Nuevos Hallazgos sobre las Pléyades Revelan Secretos Sobre la Evolución Estelar
Un equipo internacional de astrónomos ha dado un paso de gigante en el conocimiento de las Pléyades, uno de los cúmulos estelares más emblemáticos y estudiados del cielo nocturno. Gracias a la combinación de datos del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA y de otros observatorios terrestres y espaciales, la investigación arroja luz sobre cómo evolucionan las estrellas jóvenes y cómo se distribuyen sus características físicas y químicas.
Las Pléyades, también conocidas como las «Siete Hermanas», son fácilmente reconocibles en el firmamento del hemisferio norte y han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, figurando en mitologías y relatos de culturas tan diversas como la griega, la japonesa o la aborigen australiana. Este cúmulo abierto se encuentra a unos 444 años luz de la Tierra, en la constelación de Tauro, y está compuesto por más de un millar de estrellas jóvenes, la mayoría de ellas formadas hace apenas 100 millones de años, lo que en términos astronómicos las convierte en auténticas adolescentes cósmicas.
La importancia de las Pléyades radica en que su relativa cercanía y juventud las convierten en un laboratorio excepcional para el estudio de la evolución estelar, especialmente en las fases iniciales de la vida de las estrellas de tipo solar. Hasta ahora, sin embargo, existían importantes lagunas en nuestro conocimiento sobre la rotación, la composición química y la dinámica interna de estos astros.
La misión TESS, lanzada por la NASA en 2018, ha sido fundamental en este avance. Aunque su objetivo principal es la búsqueda de exoplanetas mediante la observación de tránsitos -pequeñas disminuciones de la luz estelar causadas por el paso de planetas por delante de sus estrellas-, el satélite también recopila datos fotométricos de altísima precisión que permiten analizar las variaciones de brillo de las estrellas individuales. Estas variaciones pueden estar causadas por manchas estelares, pulsaciones o, lo que es especialmente relevante en este caso, la rotación axial de las estrellas.
El equipo científico ha utilizado las observaciones de TESS junto con datos espectroscópicos obtenidos por telescopios terrestres y archivos históricos para medir, con una precisión sin precedentes, los periodos de rotación de cientos de miembros del cúmulo. Sorprendentemente, se ha detectado una gran diversidad en las velocidades de rotación, incluso entre estrellas de masa y edad similares. Este hallazgo pone en entredicho los modelos clásicos, que predecían una evolución mucho más uniforme debido al llamado «frenado magnético», un mecanismo por el cual las estrellas jóvenes pierden momento angular a través de sus vientos estelares.
Además, el análisis químico de las atmósferas estelares ha revelado pequeñas pero significativas diferencias en la abundancia de elementos como el litio, el hierro o el oxígeno. Estas variaciones podrían estar relacionadas con procesos de mezcla interna que todavía no se comprenden del todo, y que podrían tener implicaciones directas en la formación de sistemas planetarios en torno a estas estrellas.
El impacto de estos descubrimientos no se limita al estudio de las propias Pléyades. Comprender cómo evolucionan las jóvenes estrellas y cómo interactúan sus campos magnéticos con los discos de gas y polvo circundantes es fundamental para desentrañar el proceso de formación planetaria, un campo en el que misiones como TESS, junto a telescopios como el James Webb Space Telescope (JWST), están abriendo nuevas fronteras.
La colaboración internacional ha sido clave en este avance. Además de la NASA, han participado centros de investigación europeos y japoneses, en una muestra de cómo la ciencia espacial trasciende fronteras. En España, instituciones como el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) han contribuido al análisis de datos y a la interpretación teórica de los resultados.
Estos hallazgos llegan en un momento de gran efervescencia para la astronomía y la exploración espacial. Mientras SpaceX y Blue Origin continúan revolucionando el acceso al espacio mediante lanzadores reutilizables, y la NASA avanza en sus planes para regresar a la Luna y, en el futuro, llevar astronautas a Marte, el estudio de cúmulos estelares cercanos como las Pléyades sigue siendo una piedra angular para comprender nuestro lugar en el cosmos.
La investigación sobre las Pléyades no solo enriquece nuestro conocimiento científico, sino que nos recuerda el poder de la colaboración internacional y la importancia de la exploración espacial, tanto pública como privada, para desvelar los misterios del universo. A medida que nuevas misiones, como la europea PLATO o la futura constelación de satélites Starlink de SpaceX, amplíen aún más nuestras capacidades de observación, es de esperar que sigamos descubriendo sorpresas en los rincones más familiares del cielo.
Con cada avance, la humanidad da un paso más en su empeño por comprender las leyes que rigen el universo, desde la formación de las estrellas hasta la posibilidad de vida en otros mundos.
(Fuente: NASA)
