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Estudiantes de EE. UU. revolucionan los trajes espaciales en el Johnson Space Center

Estudiantes de EE. UU. revolucionan los trajes espaciales en el Johnson Space Center

Durante los últimos meses, más de un centenar de estudiantes universitarios procedentes de 12 centros académicos estadounidenses han participado en el desafío NASA Spacesuit User Interface Technologies for Students (SUITS). El objetivo: diseñar nuevas interfaces de usuario para los futuros trajes espaciales y vehículos exploradores con los que la humanidad prevé regresar a la Luna y, más adelante, pisar Marte. El colofón a este arduo trabajo se vivió recientemente en el Johnson Space Center de Houston, Texas, donde los equipos presentaron sus innovadoras propuestas en un entorno que reproduce fielmente la superficie lunar y marciana.

El programa SUITS de la NASA es una iniciativa educativa que busca implicar a la próxima generación de ingenieros y científicos aeroespaciales en el desarrollo de tecnologías clave para la exploración espacial. Lejos de limitarse a la teoría, el desafío exige la creación y prueba de prototipos funcionales, en un entorno que simula las condiciones reales que se encontrarán en futuras misiones Artemis o en la exploración marciana.

El entorno de pruebas utilizado, conocido como «luna y Marte simulados», es una instalación de vanguardia en el Johnson Space Center. Allí, los estudiantes han podido comprobar en primera persona cómo sus conceptos de interfaz responden al polvo lunar, las limitaciones de visibilidad y la movilidad restringida por los voluminosos trajes espaciales. En este sentido, el realismo del entorno ha permitido detectar debilidades, pero también ha puesto de manifiesto la audacia y creatividad de los futuros ingenieros.

Entre los retos tecnológicos abordados por los participantes destaca la necesidad de interfaces intuitivas que permitan a los astronautas acceder rápidamente a información crítica, como la localización de compañeros, el estado del traje, los niveles de oxígeno o las rutas de navegación en terrenos hostiles. Muchos equipos han apostado por la realidad aumentada, integrando visores y sistemas de proyección de datos directamente en los cascos. De este modo, se reduce la necesidad de manipular controles físicos, algo especialmente útil cuando se llevan guantes presurizados y la coordinación motriz se ve limitada.

Otros proyectos han centrado sus esfuerzos en sistemas de comunicación de voz avanzados, capaces de interpretar comandos verbales incluso en condiciones de ruido elevado o con interferencias. También se han presentado soluciones para la monitorización biomédica en tiempo real, permitiendo al astronauta y al centro de control en la Tierra conocer al instante parámetros vitales y anticipar posibles incidentes médicos.

El desafío SUITS no solo favorece el desarrollo tecnológico, sino que también fomenta la colaboración interdisciplinar. Los equipos universitarios han contado con perfiles diversos, desde ingenieros de software y hardware hasta diseñadores industriales y expertos en experiencia de usuario (UX). Esta variedad ha resultado clave para idear soluciones que no solo sean técnicamente viables, sino también ergonómicas y adaptadas a las condiciones psicológicas y físicas de los astronautas.

La NASA valora estos trabajos como un banco de pruebas para ideas disruptivas que, en muchos casos, acaban sirviendo de base para futuras patentes o incluso incorporándose a los programas Artemis y las misiones de exploración robótica y tripulada de Marte. El organismo espacial estadounidense insiste en que el éxito de la exploración más allá de la órbita baja de la Tierra depende no solo de cohetes y módulos de aterrizaje avanzados –como los desarrollados por SpaceX con Starship o Blue Origin con su Blue Moon–, sino también de tecnologías que mejoren la seguridad y autonomía de los astronautas en superficies extraterrestres.

Cabe recordar que, en paralelo a iniciativas como SUITS, la NASA ha adjudicado recientemente contratos millonarios a empresas como Axiom Space y Collins Aerospace para el diseño de los nuevos trajes espaciales de próxima generación, que sustituirán a los icónicos modelos utilizados desde la era del Apolo y el transbordador. Asimismo, firmas como Virgin Galactic siguen impulsando el turismo suborbital, mientras la española PLD Space se consolida en el sector de los lanzadores ligeros con el cohete MIURA 1, abriendo la puerta a la democratización del acceso al espacio.

El trabajo realizado por estos estudiantes no solo representa un avance en el diseño de interfaces de usuario para la exploración espacial, sino que también constituye un ejemplo inspirador de cómo la colaboración entre organismos públicos, universidades y la industria privada sigue siendo fundamental para el progreso de la humanidad en el espacio.

En definitiva, los prototipos presentados en Houston acercan cada vez más el día en que astronautas de todo el mundo puedan trabajar en la Luna y Marte con una tecnología intuitiva, fiable y adaptada a los desafíos de la exploración interplanetaria. El futuro de la conquista espacial, sin duda, está en manos de las nuevas generaciones.

(Fuente: NASA)