La “Galaxia Perdida” revela sus secretos gracias al Hubble: un vistazo a NGC 4535 en Virgo

El venerable Telescopio Espacial Hubble, fruto de la colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), ha vuelto a deleitar a la comunidad científica y a los aficionados a la astronomía con una imagen sorprendente de la galaxia espiral NGC 4535. Situada a unos 50 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Virgo, esta galaxia ha sido apodada la “Galaxia Perdida” por los astrónomos que la observan desde telescopios modestos, debido a su aspecto extremadamente tenue y difuso.
La imagen obtenida por el Hubble destaca la estructura espiral con un nivel de detalle sin precedentes, gracias a su espejo principal de 2,4 metros de diámetro y su privilegiada ubicación fuera de la atmósfera terrestre. Esta posición le permite evitar la distorsión y la contaminación lumínica que afectan a los telescopios terrestres, lo que resulta fundamental para captar objetos tan apagados como NGC 4535.
NGC 4535 se encuentra en la región central del cúmulo de Virgo, uno de los cúmulos galácticos más ricos y cercanos a nuestro propio Grupo Local. Descubierta por William Herschel en el siglo XVIII, esta galaxia ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de la historia de la astronomía, ya que su relativa proximidad la convierte en un laboratorio natural para analizar la formación y evolución de galaxias espirales como la Vía Láctea.
La imagen del Hubble revela un núcleo brillante rodeado de brazos espirales bien definidos, donde se aprecian zonas de formación estelar activa, evidenciadas por la presencia de nubes de gas y estrellas jóvenes de color azul intenso. También se observan numerosas regiones oscuras, consecuencia de nubes de polvo interestelar que bloquean parcialmente la luz de las estrellas situadas detrás. Este nivel de detalle permite a los científicos analizar la dinámica interna de NGC 4535 y su historia de formación estelar.
Pero el interés por NGC 4535 no se limita solo a la belleza de sus brazos espirales. En los últimos años, varios equipos de investigación han utilizado datos del Hubble y de otros observatorios, como el telescopio espacial Spitzer y el radiotelescopio ALMA, para estudiar la composición química de la galaxia y buscar indicios de exoplanetas en sus sistemas estelares. Aunque la detección directa de exoplanetas en galaxias externas sigue siendo un reto formidable, los avances en instrumentación y análisis de datos abren la puerta a futuras sorpresas.
El papel del Hubble en el estudio de galaxias como NGC 4535 es insustituible, aunque la llegada de nuevos telescopios espaciales promete revolucionar aún más este campo. El recientemente lanzado telescopio espacial James Webb, con su espejo de 6,5 metros y su sensibilidad al infrarrojo, permitirá observar regiones aún más ocultas por el polvo interestelar y detectar las huellas químicas de la formación de estrellas y planetas. Sin embargo, el Hubble sigue siendo el referente en el rango óptico, proporcionando imágenes de alta resolución que complementan los datos de otros instrumentos.
Mientras la NASA y la ESA continúan explotando los datos del Hubble, el sector espacial privado también sigue avanzando. SpaceX, la empresa fundada por Elon Musk, trabaja activamente en el desarrollo de su nave Starship, que en el futuro podría servir para lanzar grandes telescopios espaciales o incluso misiones tripuladas al espacio profundo. Por su parte, Blue Origin y Virgin Galactic exploran el turismo suborbital, una industria incipiente que podría acercar la exploración del cosmos a nuevos públicos y fuentes de financiación.
En España, la compañía PLD Space se posiciona como un actor prometedor en el lanzamiento de pequeños satélites, mientras que la Agencia Espacial Europea prepara nuevas misiones para el estudio de exoplanetas y galaxias lejanas. Las sinergias entre agencias públicas y empresas privadas apuntan a una nueva era en la exploración del universo, donde la colaboración internacional y la innovación tecnológica serán clave.
La imagen de NGC 4535 obtenida por el Hubble no solo es un testimonio de la capacidad técnica de la humanidad para desvelar los misterios del cosmos, sino también una invitación a seguir explorando el universo. A medida que los nuevos telescopios y misiones se preparan para despegar, cada descubrimiento nos acerca un poco más a comprender nuestro lugar en el inmenso tapiz galáctico.
(Fuente: NASA)
