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La NASA mira hacia el futuro lunar: nuevos proyectos en el histórico enclave de Apolo 15

La NASA mira hacia el futuro lunar: nuevos proyectos en el histórico enclave de Apolo 15

El 8 de mayo de 2022, Shawn Quinn, gerente del programa Exploration Ground Systems de la NASA, capturó una imagen detallada de la región lunar Hadley–Apennine, un enclave cargado de relevancia histórica para la exploración espacial. Esta área, localizada en el borde de la sombra de uno de los prominentes montes lunares, es célebre por haber albergado el alunizaje de la misión Apolo 15 en 1971. Más de medio siglo después, la NASA y otras agencias espaciales, tanto públicas como privadas, miran de nuevo hacia este icónico paisaje selenita, con la intención de convertirlo en uno de los puntos clave del renovado impulso por la exploración lunar.

La región Hadley–Apennine, situada en las estribaciones de los Montes Apeninos y junto a la hendidura del Valle Hadley, fue elegida en su día por su interés geológico. El equipo del Apolo 15, formado por David Scott, James Irwin y Alfred Worden, realizó allí una de las exploraciones más ambiciosas de todas las misiones Apolo —incluyendo el uso pionero del Lunar Roving Vehicle, el primer “coche” lunar—. Las muestras recogidas y los experimentos realizados en ese enclave dieron pie a algunos de los hallazgos más relevantes sobre la historia geológica de nuestro satélite.

Hoy, la imagen de Quinn no sólo evoca este pasado legendario, sino que también sirve de inspiración para los numerosos programas que pretenden devolver al ser humano a la superficie lunar. El programa Artemis de la NASA, por ejemplo, tiene como objetivo enviar una nueva generación de astronautas al satélite terrestre, con la mirada puesta en regiones cercanas al polo sur lunar, pero sin descartar futuras misiones a localizaciones históricas como Hadley–Apennine. El regreso a la Luna no sólo persigue fines científicos, sino que también se plantea como un ensayo general para futuras misiones a Marte y otros destinos más lejanos.

El papel de SpaceX y Blue Origin en el nuevo impulso lunar

En el contexto de este renacer lunar, la colaboración público-privada ha cobrado una importancia esencial. SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk, juega un papel protagonista como principal proveedor del Human Landing System (HLS) para Artemis, mediante una variante de su Starship. Este vehículo, diseñado para transportar grandes cargas y tripulación, pretende revolucionar la logística espacial, permitiendo misiones más sostenibles y frecuentes.

Blue Origin, por su parte, liderada por Jeff Bezos, también compite por su lugar en la nueva carrera lunar. Su módulo de descenso Blue Moon, junto con un consorcio de empresas aeroespaciales tradicionales, ha sido seleccionado por la NASA para desarrollar alternativas de aterrizaje y soporte vital, contribuyendo a la diversificación y robustez de la infraestructura lunar.

Europa y España, presentes en la exploración lunar

La Agencia Espacial Europea (ESA) se ha sumado al esfuerzo global, proporcionando módulos de servicio para la nave Orion de la NASA y colaborando en experimentos científicos de vanguardia. En el ámbito nacional, la empresa española PLD Space ha ido consolidando su posición como referente en el sector de lanzadores ligeros, demostrando la viabilidad de sus cohetes Miura para misiones suborbitales y, en un futuro, para cargas útiles lunares o interplanetarias.

El auge de la exploración comercial del espacio, con empresas como Virgin Galactic apostando por el turismo suborbital y la democratización del acceso al espacio, evidencia el creciente interés por desarrollar una economía espacial sostenible. Todo ello, enmarcado en un contexto donde la exploración de exoplanetas y la búsqueda de vida más allá del Sistema Solar sigue ocupando una posición central en la agenda de agencias como la NASA y la ESA.

Perspectivas futuras: de Apolo a Artemis y más allá

El retorno a la Luna, impulsado por avances tecnológicos y el dinamismo de nuevos actores privados, promete inaugurar una era de descubrimientos científicos y de desarrollo económico sin precedentes. La región Hadley–Apennine, con su legado de exploración y su potencial para futuras misiones, es un símbolo de la continuidad entre la “época dorada” del programa Apolo y las ambiciones renovadas del siglo XXI.

Las imágenes captadas por personal de la NASA como Shawn Quinn no sólo documentan la belleza y complejidad del paisaje lunar, sino que también nos recuerdan que el espíritu pionero de la exploración espacial sigue tan vivo como hace cincuenta años. Ahora, con la colaboración de SpaceX, Blue Origin, PLD Space y otras iniciativas globales, la humanidad se prepara para escribir el siguiente capítulo en la historia de la conquista del espacio, mirando hacia la Luna como trampolín para aventuras aún mayores.

(Fuente: NASA)