Relativity Space acelera la producción y pruebas del revolucionario cohete Terran R

Relativity Space, la prometedora startup aeroespacial con sede en California, ha dado un paso firme en su apuesta por transformar la industria espacial con sus innovaciones en fabricación aditiva. En una serie de recientes comunicados, la compañía ha detallado avances significativos en el desarrollo y producción del Terran R, su primer cohete orbital reutilizable de gran capacidad, cuyo debut está previsto para 2026.
El Terran R representa la culminación de la visión de Relativity Space de emplear la impresión 3D a gran escala para construir la mayor parte de un vehículo de lanzamiento orbital. El cohete, que se presenta como un rival directo para el Falcon 9 de SpaceX y otros lanzadores medianos y pesados, cuenta con una capacidad de carga de hasta 23.500 kilogramos a órbita terrestre baja en su versión totalmente reutilizable. Este dato lo posiciona entre los lanzadores más competitivos del mercado, siendo superado solo por el Falcon 9 en cuanto a reutilización y por el Falcon Heavy y Starship en capacidad.
En los últimos meses, el equipo de Relativity ha acelerado la fabricación de los primeros prototipos del Terran R, utilizando su innovador proceso Stargate, la mayor impresora 3D de metales del mundo. Esta tecnología permite fabricar hasta el 85% de la masa estructural del cohete mediante impresión aditiva, reduciendo radicalmente el número de piezas, los tiempos de producción y los costes en comparación con los métodos tradicionales.
Uno de los hitos más destacados ha sido la finalización de los tanques de combustible y oxidante de la primera etapa, fabricados íntegramente en aleaciones de aluminio mediante impresión 3D. Estos componentes, críticos para la integridad estructural y el rendimiento del lanzador, ya han superado las primeras fases de pruebas de presión y criogenia en las instalaciones de la compañía en Long Beach.
Además, Relativity Space ha comenzado la integración y ensayos de los motores Aeon R, también construidos mediante fabricación aditiva. Cada Terran R contará con 13 motores Aeon R en la primera etapa, alimentados por metano y oxígeno líquidos, siguiendo la tendencia del sector hacia propelentes más limpios y eficientes, como ha popularizado SpaceX con su motor Raptor y Blue Origin con el BE-4.
Las pruebas de encendido estático de los motores Aeon R han arrojado resultados positivos, demostrando un empuje de hasta 258 toneladas fuerza por motor y una eficiencia específica que rivaliza con los motores más avanzados de la actualidad. El uso de metano como combustible, además de facilitar la reutilización de los motores tras cada vuelo, abre la puerta a futuras misiones interplanetarias, ya que es posible sintetizar metano en Marte mediante recursos in situ.
Por otro lado, la compañía ha completado con éxito la validación de los sistemas de control de vuelo y aviónica, así como de los mecanismos de recuperación de la primera etapa. Inspirándose en el modelo de SpaceX, el Terran R está diseñado para aterrizar verticalmente y ser reutilizado en múltiples misiones, lo que promete reducir drásticamente el coste por kilogramo enviado al espacio.
El progreso de Relativity Space llega en un contexto de feroz competencia en el sector, con SpaceX consolidando su hegemonía gracias a la fiabilidad del Falcon 9 y los avances en el desarrollo de Starship, su vehículo de nueva generación. Blue Origin, por su parte, continúa puliendo su lanzador New Glenn, mientras que empresas europeas como PLD Space avanzan con su Miura 5, el primer cohete reutilizable concebido y fabricado íntegramente en España.
En paralelo, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) mantienen sus programas de exploración planetaria y colaboración con empresas privadas, en un panorama que también ve a actores como Virgin Galactic centrados en el turismo suborbital y el sector de los exoplanetas cobrando protagonismo tras el descubrimiento de nuevos mundos potencialmente habitables gracias al telescopio James Webb.
Relativity Space, liderada por Tim Ellis y Jordan Noone, se diferencia de sus competidores por su apuesta radical por la automatización y la manufactura digital. El objetivo es claro: ser capaces de imprimir, ensamblar y lanzar un cohete orbital en menos de 60 días, revolucionando los ciclos de producción y respuesta para clientes comerciales, institucionales y gubernamentales.
El Terran R ya cuenta con varios contratos de lanzamiento asegurados, entre ellos con la empresa OneWeb para el despliegue de su constelación de satélites de Internet. Este respaldo refuerza la confianza en la viabilidad técnica y comercial del proyecto, que podría marcar un antes y un después en la forma de concebir y fabricar vehículos espaciales.
Si Relativity Space logra cumplir los plazos previstos y validar en vuelo las capacidades de su Terran R, la industria espacial estará ante un nuevo referente que podría acelerar la transición hacia la fabricación digital y la reutilización como norma. El futuro del acceso al espacio, cada vez más competitivo y sostenible, está en juego en la nueva carrera entre gigantes y pioneros de la innovación.
(Fuente: NASASpaceflight)
