Las últimas cifras de la defensa planetaria de la NASA: vigilancia y estrategias ante amenazas cósmicas

La vigilancia del espacio cercano a la Tierra se ha convertido en una prioridad global durante la última década. Cada mes, la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA (PDCO, por sus siglas en inglés) publica un informe actualizado sobre los avances en la detección y seguimiento de objetos cercanos a la Tierra (NEOs, en inglés), así como sobre las aproximaciones recientes de asteroides y cometas que, en caso de colisión, podrían representar un peligro para nuestro planeta. El informe correspondiente a julio de 2025 arroja datos reveladores sobre el estado actual de la defensa planetaria y las estrategias internacionales coordinadas para hacer frente a amenazas cósmicas.
Una red de vigilancia en constante evolución
La defensa planetaria es una disciplina relativamente joven dentro de la exploración espacial. A pesar de que la humanidad ha estudiado los asteroides desde hace más de dos siglos, no fue hasta finales del siglo XX cuando se reconoció el potencial peligro de los NEOs, especialmente después del impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 en Júpiter en 1994 y de la caída del meteorito de Cheliábinsk en 2013 en Rusia. Estos eventos impulsaron a la comunidad internacional a desarrollar sistemas de alerta temprana y misiones específicas para mitigar riesgos.
En el informe actualizado al 2 de julio de 2025, la NASA informa que ya se han detectado y catalogado más de 34.000 objetos cercanos a la Tierra, de los cuales unos 2.300 tienen diámetros superiores a los 140 metros y se consideran potencialmente peligrosos (PHA, por sus siglas en inglés). Esta cifra supone un incremento del 8% respecto al año anterior, reflejando la mejora de los sistemas de detección óptica y radar, así como la colaboración con observatorios privados y agencias internacionales como la ESA europea y la JAXA japonesa.
Aproximaciones recientes y riesgos mitigados
El informe mensual destaca que, en junio de 2025, se registraron 42 aproximaciones de NEOs a menos de 4,6 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia que equivale a unas 12 veces la separación entre nuestro planeta y la Luna. Aunque ninguno de estos objetos presentaba una amenaza real de impacto inminente, tres de ellos superaban los 100 metros de diámetro, lo que habría supuesto, en caso de colisión, una energía equivalente a cientos de megatones de TNT.
El protocolo de actuación ante estos eventos sigue un procedimiento bien establecido: una vez detectado un NEO potencialmente peligroso, se calcula su órbita con precisión y se actualiza la probabilidad de impacto mediante análisis estadísticos. Si el riesgo supera el umbral del 1 en 100.000 para el próximo siglo, se activa una serie de medidas de seguimiento intensivo y se informa a las autoridades internacionales.
Innovaciones y misiones pioneras
La defensa planetaria no solo consiste en la vigilancia y el seguimiento, sino también en el desarrollo de tecnologías para desviar o fragmentar objetos amenazantes. En este sentido, la misión DART de la NASA, lanzada en noviembre de 2021, supuso un antes y un después: por primera vez, una sonda impactó deliberadamente contra el asteroide Dimorphos, alterando su órbita de manera medible. El éxito de DART ha impulsado nuevos proyectos, como la misión HERA de la Agencia Espacial Europea, que analizará los efectos del impacto sobre el asteroide a partir de 2026.
Además, empresas privadas como SpaceX y Blue Origin están colaborando con la NASA y otras agencias en el desarrollo de tecnologías de lanzamiento rápido que permitirían enviar cargas útiles o misiones de desviación en plazos muy ajustados. SpaceX, con su sistema Starship, ha realizado ya varios vuelos de prueba con la vista puesta en el envío de módulos de impacto cinético de gran masa. Blue Origin, por su parte, estudia la posibilidad de utilizar sus cohetes New Glenn para transportar interceptores o sensores avanzados al espacio profundo.
El papel de PLD Space y la contribución europea
Dentro del panorama europeo, la empresa española PLD Space se ha consolidado como un actor clave en el desarrollo de pequeños lanzadores reutilizables que podrían servir para desplegar satélites de vigilancia o cargas experimentales en órbitas bajas. Su cohete Miura 5, programado para su primer lanzamiento orbital en 2025, abrirá nuevas posibilidades de reacción rápida ante alertas de NEOs, facilitando la observación desde múltiples puntos del planeta.
La coordinación internacional es esencial en este ámbito. La ESA mantiene su propia red de vigilancia, el programa Space Situational Awareness (SSA), y ha estrechado lazos con la NASA para compartir datos y protocolos de respuesta. El objetivo común es reducir la probabilidad de impactos catastróficos, similares al que causó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años, mediante una respuesta tecnológica y científica sin precedentes.
El futuro de la defensa planetaria
El informe de julio de 2025 subraya que, aunque el riesgo de impacto de un gran asteroide es bajo a corto plazo, la colaboración constante entre agencias públicas, empresas privadas y observatorios de todo el mundo ha permitido mejorar la capacidad de respuesta ante amenazas inesperadas. La tecnología avanza a un ritmo acelerado, y la experiencia acumulada en misiones recientes sienta las bases para afrontar con éxito desafíos aún mayores en el futuro.
La defensa planetaria se ha convertido en un ejemplo paradigmático de cómo la cooperación internacional y la innovación tecnológica pueden proteger a la humanidad frente a peligros que trascienden fronteras. (Fuente: NASA)

 
							