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NASA cancela la misión Lunar Trailblazer; la nave se perderá en el espacio profundo tras perder contacto

NASA cancela la misión Lunar Trailblazer; la nave se perderá en el espacio profundo tras perder contacto

La NASA ha anunciado la finalización anticipada de la misión Lunar Trailblazer, una sonda diseñada para estudiar el agua en la superficie lunar, después de que la agencia perdiera contacto con la nave espacial. Este desenlace inesperado supone un golpe para la ciencia lunar y subraya los retos tecnológicos que aún persisten en la exploración del espacio profundo.

Lanzada el pasado 11 de diciembre de 2023 a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, la Lunar Trailblazer formaba parte de las misiones seleccionadas dentro del programa SIMPLEx, una iniciativa de la NASA destinada a enviar pequeñas sondas a destinos dentro y fuera del sistema solar a bajo coste. El objetivo principal de la misión era cartografiar las reservas de agua en la superficie de la Luna, tarea esencial para la futura exploración y explotación de recursos en el satélite natural de la Tierra.

La nave, desarrollada por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en colaboración con el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, estaba equipada con dos instrumentos científicos de última generación: el espectrómetro NIRVSS (Near-Infrared Volatiles Spectrometer System) y la cámara HVM^3 (High-resolution Volatiles Mapping Camera). Ambos instrumentos estaban diseñados para identificar y mapear la distribución y el estado del agua en la Luna, tanto en forma de hielo como de minerales hidratados.

Sin embargo, poco después de su separación del cohete de SpaceX y durante la fase inicial de su viaje hacia la Luna, los ingenieros detectaron problemas en el sistema de comunicación de la nave. A pesar de varios intentos de restablecer el enlace, la NASA confirmó el pasado 28 de junio que la misión Lunar Trailblazer se daba por concluida, ya que no era posible enviar comandos ni recibir datos científicos. La nave, ahora a la deriva, seguirá una órbita heliocéntrica, alejándose progresivamente de la Tierra y la Luna hacia el espacio profundo.

La cancelación de la misión Lunar Trailblazer representa un revés significativo en el contexto de la nueva carrera lunar. Mientras la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA), China y Rusia preparan misiones tripuladas y robóticas para explorar y eventualmente establecer bases en la superficie lunar, el conocimiento sobre la distribución y accesibilidad de agua se considera un factor clave para el éxito a largo plazo. El agua no solo es vital para la supervivencia de los astronautas, sino que puede descomponerse en hidrógeno y oxígeno para producir combustible para cohetes, lo que facilitaría misiones más ambiciosas hacia Marte y otros destinos.

En los últimos años, la exploración lunar ha vivido un auge con la llegada de nuevas misiones tanto públicas como privadas. SpaceX, por ejemplo, ha desempeñado un papel fundamental como proveedor de lanzamientos para la NASA y clientes internacionales, consolidando el Falcon 9 y el Falcon Heavy como vehículos de referencia para cargas hacia la Luna y más allá. Por su parte, la empresa española PLD Space ha avanzado en el desarrollo de cohetes reutilizables como el Miura 1, demostrando la creciente competencia europea en el sector de lanzadores ligeros.

Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos, también ha intensificado sus esfuerzos para posicionarse en el mercado lunar, con el desarrollo del módulo de aterrizaje Blue Moon y la reciente adjudicación de contratos para suministrar servicios logísticos a la superficie lunar bajo el programa Artemis de la NASA. Virgin Galactic, centrada en el turismo suborbital, explora posibles aplicaciones científicas y tecnológicas de sus vuelos, aunque su enfoque principal sigue siendo el transporte de personas al borde del espacio.

En paralelo, el estudio de exoplanetas y la búsqueda de lugares habitables fuera de la Tierra han experimentado grandes avances. La misión TESS de la NASA y el telescopio espacial James Webb (JWST) han identificado y caracterizado numerosos planetas en zonas habitables, incrementando el interés por la astrobiología y la detección de biomarcadores en atmósferas lejanas. Estos descubrimientos reafirman la importancia de la cooperación internacional y el desarrollo de tecnologías robustas para la exploración espacial.

La pérdida de Lunar Trailblazer no detendrá, sin embargo, la ambición de la NASA y sus socios por desvelar los secretos del agua lunar. Otras misiones, como la rusa Luna 25 (lamentablemente accidentada en 2023), la sonda india Chandrayaan-3 y los futuros aterrizadores comerciales estadounidenses, seguirán buscando respuestas sobre la presencia y el ciclo del agua en la Luna. La experiencia técnica acumulada y los retos superados sentarán las bases para futuras generaciones de exploradores, tanto humanos como robóticos.

Mientras la sonda Lunar Trailblazer se adentra en el silencio del espacio profundo, la comunidad científica y tecnológica reflexiona sobre los desafíos y la resiliencia necesarios para avanzar en la conquista del espacio. Cada misión, exitosa o no, aporta lecciones fundamentales que nos acercan, paso a paso, al sueño de convertirnos en una civilización multiplanetaria.

(Fuente: The Launch Pad)