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NASA revoluciona las comunicaciones espaciales con internet ultrarrápido y nuevos materiales

NASA revoluciona las comunicaciones espaciales con internet ultrarrápido y nuevos materiales

El Centro de Investigación Glenn de la NASA, situado en Cleveland, ha vuelto a situarse a la vanguardia de la innovación tecnológica al obtener los prestigiosos R&D 100 Awards de 2025. Este galardón reconoce dos contribuciones fundamentales: un sistema pionero para ofrecer internet de alta velocidad en el espacio y el codesarrollo de una nueva clase de materiales magnéticos blandos nanocristalinos aptos para condiciones extremas de temperatura. Con este logro, la NASA Glenn suma ya 130 premios R&D 100, consolidándose como referente mundial en I+D aeroespacial.

Internet de alta velocidad para el espacio profundo

Uno de los avances más revolucionarios reconocidos este año es el sistema High-Rate Delay Tolerant Networking (DTN), un protocolo de comunicación diseñado para garantizar una transmisión fiable y eficiente de datos en entornos espaciales, donde las conexiones son inestables y las grandes distancias provocan retardos significativos. A diferencia de los protocolos tradicionales de internet terrestres, el DTN permite que la información se almacene y reenvíe automáticamente hasta que llegue a su destino, superando así las interrupciones de señal debidas a obstáculos planetarios o a la rotación de los cuerpos celestes.

Este avance es crucial para misiones tripuladas a la Luna, Marte y más allá, donde mantener una comunicación constante puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. El High-Rate DTN logra transmitir datos a velocidades muy superiores a los sistemas convencionales, permitiendo la transferencia no solo de comandos y telemetría, sino también de vídeo en alta definición, experimentos científicos y actualizaciones de software para vehículos y hábitats espaciales.

La NASA ya ha probado con éxito este sistema en la Estación Espacial Internacional, y está previsto que el High-Rate DTN se convierta en el estándar para las futuras misiones del programa Artemis y otras iniciativas internacionales de exploración lunar y marciana. Esta tecnología, además, abre la puerta a una futura red interplanetaria que conecte naves, satélites y bases en distintos cuerpos celestes, un auténtico «internet espacial» que recuerde a la red global terrestre.

Materiales nanocristalinos para temperaturas extremas

El segundo galardón obtenido por la NASA Glenn se refiere a la invención conjunta de una nueva generación de materiales magnéticos blandos nanocristalinos, diseñados para funcionar en entornos con temperaturas extremadamente altas o bajas. Estos materiales son esenciales para la fabricación de componentes eléctricos y electrónicos que forman parte de sistemas de propulsión, generación de energía y control en naves espaciales, satélites y vehículos exploradores.

A diferencia de los materiales convencionales, los nuevos nanocristales mantienen su integridad estructural y propiedades magnéticas incluso sometidos a variaciones térmicas extremas, como las que se experimentan en la superficie lunar durante el día y la noche, o en la atmósfera de Marte. Esto supone una ventaja clave para la fiabilidad y durabilidad de los equipos espaciales, reduciendo el riesgo de fallos y mejorando la eficiencia energética.

Colaboración y competencia internacional

El trabajo de la NASA Glenn se produce en un contexto de creciente competencia y colaboración internacional en el ámbito espacial. Empresas como SpaceX y Blue Origin, ambas estadounidenses, lideran la carrera privada en el desarrollo de lanzadores reutilizables y naves para misiones tripuladas y de carga. SpaceX, por ejemplo, ha desplegado la megaconstelación Starlink, que busca ofrecer internet global y que en el futuro podría servir como soporte para comunicaciones espaciales. Blue Origin, por su parte, avanza en el desarrollo del módulo lunar Blue Moon y el cohete New Glenn.

En Europa, la española PLD Space ha logrado hitos históricos con el lanzamiento de su cohete Miura 1, lo que la posiciona como pionera en el desarrollo de vehículos espaciales reutilizables en el continente. Virgin Galactic, aunque centrada en el turismo suborbital, contribuye a la democratización del acceso al espacio, y sus tecnologías pueden tener aplicaciones en experimentos de microgravedad y comunicaciones.

El descubrimiento y estudio de exoplanetas, impulsado por telescopios como TESS y el James Webb de la NASA, también se beneficiaría enormemente de las nuevas capacidades de transmisión de datos espaciales, permitiendo a los científicos recibir información en tiempo real y con mayor resolución.

Un legado de excelencia en investigación

La obtención de estos premios no solo reconoce el trabajo técnico de los ingenieros e investigadores de la NASA Glenn, sino que también subraya su papel histórico en la innovación aeroespacial. Desde su fundación en 1941, este centro ha contribuido al desarrollo de tecnologías clave para la exploración espacial, la aviación y la energía, colaborando tanto con otras agencias públicas como con la industria privada.

En un momento en que la humanidad se prepara para establecer bases permanentes en la Luna y mirar hacia Marte como próximo destino, avances como el High-Rate DTN y los nuevos materiales nanocristalinos serán fundamentales para garantizar la seguridad, eficiencia y éxito de las misiones futuras.

La NASA sigue demostrando que la innovación y la colaboración internacional son las claves para abrir nuevas fronteras en la exploración del cosmos. (Fuente: NASA)