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La biotecnología espacial: microorganismos que fabrican nutrientes para los astronautas

La biotecnología espacial: microorganismos que fabrican nutrientes para los astronautas

La exploración espacial a largo plazo enfrenta desafíos mayúsculos, y uno de los más críticos es garantizar el suministro continuo de nutrientes esenciales para los astronautas. Las misiones a la Luna, Marte o incluso más allá requieren soluciones innovadoras para evitar la degradación y el agotamiento de los alimentos almacenados durante largos periodos. En este contexto, la NASA ha puesto en marcha una serie de experimentos pioneros bajo el nombre de BioNutrients, cuyo objetivo es emplear microorganismos para sintetizar nutrientes vitales fuera de la Tierra y justo cuando se necesiten.

La importancia de la nutrición en el espacio

La salud de los astronautas depende en gran medida de la dieta, que debe cubrir las necesidades de vitaminas, minerales y otros compuestos fundamentales para el funcionamiento del organismo. En la Estación Espacial Internacional (ISS), los alimentos suministrados desde la Tierra pueden perder calidad con el tiempo debido a la radiación y las difíciles condiciones de almacenamiento. Esto supone un serio inconveniente para misiones de larga duración, como las que se planean hacia Marte, donde la logística de reabastecimiento es inviable. Por ello, la producción autónoma de nutrientes en el espacio es vista como una solución clave para el futuro de la exploración espacial.

BioNutrients: una serie de experimentos con microorganismos

Iniciado en 2019, el programa BioNutrients ha llevado a cabo varios experimentos para evaluar la viabilidad de producir compuestos esenciales utilizando biotecnología microbiana en entornos espaciales. La NASA, en colaboración con instituciones académicas y socios industriales, ha puesto a prueba diferentes cepas de bacterias y levaduras modificadas genéticamente para que sinteticen nutrientes como la vitamina B12, antioxidantes y proteínas de alto valor biológico.

Algunos de estos experimentos ya han concluido satisfactoriamente. Por ejemplo, se ha demostrado que ciertas bacterias pueden sobrevivir y mantenerse activas en la microgravedad de la ISS, produciendo vitaminas de forma controlada y segura. Otros estudios, aún en curso, exploran cómo optimizar la producción para que sea lo suficientemente eficiente como para cubrir las necesidades diarias de una tripulación durante meses o años.

Desafíos técnicos y soluciones innovadoras

Uno de los mayores retos técnicos consiste en garantizar que los microorganismos trabajen de manera estable y predecible en condiciones de microgravedad, temperatura variable y radiación elevada. Los experimentos de BioNutrients utilizan biorreactores compactos y automatizados, capaces de controlar el entorno interno y monitorizar el crecimiento de los cultivos microbianos en tiempo real.

El control de la contaminación es otro aspecto crítico: hay que evitar que otros microorganismos indeseados proliferen en los biorreactores. Para ello, se emplean técnicas de ingeniería genética que confieren a las cepas de interés una ventaja competitiva, así como protocolos estrictos de esterilización y aislamiento.

Un paso más hacia la autosuficiencia espacial

El éxito de los experimentos BioNutrients representa un avance importante hacia la autosuficiencia en el espacio. Si los astronautas pueden producir sus propios nutrientes de forma fiable, se reducirá la dependencia de la Tierra y se podrán planificar misiones más largas y ambiciosas. Esta tecnología podría integrarse en futuros hábitats lunares o marcianos, donde el cultivo de alimentos convencionales sigue siendo un desafío técnico y logístico.

Contexto internacional y futuro de la biotecnología espacial

El interés por la biotecnología aplicada al espacio no se limita a la NASA. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, así como agencias como la Agencia Espacial Europea (ESA), están invirtiendo en investigaciones similares. La empresa española PLD Space, centrada hasta ahora en lanzadores reutilizables, también ha mostrado interés en tecnologías de soporte vital que incluyan la producción biológica de nutrientes o reciclaje de recursos.

Por su parte, SpaceX, con su programa Starship, planea llevar tripulaciones numerosas a Marte, por lo que la autosuficiencia alimentaria será imprescindible desde el primer momento. Otros actores como Virgin Galactic, aunque más enfocados en el turismo espacial suborbital, también exploran colaboraciones en el campo biotecnológico para desarrollar alimentos funcionales adaptados a vuelos espaciales.

El descubrimiento de exoplanetas potencialmente habitables multiplica el interés por estas tecnologías, ya que la capacidad de producir nutrientes in situ será esencial para futuras misiones de exploración y colonización.

La biotecnología espacial, en definitiva, se perfila como una de las herramientas más prometedoras para el futuro de la humanidad más allá de la Tierra. Los experimentos BioNutrients abren la puerta a una era en la que los astronautas puedan depender menos de la Tierra y más de las soluciones científicas desarrolladas a bordo de sus naves y hábitats.

(Fuente: NASA)