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Landsat: Medio siglo de vigilancia terrestre desde el espacio revoluciona la ciencia ambiental

Landsat: Medio siglo de vigilancia terrestre desde el espacio revoluciona la ciencia ambiental

Desde hace más de cinco décadas, la humanidad cuenta con un ojo permanente en órbita que escruta la superficie de la Tierra: el programa Landsat, fruto de la colaboración entre la NASA y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Esta constelación de satélites, pionera en la observación sistemática y continua del planeta, ha revolucionado la forma en que comprendemos el entorno terrestre, convirtiéndose en una herramienta imprescindible para científicos, urbanistas, agricultores y responsables políticos de todo el mundo.

El proyecto comenzó en 1972, en plena carrera espacial, con el lanzamiento de ERTS-1 (Earth Resources Technology Satellite), rebautizado posteriormente como Landsat 1. Su objetivo era ambicioso: recopilar imágenes multiespectrales de la Tierra a gran escala y con regularidad, algo inaudito hasta entonces. Desde aquel primer satélite, la familia Landsat ha crecido hasta contar hoy con ocho generaciones —la última, Landsat 9, fue puesta en órbita en septiembre de 2021— que han proporcionado un archivo inédito de datos sobre nuestro planeta.

La clave del éxito de Landsat reside en sus instrumentos de teledetección, diseñados para captar la radiación reflejada y emitida por la superficie terrestre en distintas longitudes de onda, tanto en el espectro visible como en el infrarrojo. Estos sensores permiten distinguir entre diferentes tipos de vegetación, suelos, masas de agua y estructuras urbanas, monitorizando su evolución a lo largo del tiempo. Gracias a la resolución espacial de entre 15 y 100 metros y a la frecuencia de revisita de 16 días, Landsat ha permitido a los investigadores identificar tendencias de décadas, como la expansión urbana y agrícola, la deforestación o el retroceso de glaciares, así como eventos a corto plazo, desde sequías hasta inundaciones o incendios forestales.

Una de las aplicaciones más cruciales del programa es la gestión del agua. El análisis multitemporal de imágenes Landsat ha facilitado la detección de cambios en humedales, lagos y embalses, permitiendo anticipar sequías o evaluar el impacto de la actividad humana sobre los recursos hídricos. Asimismo, estos datos han sido esenciales para el seguimiento de desastres naturales: tras el paso de huracanes o terremotos, las imágenes satelitales han servido para evaluar daños y planificar labores de recuperación y ayuda humanitaria.

En el ámbito agrícola, Landsat ha propiciado una auténtica revolución. Los agricultores y gestores de recursos pueden monitorizar el estado de los cultivos, estimar cosechas, detectar plagas o enfermedades y optimizar el uso de agua y fertilizantes. Este avance ha contribuido a una gestión más sostenible y eficiente de los recursos naturales, en un contexto de creciente presión sobre el sector agrícola por el cambio climático.

Landsat es también un referente en la observación del cambio climático. La comparación histórica de imágenes permite rastrear la deforestación en la Amazonía, el avance de la desertificación en África o la reducción de los casquetes polares. Miles de estudios científicos han utilizado datos Landsat para cuantificar las emisiones derivadas de la degradación de bosques, monitorizar la salud de los ecosistemas o diseñar políticas de conservación.

El carácter abierto y gratuito del archivo Landsat, disponible desde 2008, ha multiplicado su impacto. Investigadores de todo el mundo acceden a millones de imágenes para proyectos que abarcan desde la cartografía hasta la planificación urbana, pasando por la gestión forestal y la protección de la biodiversidad. No es casualidad que los datos Landsat hayan sido reconocidos por la comunidad científica como uno de los conjuntos de datos ambientales más valiosos jamás generados.

La colaboración internacional es otro pilar del éxito del programa. Landsat ha inspirado y complementado misiones similares de otras agencias, como el Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA). Los datos conjuntos ofrecen una cobertura global sin precedentes, reforzando la capacidad de respuesta ante desafíos ambientales planetarios.

A la vanguardia del sector aeroespacial, empresas privadas como SpaceX han facilitado el lanzamiento de satélites para misiones de observación terrestre, ampliando aún más las capacidades de monitorización. Al mismo tiempo, el auge de proyectos como Blue Origin o el despliegue de pequeños satélites por parte de compañías como Planet Labs están democratizando el acceso a datos espaciales, aunque la serie Landsat sigue siendo el estándar de referencia por su longevidad y calidad.

El futuro de la observación terrestre pasará necesariamente por la cooperación entre agencias públicas y privadas, el acceso abierto a los datos y la innovación tecnológica. Landsat prepara ya su próxima generación de satélites, con sensores más avanzados y una mayor resolución temporal y espectral, que permitirán afinar aún más la vigilancia de un planeta en constante cambio.

Cinco décadas después de su nacimiento, el programa Landsat sigue demostrando que la mirada atenta desde el espacio es clave para comprender, proteger y gestionar la Tierra. Su legado científico y social perdurará mientras existan desafíos ambientales que afrontar y una humanidad dispuesta a cuidar de su hogar común.

(Fuente: NASA)