Récord histórico en Wisconsin: 100 millones de imágenes para la ciencia ciudadana y la conservación

El proyecto Snapshot Wisconsin acaba de alcanzar un hito sin precedentes en la historia de la ciencia ciudadana: la recopilación de su fotografía número 100 millones mediante cámaras trampa distribuidas por todo el estado. Este logro cobra aún mayor relevancia al coincidir con el décimo aniversario de la iniciativa, puesta en marcha en 2014 por el Departamento de Recursos Naturales de Wisconsin (WDNR, por sus siglas en inglés). Este programa ha revolucionado la forma en que se monitoriza la vida silvestre, tanto por el volumen de datos obtenidos como por la implicación directa de miles de voluntarios.
Snapshot Wisconsin nació con el objetivo de mejorar y modernizar el seguimiento de las poblaciones animales en el estado, un territorio dominado por bosques, lagos y zonas agrícolas, donde conviven especies tan emblemáticas como el ciervo de cola blanca, el lobo gris, el oso negro americano o el lince rojo. El mecanismo es sencillo pero tremendamente efectivo: miles de cámaras automáticas, conocidas como “cámaras trampa”, se instalan en puntos estratégicos del territorio y se activan al detectar movimiento, capturando imágenes de los animales en su entorno natural, de día y de noche, durante las cuatro estaciones del año.
El verdadero motor del proyecto descansa en la participación ciudadana. Personas de todas las edades, desde estudiantes hasta jubilados, colaboran instalando cámaras, revisando sus tarjetas de memoria y subiendo las imágenes a la plataforma digital del programa. Posteriormente, otras decenas de miles de voluntarios ayudan a identificar las especies presentes en las fotos a través de una interfaz en línea, generando una base de datos masiva y rigurosa. Este modelo de ciencia participativa permite multiplicar la capacidad de observación sobre el terreno y reduce drásticamente los costes respecto a los métodos tradicionales de monitoreo.
En estos diez años, los 100 millones de imágenes obtenidas han proporcionado una visión sin precedentes sobre el comportamiento, distribución y evolución de la fauna de Wisconsin. Por ejemplo, los datos han ayudado a detectar la expansión de especies como el puma o el zorro gris y a registrar cambios en los patrones migratorios de aves debido al cambio climático. Además, la información recabada ha servido para ajustar políticas de caza, gestionar mejor los recursos naturales y anticipar brotes de enfermedades transmitidas por animales salvajes.
La tecnología ha jugado un papel crucial en el éxito de Snapshot Wisconsin. Las cámaras trampa actuales cuentan con sensores de infrarrojos, visión nocturna y capacidad para registrar vídeos, lo que permite documentar comportamientos poco observados hasta ahora, como las interacciones entre depredadores y presas o los hábitos nocturnos de especies esquivas. El procesamiento de imágenes mediante inteligencia artificial ha empezado a implantarse en los últimos años, acelerando y automatizando el reconocimiento de animales en las fotografías, sin sustituir la importante labor de validación humana.
El éxito del proyecto ha despertado el interés de agencias científicas internacionales y ha servido de modelo para iniciativas similares en otros estados de EE. UU. y en países como Canadá, Sudáfrica o Australia, que buscan aprovechar la sinergia entre tecnología y participación ciudadana para el estudio de la naturaleza.
Este enfoque pionero hacia la ciencia abierta y colaborativa contrasta con los grandes hitos de la exploración espacial, donde compañías privadas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic siguen marcando el ritmo en el desarrollo de nuevas tecnologías para el acceso al espacio, al tiempo que la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) avanzan en la investigación de exoplanetas y la exploración del Sistema Solar. Sin embargo, tanto en la Tierra como más allá de nuestra atmósfera, la acumulación masiva de datos y la implicación de la sociedad civil se han consolidado como elementos clave para el avance del conocimiento.
Al celebrar el décimo aniversario y la centésima millonésima imagen recopilada, el equipo de Snapshot Wisconsin y todos sus colaboradores han demostrado el enorme potencial de la colaboración entre la ciencia y la sociedad para afrontar los retos de la conservación de la biodiversidad en el siglo XXI. Este hito supone un ejemplo inspirador para otras iniciativas alrededor del mundo, recordándonos que la suma de pequeños esfuerzos individuales puede traducirse en un impacto científico de escala global.
(Fuente: NASA)
