El telescopio James Webb detecta indicios de un planeta gigante en Alfa Centauri
En un hallazgo que podría redefinir la búsqueda de mundos habitables más allá de nuestro Sistema Solar, el telescopio espacial James Webb de la NASA ha obtenido la señal más sólida hasta la fecha de un planeta gigante orbitando una de las estrellas del sistema Alfa Centauri, el complejo estelar más cercano a la Tierra. Situado a apenas 4,37 años luz, Alfa Centauri ha sido durante décadas un objetivo prioritario para astrónomos de todo el mundo, tanto por su proximidad como por su potencial para albergar exoplanetas.
El sistema Alfa Centauri está compuesto por tres estrellas principales: Alfa Centauri A y B, dos astros similares al Sol que forman un sistema binario, y Próxima Centauri, una enana roja mucho más pequeña y fría, que ya es famosa por albergar al menos dos exoplanetas confirmados, uno de los cuales se sitúa en la llamada “zona habitable”. Hasta ahora, la existencia de planetas en las dos estrellas principales permanecía en el terreno de la especulación, debido a la dificultad de observación que plantea la intensa luminosidad de ambas.
El avance ha sido posible gracias a la sensibilidad sin precedentes del telescopio espacial James Webb, lanzado en diciembre de 2021. El Webb, equipado con instrumentos infrarrojos de última generación, ha permitido a los astrónomos filtrar el resplandor estelar y detectar con gran precisión variaciones minúsculas en la luz emitida por Alfa Centauri A. Estas fluctuaciones revelan la presencia de un gigantesco planeta gaseoso, probablemente mayor que Júpiter, que orbita la estrella a una distancia aún por determinar con exactitud.
Según los investigadores, el método utilizado ha consistido en la espectroscopía de tránsito: el telescopio mide los pequeños descensos de brillo que se producen cuando un planeta pasa frente a su estrella desde nuestra perspectiva. Esta técnica ha sido responsable de la mayoría de los descubrimientos de exoplanetas en los últimos años, pero la capacidad de Webb para observar en longitudes de onda infrarrojas ha resultado crucial para distinguir la señal del planeta de las interferencias producidas por la propia estrella.
Históricamente, Alfa Centauri ha sido objeto de numerosos proyectos de observación y propuestas de exploración interestelar. La cercanía del sistema lo convierte en el primer destino lógico para futuras misiones robóticas o incluso tripuladas, como la célebre iniciativa Breakthrough Starshot, que planea enviar diminutas sondas impulsadas por láser hacia el sistema en las próximas décadas. El descubrimiento de un planeta gigante en Alfa Centauri A no solo aumenta el atractivo científico del sistema, sino que también plantea nuevos interrogantes sobre la formación de planetas en entornos estelares complejos.
La noticia llega en un momento de intensa actividad en la exploración espacial. Mientras empresas privadas como SpaceX y Blue Origin continúan avanzando en el desarrollo de cohetes reutilizables y sistemas de transporte interplanetario, y compañías como PLD Space en España consolidan su presencia en el sector de los lanzamientos suborbitales, la investigación de exoplanetas se ha convertido en una de las áreas más vibrantes de la astrofísica. El telescopio James Webb, junto a misiones como TESS y el futuro PLATO de la Agencia Espacial Europea, lidera la búsqueda de mundos potencialmente habitables y la caracterización de sus atmósferas.
El hallazgo de un planeta gigante en Alfa Centauri A sugiere que podrían existir otros cuerpos más pequeños, posiblemente rocosos, en el sistema. Los planetas gigantes suelen tener una importante influencia gravitatoria, lo que puede ayudar a estabilizar las órbitas de planetas interiores y, potencialmente, favorecer el desarrollo de condiciones aptas para la vida. Los investigadores planean seguir observando el sistema con Webb y otros telescopios para confirmar la naturaleza del planeta y buscar indicios de otros mundos en las zonas más cercanas a la estrella, donde el agua líquida podría existir en la superficie.
Si se confirma la existencia de este planeta gigante, estaríamos ante el exoplaneta más cercano a la Tierra descubierto hasta la fecha en una estrella similar al Sol, lo que supondría un hito en la historia de la astronomía. El descubrimiento refuerza la idea de que los planetas son comunes en nuestra galaxia y que los sistemas estelares próximos pueden albergar una diversidad mucho mayor de mundos de lo que se pensaba hasta ahora.
El telescopio James Webb, con su capacidad para analizar la composición atmosférica de exoplanetas, podría en el futuro proporcionarnos datos sobre la presencia de agua, metano u otros compuestos asociados a la vida, abriendo la puerta a una nueva era en la búsqueda de vida extraterrestre. Por ahora, el universo cercano se muestra cada vez menos solitario y más fascinante, gracias a la incansable labor de instrumentos como el Webb y la colaboración internacional en la exploración espacial.
(Fuente: NASA)
