Satélites de la NASA ayudan a combatir las olas de calor extremo en las ciudades estadounidenses

Cada verano, miles de estadounidenses sufren las consecuencias de las altas temperaturas y la humedad sofocante. Las olas de calor, cada vez más frecuentes debido al cambio climático, ponen en riesgo la salud de la población, especialmente en entornos urbanos donde el asfalto y el cemento amplifican los efectos del calor. Ante esta amenaza creciente, la NASA ha puesto su tecnología al servicio de las comunidades locales, utilizando datos de sus satélites para ayudar a mitigar el impacto de las temperaturas extremas.
En el condado de Prince George, en el estado de Maryland, un proyecto pionero entre científicos de la NASA y las autoridades locales está permitiendo identificar los puntos más vulnerables a las olas de calor. Mediante la utilización de información proporcionada por satélites como Landsat y Terra, se han elaborado mapas térmicos detallados que muestran, casi en tiempo real, cuáles son las áreas donde se concentran las llamadas “islas de calor urbano”. Estos mapas son fundamentales para que los responsables municipales puedan diseñar estrategias eficaces para proteger a la población.
El problema de las islas de calor urbano es especialmente grave en ciudades densamente pobladas, donde la vegetación escasea y los materiales de construcción absorben y retienen el calor durante el día, liberándolo lentamente durante la noche. Este fenómeno impide que la temperatura baje lo suficiente, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor, como el golpe de calor o la deshidratación, especialmente en niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
La colaboración entre la NASA y el condado de Prince George se basa en la aplicación de datos satelitales para tomar decisiones informadas. A través de la interpretación de imágenes térmicas, los científicos han podido identificar no solo las zonas más calientes, sino también aquellas que carecen de suficiente sombra o vegetación. Este tipo de información es crucial para priorizar acciones como la plantación de árboles, la instalación de cubiertas reflectantes en los tejados o la creación de espacios públicos con sombra.
La utilización de tecnología espacial para abordar problemas terrestres no es una novedad en la NASA, pero sí representa un avance significativo en la forma en que las agencias espaciales pueden colaborar con los gobiernos locales y estatales. Desde sus inicios, la NASA ha desempeñado un papel clave en la observación de la Tierra, utilizando sus satélites no solo para explorar el espacio, sino también para monitorizar fenómenos como la deforestación, la contaminación o el cambio climático.
En la actualidad, la agencia espacial estadounidense colabora con numerosas instituciones públicas y privadas para compartir sus datos y desarrollar soluciones innovadoras. Un ejemplo de ello es el programa SERVIR, una iniciativa conjunta entre la NASA y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que utiliza información satelital para ayudar a países en vías de desarrollo a gestionar desastres naturales y planificar el uso del suelo.
El impacto de la tecnología espacial en la vida cotidiana va mucho más allá de la meteorología. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin también están contribuyendo a la revolución tecnológica que está transformando la exploración y la observación de la Tierra. SpaceX, por ejemplo, ha lanzado recientemente una constelación de satélites Starlink que, además de proporcionar acceso a internet en zonas remotas, podría facilitar la transmisión de datos meteorológicos en tiempo real. Por su parte, Blue Origin continúa desarrollando tecnologías de lanzamiento reutilizables, lo que podría abaratar y democratizar el acceso al espacio en los próximos años.
En Europa, la compañía española PLD Space trabaja en el desarrollo de cohetes reutilizables para el lanzamiento de pequeños satélites, lo que permitirá a gobiernos y empresas disponer de datos propios para monitorizar el medio ambiente o gestionar emergencias. A nivel global, la colaboración entre agencias espaciales públicas y privadas está acelerando la innovación en campos tan diversos como la agricultura de precisión, la gestión de recursos hídricos o la detección temprana de incendios forestales.
La lucha contra las olas de calor en las ciudades es solo un ejemplo de cómo la tecnología espacial puede contribuir a resolver problemas urgentes en la Tierra. Gracias a la combinación de ciencia, tecnología y cooperación institucional, ciudades como las del condado de Prince George están mejor preparadas para enfrentar los retos que plantea el cambio climático y proteger la salud de sus ciudadanos.
El futuro de la observación terrestre promete aún más avances, a medida que la exploración espacial y la inteligencia artificial se integran para ofrecer soluciones más precisas y personalizadas. En este contexto, la colaboración entre la NASA, otras agencias espaciales y la industria privada será clave para garantizar un desarrollo sostenible y resiliente frente a los desafíos ambientales del siglo XXI.
(Fuente: NASA)
