La NASA busca voluntarios para rastrear la misión Artemis II en tiempo real

La NASA ha lanzado un llamamiento a la comunidad científica y a los aficionados a la astronomía de todo el mundo para que colaboren en el rastreo pasivo de la nave Orion durante la histórica misión Artemis II, la primera misión tripulada del programa Artemis que llevará astronautas en un viaje alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra. Este proyecto no solo supone un hito en la exploración lunar moderna, sino que también abre la puerta a la participación ciudadana en un acontecimiento que marcará una era en la conquista espacial.
El programa Artemis, cuyo nombre se inspira en la diosa griega de la Luna, hermana de Apolo, persigue devolver a los seres humanos a la superficie lunar por primera vez desde 1972. La misión Artemis II, prevista para un futuro cercano, se presenta como el primer vuelo tripulado del potente Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) junto con la nave Orión. La tripulación estará compuesta por los astronautas de la NASA Reid Wiseman, Victor Glover y Christina Koch, a los que se suma Jeremy Hansen, representante de la Agencia Espacial Canadiense (CSA). Juntos, se embarcarán en una travesía de aproximadamente diez días que sentará las bases para el futuro alunizaje con Artemis III.
La novedad en esta misión reside en el llamamiento abierto a voluntarios, tanto profesionales como amateurs, para que ayuden en el seguimiento del trayecto de Orión. Esta iniciativa, pionera en la historia de la exploración espacial tripulada, pretende complementar los sistemas de seguimiento oficiales de la NASA, aprovechando la capacidad de observatorios, radioaficionados y astrónomos de todo el mundo. La idea es captar la señal y posición de la nave durante los momentos en los que la cobertura directa desde la Tierra sea limitada o cuando la nave se encuentre en la cara oculta de la Luna.
El rastreo pasivo consiste en la recepción y análisis de las señales emitidas por la nave Orión, sin interferir en las comunicaciones ni alterar el curso de la misión. Los voluntarios podrán utilizar radiotelescopios, antenas de recepción y otros instrumentos especializados para captar información sobre la trayectoria y el estado de la nave. Estos datos, debidamente centralizados y cotejados, proporcionarán un valioso respaldo a la monitorización oficial, a la vez que fomentan la participación pública en la exploración espacial.
La NASA ya ha puesto en marcha plataformas de inscripción y foros de discusión online para coordinar los esfuerzos de los participantes y difundir material técnico sobre las frecuencias de transmisión y los protocolos de seguimiento. Además, la agencia ofrecerá seminarios web y sesiones informativas para resolver dudas y maximizar la calidad de los datos recibidos.
La importancia de la misión Artemis II va más allá de la simple demostración tecnológica. Supone el regreso de la humanidad a un entorno lunar tras más de medio siglo, en un contexto en el que la cooperación internacional y la apertura a la sociedad civil se han convertido en pilares fundamentales de la nueva era espacial. El test de vuelo de SLS y Orión permitirá comprobar en condiciones reales la habitabilidad, los sistemas de soporte vital y la capacidad de comunicación de la nave, todo ello imprescindible para el éxito de futuras misiones con alunizaje.
En paralelo, la carrera espacial contemporánea está viviendo un auge sin precedentes, con la entrada de actores privados como SpaceX y Blue Origin, que diseñan sus propios vehículos para viajes lunares y más allá. SpaceX, por ejemplo, colabora estrechamente con la NASA en el desarrollo del módulo de alunizaje Starship para Artemis III, mientras que Blue Origin ha sido seleccionada para misiones de transporte de carga y tripulaciones futuras. Virgin Galactic, por su parte, sigue avanzando en el turismo suborbital, acercando el espacio a ciudadanos de todo el planeta.
En Europa, la compañía española PLD Space ha logrado recientemente hitos significativos con el lanzamiento de su cohete suborbital Miura 1, posicionando a España en el mapa de los lanzadores comerciales. La ESA, por su parte, continúa explorando los límites del sistema solar, con misiones para buscar exoplanetas y estudiar la atmósfera de otros mundos.
El rastreo de la nave Orión en Artemis II no solo será útil para la propia NASA, sino que permitirá a la comunidad científica internacional validar técnicas y equipos de seguimiento que podrían ser aplicados en futuras misiones, tanto tripuladas como robóticas. Así, la colaboración entre agencias, empresas privadas y voluntarios se consolida como la fórmula del éxito en la exploración del cosmos.
La misión Artemis II representa un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial, donde la participación ciudadana y la cooperación global son tan importantes como la tecnología de vanguardia. Queda claro que el futuro de la conquista del espacio será, más que nunca, un esfuerzo colectivo donde todos pueden aportar su grano de arena.
(Fuente: NASA)

 
							 
							