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El telescopio Webb y Chandra revelan la enigmática materia oscura en cúmulos galácticos

El telescopio Webb y Chandra revelan la enigmática materia oscura en cúmulos galácticos

La materia oscura, ese componente invisible que constituye la mayor parte de la masa del universo, ha vuelto a colocarse en el centro de la investigación astronómica gracias a una innovadora colaboración entre dos de los telescopios más avanzados de nuestra era: el James Webb Space Telescope (JWST) y el Observatorio de Rayos X Chandra, ambos gestionados por la NASA. El 30 de junio de 2025 se ha publicado una imagen que combina los datos obtenidos por ambos instrumentos, permitiendo visualizar con un nivel de detalle sin precedentes la distribución de materia oscura en cúmulos de galaxias lejanos.

La materia oscura es uno de los grandes misterios de la física contemporánea. Aunque no emite, absorbe ni refleja luz, su existencia se deduce por sus efectos gravitacionales sobre la materia visible y la estructura a gran escala del cosmos. Se estima que compone aproximadamente el 85% de la materia total del universo, pero hasta el momento ningún experimento en la Tierra ha logrado detectarla directamente.

En esta nueva investigación, el equipo científico empleó el telescopio espacial James Webb, lanzado en 2021, para medir con exquisita precisión la masa de varios cúmulos galácticos. Webb, equipado con la instrumentación más avanzada en el rango infrarrojo, permitió analizar tanto la luz de las galaxias como el resplandor tenue de estrellas desgajadas de sus sistemas originales, es decir, aquellas que flotan libres en el espacio intergaláctico tras haber sido expulsadas por interacciones gravitacionales.

A estos datos se sumaron las observaciones del observatorio Chandra, que desde el año 1999 explora el cosmos en rayos X. Chandra es especialmente útil para estudiar los gases extremadamente calientes que llenan los cúmulos de galaxias y que, a su vez, ayudan a trazar la distribución de la materia, incluida la oscura. La fusión de las imágenes obtenidas por ambos telescopios ha permitido a los investigadores reconstruir un mapa tridimensional de la masa, revelando cómo la materia oscura se agrupa y moldea la evolución de los cúmulos.

El análisis pormenorizado de las imágenes muestra que la mayor parte de la masa no corresponde a la materia visible, sino a un halo invisible y difuso de materia oscura que envuelve a los cúmulos. Las estrellas errantes, identificadas gracias a la sensibilidad infrarroja del Webb, actúan como trazadoras adicionales de la distribución de materia, ya que sus trayectorias se ven afectadas por los campos gravitatorios de la materia oscura. Este enfoque permite a los científicos afinar los modelos que describen la interacción entre la materia ordinaria y la oscura en las escalas cósmicas más grandes.

Estos avances llegan en un momento de intenso desarrollo tecnológico en el ámbito aeroespacial. No solo la NASA, sino también entidades privadas como SpaceX y Blue Origin, están ampliando la frontera de la exploración espacial, aunque su foco principal es el acceso y la utilización del espacio cercano a la Tierra. SpaceX, bajo la dirección de Elon Musk, continúa consolidando su liderazgo en lanzamientos orbitales reutilizables, mientras que Blue Origin avanza con el desarrollo de cohetes como el New Glenn y el módulo lunar Blue Moon, destinados a misiones tripuladas y no tripuladas.

En el ámbito europeo, la española PLD Space ha logrado posicionarse como un actor clave en el desarrollo de lanzadores ligeros reutilizables. Tras el exitoso vuelo de su cohete MIURA 1, la compañía prepara el lanzamiento del MIURA 5, que aspira a consolidar la capacidad europea para poner satélites pequeños en órbita de manera autónoma y eficiente. Este auge de la industria espacial privada está generando un entorno de colaboración y competencia que acelera el ritmo de descubrimientos y aplicaciones tecnológicas.

Simultáneamente, misiones de vanguardia como la del telescopio Webb y el Chandra están permitiendo explorar otros aspectos fundamentales del cosmos, como la formación de exoplanetas y la búsqueda de biofirmas en atmósferas planetarias. Los futuros telescopios, tanto en el espectro óptico como en el de rayos X, se beneficiarán de estas sinergias tecnológicas y científicas, allanando el camino para desentrañar algunos de los enigmas más profundos del universo.

La visualización conjunta de la materia oscura obtenida por Webb y Chandra representa un hito en la comprensión de la estructura cósmica. Los datos recopilados no solo confirman la existencia de esta sustancia esquiva, sino que también proporcionan pistas cruciales sobre su naturaleza y su papel en la evolución de galaxias y cúmulos. Este tipo de colaboraciones internacionales y multidisciplinares es clave para avanzar en la astronomía moderna y acercarnos, paso a paso, a resolver el misterio de la materia oscura.

(Fuente: NASA)