La NASA conmemora el 250º aniversario de EE. UU. con un emblema histórico en el SLS

La NASA ha decidido celebrar el 250º aniversario de la independencia de Estados Unidos de una forma realmente especial: incorporando un emblema conmemorativo en los dos cohetes impulsores sólidos (SRBs) del Space Launch System (SLS), el potente lanzador que será el encargado de enviar la misión Artemis II alrededor de la Luna en 2025. Este gesto no solo simboliza el espíritu pionero del país, sino que también pone de manifiesto la ambición estadounidense de liderar la próxima gran era de la exploración espacial.
El emblema “America 250” cubre ya la superficie de los dos boosters que constituirán el núcleo del SLS, el cohete más potente construido hasta la fecha por la NASA. Se trata de un guiño a los dos siglos y medio de historia del país, pero también a la determinación de Estados Unidos por avanzar en la frontera del espacio, justo en el momento en que el programa Artemis se prepara para devolver astronautas a la Luna, más de cincuenta años después de la última misión Apolo.
Un impulso histórico para el regreso a la Luna
El SLS es el pilar tecnológico sobre el que se sustenta el programa Artemis, la ambiciosa iniciativa de la NASA para establecer una presencia humana sostenible en la Luna y, a largo plazo, preparar el salto a Marte. Artemis II, prevista para 2025, será la primera misión tripulada de este programa: cuatro astronautas, entre ellos probablemente la primera mujer y la primera persona de color en orbitar la Luna, surcarán el espacio a bordo de la nave Orión. Aunque no aterrizarán, su viaje marcará la vuelta de los humanos al entorno lunar desde 1972.
Los dos cohetes impulsores sólidos son componentes fundamentales del SLS y recuerdan a los utilizados en los antiguos transbordadores espaciales. Con más de 54 metros de longitud cada uno, proporcionarán el 75% del empuje necesario en los primeros minutos tras el lanzamiento. Recubrirlos con el emblema del 250º aniversario es una declaración de intenciones: la exploración espacial se convierte en uno de los mayores orgullos nacionales, al mismo nivel que los grandes logros históricos de la nación.
El contexto internacional y la competencia privada
Estados Unidos no está solo en esta nueva carrera espacial. China, con su programa lunar y la estación espacial Tiangong, y agencias como Roscosmos en Rusia o la ESA europea, están compitiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías y misiones de exploración. Además, la irrupción de empresas privadas como SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic o la española PLD Space ha revolucionado el sector, abaratando costes y acelerando el ritmo de lanzamientos.
SpaceX, por ejemplo, está muy presente en el programa Artemis: su nave Starship será, si todo avanza según lo previsto, la encargada de descender a los astronautas hasta la superficie lunar en las próximas misiones Artemis III y IV. Blue Origin también ha conseguido contratos para desarrollar módulos lunares y tecnologías asociadas, mientras que Virgin Galactic prosigue con sus vuelos suborbitales turísticos, acercando la experiencia espacial a un público más amplio.
PLD Space, por su parte, ha logrado situar a España en el mapa del acceso al espacio con el exitoso lanzamiento del cohete Miura 1 y prepara ya el Miura 5, que aspira a competir en el segmento de lanzadores pequeños europeos. Esta democratización del espacio, con la entrada de nuevos actores públicos y privados, está impulsando una nueva ola de innovación que tendrá consecuencias decisivas en la exploración de exoplanetas y la búsqueda de vida más allá del sistema solar.
El legado de la exploración y el futuro
La decisión de la NASA de asociar el 250º aniversario de Estados Unidos con la próxima gran misión lunar subraya la importancia de la exploración espacial como elemento vertebrador de la identidad nacional y de la cooperación internacional. Así como el Apolo 11 simbolizó en 1969 una cima tecnológica y política en plena Guerra Fría, Artemis se proyecta como una empresa global, más inclusiva y con una visión a largo plazo: el establecimiento de bases lunares, la explotación de recursos in situ, la investigación científica avanzada y, finalmente, la llegada del ser humano a Marte.
El nuevo emblema en el SLS será, por tanto, algo más que una simple imagen: será el estandarte de una generación que aspira a conquistar el espacio más allá de lo soñado por sus predecesores, integrando tradición y futuro en cada lanzamiento. Con Artemis II, la NASA y sus socios internacionales y comerciales buscan inspirar a las próximas generaciones y consolidar el liderazgo estadounidense en la exploración espacial cuando el país celebra dos siglos y medio de historia.
La cuenta atrás para Artemis II ya ha comenzado y, con ella, una nueva página en la historia espacial mundial. (Fuente: NASA)
