Space39a

Noticias del espacio

Space39a

Noticias del espacio

Nasa

Un espectacular florecimiento de fitoplancton en Monterey Bay revoluciona la investigación oceánica

Un espectacular florecimiento de fitoplancton en Monterey Bay revoluciona la investigación oceánica

En el otoño de 2024, la bahía de Monterey, en la costa de California, se convirtió en un vibrante epicentro de actividad biológica y científica. Un inusual y masivo florecimiento de fitoplancton transformó las aguas de la región en un escenario de intensa vida marina, atrayendo a bancos de peces, delfines, ballenas, aves marinas y, durante algunas semanas de octubre, a un grupo de científicos de primer nivel. Este fenómeno ha despertado el interés de la comunidad científica internacional, no solo por su magnitud y duración, sino también porque ofrece una oportunidad única para entender cómo estos eventos pueden influir en la dinámica del ecosistema y el clima global.

El equipo de investigación estuvo liderado por expertos del Centro de Investigación Ames de la NASA, ubicado en Silicon Valley, en colaboración con la Universidad de California en Santa Cruz (UCSC) y la Escuela de Postgrado Naval. Durante dos intensas semanas, los científicos desplegaron una gama de tecnologías de vanguardia para estudiar este fenómeno desde múltiples perspectivas, combinando observaciones satelitales, drones marinos, boyas equipadas con sensores y muestreos directos en el agua.

El fitoplancton, base de la cadena alimentaria marina, son microorganismos fotosintéticos que desempeñan un papel fundamental en la absorción de dióxido de carbono y la producción de oxígeno en la Tierra. Los florecimientos de fitoplancton pueden ser detonados por una combinación de factores como la disponibilidad de nutrientes, la luz solar y las condiciones de temperatura del océano. Sin embargo, cuando estos eventos alcanzan proporciones excepcionales, pueden desencadenar efectos en cascada sobre la biodiversidad local y las condiciones ambientales, incluyendo la posibilidad de zonas muertas por consumo excesivo de oxígeno o la aparición de toxinas peligrosas.

La NASA ha desarrollado misiones específicas como PACE (Plankton, Aerosol, Cloud, ocean Ecosystem), cuyo objetivo es observar desde el espacio los cambios en la composición y distribución del fitoplancton a escala global. Los datos de satélite proporcionan una visión panorámica y continua de la concentración de clorofila y otros pigmentos, permitiendo a los científicos detectar rápidamente estos brotes en cualquier parte de los océanos. En el caso de Monterey Bay, estas observaciones satelitales fueron complementadas con campañas en el mar, donde los investigadores pudieron recoger muestras y medir variables en tiempo real, como la salinidad, temperatura y composición química del agua.

La colaboración con la Universidad de California en Santa Cruz y la Escuela de Postgrado Naval permitió integrar modelos computacionales avanzados, que simulan cómo las corrientes marinas, los vientos y los aportes de nutrientes desde la costa pueden favorecer estos florecimientos. Además, se emplearon drones y vehículos autónomos marinos para obtener mediciones detalladas en zonas de difícil acceso, ampliando la capacidad de observación y reduciendo los riesgos para el personal científico.

Desde una perspectiva histórica, la bahía de Monterey ha sido reconocida durante décadas como uno de los ecosistemas marinos más ricos y diversos del planeta. Sin embargo, los registros muestran que los florecimientos de fitoplancton de tal magnitud como el de 2024 son poco frecuentes y podrían estar relacionados con patrones climáticos anómalos asociados al cambio climático global. En los últimos años, la comunidad científica ha observado un aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos en diversas partes del mundo, lo que subraya la importancia de su seguimiento y estudio.

Este tipo de investigaciones no solo interesan a la comunidad oceanográfica, sino que también tienen implicaciones directas para agencias espaciales y empresas privadas como SpaceX, Blue Origin o la española PLD Space, que han mostrado creciente interés en el monitoreo medioambiental desde el espacio. La información sobre los cambios en la biomasa marina es clave para futuras misiones de observación de la Tierra y para el desarrollo de sensores cada vez más sofisticados a bordo de satélites o vehículos autónomos. En paralelo, la NASA y otras agencias internacionales exploran tecnologías similares para estudiar la posibilidad de vida en exoplanetas, donde la detección de pigmentos asociados a la fotosíntesis podría indicar la presencia de organismos vivos.

Por otro lado, compañías como Virgin Galactic han manifestado su intención de participar en proyectos científicos relacionados con la observación de la Tierra desde la estratosfera, abriendo nuevas vías para la colaboración público-privada en la investigación ambiental. Estos avances tecnológicos y la cooperación internacional están permitiendo que la humanidad tenga una visión cada vez más precisa y dinámica de los procesos que regulan la vida en los océanos de nuestro planeta y, potencialmente, en otros mundos.

El florecimiento de fitoplancton en Monterey Bay durante 2024 representa un hito en la investigación oceanográfica y espacial, reforzando la necesidad de aunar esfuerzos entre ciencia, tecnología y exploración para comprender los complejos mecanismos que sustentan la vida en la Tierra y más allá.

(Fuente: NASA)