La misión GEDI de la NASA: cartografiando la selva global desde el espacio

El encuentro anual del equipo científico de la misión Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI), celebrado entre el 1 y el 3 de abril de 2025 en la Universidad de Maryland, ha reunido a más de 60 expertos internacionales para analizar los avances y retos de este ambicioso proyecto. El evento, que combinó la asistencia presencial y virtual, sirvió para poner en común los últimos resultados de GEDI, un instrumento revolucionario a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) que está transformando nuestra comprensión de los bosques y la vegetación del planeta.
Un “lidar” orbital para medir la vida
GEDI, acrónimo de Global Ecosystem Dynamics Investigation, es una misión de la NASA, lanzada en diciembre de 2018, cuyo objetivo principal es escanear la estructura tridimensional de la vegetación terrestre. Utiliza una tecnología denominada lidar (detección y medición de distancias mediante láser), capaz de emitir pulsos láser hacia la superficie terrestre y registrar el tiempo que tarda la luz en regresar tras reflejarse en la vegetación y el suelo.
Esta técnica permite obtener datos extremadamente precisos sobre la altura de los árboles, la densidad del follaje y la biomasa almacenada en los ecosistemas. Hasta la llegada de GEDI, la cartografía global de la vegetación carecía de la resolución vertical necesaria para estimar con exactitud el carbono almacenado en los bosques, un parámetro fundamental para comprender el ciclo global del carbono y las dinámicas del cambio climático.
Aportaciones clave en la lucha contra el cambio climático
Durante la reunión científica de 2025, los responsables de GEDI han mostrado cómo los datos recopilados en los últimos seis años han permitido avanzar significativamente en la estimación de la biomasa forestal global. La información que proporciona GEDI está siendo empleada por la NASA y otras agencias para refinar los modelos de absorción de carbono y, por ende, mejorar las predicciones sobre el calentamiento global.
Expertos de la Universidad de Maryland y del propio equipo de GEDI han presentado nuevas investigaciones que demuestran cómo los cambios en la cubierta vegetal, como la deforestación o la regeneración forestal, pueden detectarse y cuantificarse con una precisión sin precedentes. Esto resulta crucial para los compromisos internacionales en materia de reducción de emisiones y conservación del medio ambiente, como los establecidos en el Acuerdo de París.
Colaboración internacional y nuevas aplicaciones
El encuentro también ha servido para reforzar la colaboración entre la NASA y otras agencias espaciales, como la Agencia Espacial Europea (ESA) o la japonesa JAXA, cuyos satélites aportan datos complementarios a los de GEDI. Asimismo, se ha destacado la cooperación con equipos científicos de universidades y centros de investigación de todo el mundo, que están aplicando los datos de GEDI en proyectos tan diversos como la gestión sostenible de bosques, la biodiversidad, la agricultura de precisión o el estudio de hábitats críticos para especies amenazadas.
Una de las novedades destacadas en la reunión ha sido la integración de los datos de GEDI con imágenes ópticas de alta resolución y observaciones de radar, lo que permite superar limitaciones asociadas a la cobertura de nubes o a la densidad de la vegetación. Esta fusión de datos abre la puerta a aplicaciones innovadoras, como el seguimiento en tiempo real de los incendios forestales o el monitoreo de la recuperación de ecosistemas tras eventos extremos.
Futuro incierto, pero prometedor
Aunque la misión GEDI estaba inicialmente prevista para operar hasta 2023, su éxito científico ha impulsado varias extensiones y la comunidad internacional aboga por prolongar su funcionamiento mientras la ISS esté en servicio. El equipo reunido en Maryland ha discutido posibles mejoras instrumentales y la necesidad de lanzar futuras misiones lidar, tanto desde la ISS como en satélites independientes, para asegurar la continuidad de los datos.
En paralelo, la NASA y otras agencias consideran la posibilidad de desarrollar satélites dedicados a la observación lidar de la biosfera terrestre, conscientes del papel estratégico que juegan estos datos en la lucha climática y en la conservación de la biodiversidad planetaria.
Sin embargo, el futuro de GEDI dependerá también de las prioridades presupuestarias y de la agenda internacional en exploración espacial, donde proyectos emblemáticos como los desarrollados por SpaceX, Blue Origin o la propia NASA para la Luna y Marte compiten por los recursos. No obstante, el consenso es claro: la monitorización de la Tierra, y en particular de sus ecosistemas, debe seguir siendo una prioridad en la próxima década.
En definitiva, la misión GEDI ha consolidado su lugar como una de las herramientas más poderosas para comprender y proteger los pulmones verdes del planeta, y su legado se proyecta como indispensable en la era de la ciencia espacial aplicada a la sostenibilidad de la Tierra.
(Fuente: NASA)

