La NASA inicia su segunda misión simulada a Marte con cuatro voluntarios en un hábitat impreso en 3D

La NASA ha dado un nuevo paso en la preparación de futuras misiones tripuladas a Marte con el inicio de su segunda misión simulada de larga duración. El pasado 19 de octubre, un equipo formado por cuatro voluntarios —Ross Elder, Ellen Ellis, Matthew Montgomery y James Spicer— se adentró en el singular hábitat CHAPEA (Crew Health and Performance Exploration Analog), ubicado en el Centro Espacial Johnson de Houston (Texas), donde vivirán y trabajarán durante 378 días consecutivos. Esta misión pretende emular las condiciones que afrontarán los astronautas en una misión real al planeta rojo, tanto en lo relativo a las limitaciones ambientales como a los retos psicológicos y logísticos.
El módulo CHAPEA representa un hito tecnológico al estar fabricado íntegramente mediante impresión 3D. Con una superficie de unos 160 metros cuadrados, este hábitat busca reproducir fielmente los desafíos de un entorno marciano: desde la escasez de recursos y el aislamiento extremo hasta la necesidad de autogestión en caso de emergencias. La impresión 3D no solo permite una construcción rápida y eficiente, sino que también se perfila como una de las grandes apuestas para la futura edificación de hábitats en otros planetas, donde transportar materiales desde la Tierra resulta inviable.
La misión, con una duración de poco más de un año, se centra especialmente en estudiar la salud y el rendimiento de los tripulantes en condiciones de confinamiento prolongado. Durante este periodo, los voluntarios deberán llevar a cabo experimentos científicos, gestionar recursos limitados, mantener el hábitat y enfrentarse a la simulación de diferentes emergencias médicas y técnicas. Se trata de un ejercicio exhaustivo para evaluar la capacidad humana de adaptación, cooperación y solución de problemas en entornos extremos.
CHAPEA es el acrónimo de Crew Health and Performance Exploration Analog, un programa que nació en 2022 como parte de la estrategia de la NASA para afrontar los retos asociados a la exploración humana de Marte. Esta segunda misión sigue los pasos de la primera, iniciada el año pasado, y ambas forman parte de una serie de experimentos que buscan identificar los riesgos y necesidades reales de una misión interplanetaria. Los resultados obtenidos serán decisivos para el diseño de protocolos, sistemas de soporte vital y estrategias de selección y entrenamiento de astronautas destinados a misiones de larga duración.
Más allá del aspecto psicológico y médico, la misión tiene también un enfoque innovador en la gestión de recursos. El hábitat dispone de sistemas avanzados de reciclaje de agua y aire, y los alimentos están estrictamente racionados y basados en lo que podría cultivarse o transportarse a Marte. La tripulación tendrá que arreglárselas con suministros limitados y realizar simulacros de cultivo hidropónico, explorando así la viabilidad de la autosuficiencia alimentaria en el planeta rojo.
El papel de la impresión 3D en este experimento resulta clave. Ingenieros y arquitectos aeroespaciales consideran que esta tecnología será fundamental para construir infraestructuras en la Luna y Marte usando materiales locales, como el regolito. Proyectos paralelos, tanto de la NASA como de empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, exploran igualmente el uso de la fabricación aditiva para edificar bases en otros cuerpos celestes. La versatilidad de la impresión 3D permitiría levantar hábitats, laboratorios e incluso piezas de repuesto sobre la marcha, optimizando recursos y minimizando riesgos.
En el contexto actual de la exploración espacial, la misión CHAPEA se suma a otras iniciativas internacionales y privadas que buscan llevar al ser humano más allá de la órbita baja terrestre. SpaceX, por ejemplo, avanza en el desarrollo de la nave Starship, diseñada para transportar grandes tripulaciones y cargas a la Luna y Marte, mientras que Blue Origin y Virgin Galactic continúan impulsando el turismo espacial y las infraestructuras orbitales. Por su parte, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia japonesa JAXA destinan también recursos al estudio de misiones de larga duración y hábitats extraplanetarios, conscientes de que la convivencia y la eficiencia en ambientes cerrados serán decisivas para el éxito de la exploración humana del sistema solar.
El estudio de exoplanetas, por otro lado, alimenta la esperanza de que, en un futuro no tan lejano, la tecnología desarrollada para Marte pueda adaptarse a misiones en otros mundos potencialmente habitables. El hallazgo constante de nuevos exoplanetas en la denominada “zona habitable” multiplica el interés por perfeccionar sistemas de vida autónomos, hábitats modulares y protocolos de supervivencia extraplanetaria.
A lo largo del próximo año, los ojos de la comunidad científica internacional estarán puestos en la evolución de esta misión, cuyo éxito o fracaso aportará datos cruciales para el futuro de la humanidad en el espacio profundo. El trabajo de Elder, Ellis, Montgomery y Spicer no solo pondrá a prueba los límites de la resistencia humana, sino que también servirá de base para el diseño de las primeras misiones tripuladas a Marte, previstas, si se cumplen los calendarios más optimistas, para la década de 2030.
La exploración del espacio continúa desafiando a la ciencia y la tecnología, y experimentos como CHAPEA son la antesala imprescindible para dar el salto definitivo al planeta rojo.
(Fuente: NASA)
