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NASA prueba robots autónomos en desiertos de EE. UU. para futuras misiones a Marte

NASA prueba robots autónomos en desiertos de EE. UU. para futuras misiones a Marte

La NASA ha intensificado sus esfuerzos para desarrollar y probar nuevas tecnologías autónomas que permitan ampliar el alcance de las próximas misiones a Marte. Durante el último año, diversos equipos de la agencia espacial estadounidense han desplegado drones, un robot cuadrúpedo y prototipos de aeronaves en entornos desérticos de California, Nuevo México y Virginia. Estas pruebas forman parte de un conjunto de 25 proyectos tecnológicos financiados este año por el Programa de Exploración de Marte, todos orientados a proporcionar a los futuros exploradores y vehículos marcianos mayores capacidades de movilidad, autonomía y recolección de datos.

Ensayos en entornos extremos

Los ingenieros aeroespaciales han elegido como bancos de pruebas emplazamientos especialmente duros y variados, entre ellos el legendario Valle de la Muerte (Death Valley National Park), un entorno que, por sus temperaturas extremas, su terreno rocoso y su atmósfera árida, resulta ideal para simular las condiciones marcianas. A esto se suman áreas desérticas en Nuevo México y zonas inhóspitas de Virginia, donde se están evaluando la resistencia y funcionalidad de los nuevos sistemas. El objetivo es comprobar cómo se comportan en escenarios análogos a los que encontrarán en Marte, donde la superficie está plagada de obstáculos, el polvo es omnipresente y la temperatura puede oscilar entre los 20ºC y los -140ºC.

Robots de patas y drones: la nueva vanguardia marciana

Entre las tecnologías probadas destaca un robot cuadrúpedo, inspirado en los movimientos de los animales terrestres, que podría convertirse en el futuro en el sucesor de los tradicionales rovers de ruedas como Perseverance y Curiosity. Equipado con sensores avanzados, cámaras de alta resolución y un software de navegación autónoma, este robot de patas es capaz de sortear rocas, pendientes y terrenos abruptos con una agilidad que supera con creces a los vehículos de ruedas actuales. Su diseño modular permite incorporar diferentes instrumentos científicos, desde espectrómetros hasta taladros, lo que lo convierte en una plataforma versátil para exploraciones científicas de alta precisión.

En paralelo, la NASA está evaluando varias clases de drones de vuelo autónomo. Estos aparatos, similares al famoso helicóptero Ingenuity —que desde 2021 acompaña al rover Perseverance en Marte—, han sido sometidos a vuelos de prueba en condiciones de baja densidad atmosférica, simulando la fina atmósfera marciana. La experiencia de Ingenuity ha sido revolucionaria, abriendo la puerta a una nueva generación de vehículos aéreos para Marte capaces de explorar zonas inaccesibles para los rovers terrestres y de cubrir grandes distancias en cortos periodos de tiempo. Los nuevos prototipos incorporan alas y rotores optimizados y sistemas inteligentes de navegación para operar de manera completamente autónoma, adaptándose a la orografía y evitando obstáculos en tiempo real.

Nuevos conceptos: el «winged flyer»

Uno de los conceptos más ambiciosos es el denominado «winged flyer», una aeronave ligera dotada de alas que pretende aprovechar la escasa atmósfera de Marte para planear sobre la superficie y cubrir grandes áreas de exploración. Este tipo de vehículo podría revolucionar la investigación planetaria al combinar la capacidad de sobrevolar regiones peligrosas con la opción de realizar aterrizajes controlados y muestreo científico puntual en zonas de interés.

Colaboración internacional y privada

NASA no está sola en esta carrera tecnológica. Empresas como SpaceX y Blue Origin, junto con agencias espaciales europeas y asiáticas, observan con interés los avances en autonomía robótica y movilidad aérea. SpaceX, por ejemplo, ya ha mostrado su interés en la exploración marciana a largo plazo mediante su nave Starship, cuyo desarrollo enfoca hacia la colonización y la logística interplanetaria. Blue Origin, por su parte, ha anunciado proyectos de aterrizadores lunares y plataformas autónomas que podrían adaptarse a las condiciones marcianas en el futuro.

En Europa, la empresa española PLD Space prepara el lanzamiento de sus cohetes reutilizables Miura, que podrían servir en el futuro como plataforma para la puesta en órbita de pequeños satélites dedicados a la observación y el apoyo de misiones en Marte y otros cuerpos del sistema solar. Virgin Galactic, aunque centrada de momento en el turismo suborbital, planea desarrollar tecnología que podría tener aplicaciones en vuelos atmosféricos sobre planetas como Marte.

El futuro de la exploración autónoma

Las pruebas actuales de la NASA marcan un punto de inflexión en la estrategia de exploración planetaria. La combinación de robots cuadrúpedos, drones y vehículos aéreos autónomos, junto con el uso intensivo de inteligencia artificial, permitirá abordar misiones más complejas y arriesgadas, desde el estudio de cuevas subterráneas hasta la búsqueda de vida en regiones remotas del planeta rojo e incluso la preparación de asentamientos humanos.

Estos avances, junto con la colaboración público-privada, acercan cada vez más el sueño de una exploración marciana más profunda y eficiente. La próxima década será clave para ver cómo estas tecnologías, hoy en fase experimental en los desiertos terrestres, se convierten en herramientas fundamentales para descifrar los misterios de Marte.

(Fuente: SpaceDaily)