas, así como estudios detallados de cúmulos, nebulosas y restos de supernovas.

La misión también implica un desafío computacional sin precedentes. Para procesar y analizar el ingente volumen de datos —se estima que cada observación generará varios terabytes de información—, la NASA ha desarrollado nuevas herramientas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, que permitirán identificar patrones y anomalías en los datos astronómicos de manera eficiente.

Repercusión internacional y colaboraciones

Este gran sondeo galáctico no solo beneficiará a la comunidad científica estadounidense. La NASA ha invitado a agencias como la ESA (Agencia Espacial Europea), JAXA (Japón), y centros de investigación de todo el mundo a participar en el análisis de los datos y en el desarrollo de nuevas técnicas de observación y modelado galáctico.

La iniciativa se inscribe en un contexto de renovado interés por la astrofísica y la exploración espacial. Mientras SpaceX y Blue Origin impulsan la carrera privada hacia la Luna y Marte, y compañías como PLD Space avanzan en el desarrollo de lanzadores reutilizables desde Europa, la Roman consolidará el liderazgo científico de la NASA en la exploración del universo profundo y cercano.

Una nueva visión de la Vía Láctea

El sondeo del plano galáctico por parte del telescopio Roman promete transformar nuestra comprensión de la Vía Láctea, proporcionando un legado de datos que servirá de base para generaciones de astrónomos. Al desvelar la compleja red de estrellas, planetas y estructuras que conforman nuestra galaxia, la misión abre un nuevo capítulo en la exploración cósmica, acercándonos un poco más a responder las grandes preguntas sobre nuestros orígenes y nuestro lugar en el vasto universo.

(Fuente: NASA)