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Una astronauta de la NASA fotografía un espectacular ‘gigantic jet’ desde la Estación Espacial Internacional

Una astronauta de la NASA fotografía un espectacular ‘gigantic jet’ desde la Estación Espacial Internacional

El pasado 3 de julio de 2025, la astronauta Nichole Ayers de la NASA logró capturar una imagen única desde la Estación Espacial Internacional (EEI): un gigantesco chorro eléctrico, conocido en inglés como “gigantic jet”, atravesando la atmósfera superior de la Tierra. Estos fenómenos —a menudo confundidos con eventos similares como los sprites— representan una de las manifestaciones eléctricas más espectaculares y menos comprendidas que pueden producirse durante las tormentas.

Los denominados “gigantic jets” constituyen un tipo especial dentro de los llamados Eventos Luminosos Transitorios (TLE, por sus siglas en inglés), un conjunto de fenómenos eléctricos que se manifiestan en la alta atmósfera, muy por encima del nivel donde ocurre la mayoría de los rayos convencionales. A diferencia de los relámpagos normales, que suelen viajar entre las nubes y el suelo, los gigantescos chorros eléctricos se disparan en dirección opuesta: desde la cima de las nubes de tormenta hacia la ionosfera, a decenas de kilómetros de altitud.

Un fenómeno poco habitual y de gran interés científico

Los gigantescos chorros eléctricos son extremadamente raros. Desde su descubrimiento en el año 2002, apenas se han documentado unas pocas decenas de estos eventos. Se producen en condiciones muy específicas dentro de tormentas intensas, cuando la carga eléctrica acumulada no encuentra una vía de descarga hacia el suelo y termina recorriendo el camino inverso, perforando la estratósfera y llegando hasta la ionosfera.

La fotografía de Nichole Ayers desde la EEI no solo destaca por su espectacularidad visual, sino también por su valor científico. Observar estos fenómenos desde la órbita terrestre permite a los investigadores analizar la estructura y evolución de los chorros eléctricos con un nivel de detalle inalcanzable desde tierra. Además, la perspectiva espacial facilita la diferenciación entre los distintos tipos de TLE, como los sprites, elves o blue jets, que a menudo pueden confundirse cuando se observan desde la superficie.

Diferenciando los ‘gigantic jets’ de otros eventos eléctricos

Los TLE comprenden una amplia gama de manifestaciones eléctricas en la atmósfera superior. Los sprites, por ejemplo, suelen aparecer como destellos rojos ramificados que se extienden hacia arriba desde la cima de las tormentas, mientras que los blue jets se manifiestan como chorros azulados que alcanzan altitudes menores, normalmente hasta unos 50 kilómetros.

Los “gigantic jets”, en cambio, son los más potentes y extensos de todos. Pueden superar los 90 kilómetros de longitud y transportar cargas eléctricas varias veces superiores a las de un rayo convencional. Su coloración suele oscilar entre el azul intenso y el violeta, y su estructura ramificada recuerda a la de un árbol invertido que conecta la tormenta con el borde del espacio.

Importancia del estudio de estos eventos

El análisis de los gigantescos chorros eléctricos es fundamental para comprender mejor las complejas interacciones entre la atmósfera y el espacio. Estos eventos juegan un papel relevante en la transferencia de energía y carga eléctrica entre la troposfera y la ionosfera, y pueden influir en la propagación de ondas de radio y otros fenómenos atmosféricos.

Para la NASA y otras agencias espaciales, la observación de estos eventos representa una oportunidad única. Los sistemas de monitorización a bordo de la EEI y de satélites como el Atmosphere-Space Interactions Monitor (ASIM) de la ESA o los instrumentos de la misión Lightning Imaging Sensor (LIS) han sido fundamentales en los últimos años para captar imágenes y datos de alta calidad sobre los TLE.

Una comunidad internacional de observadores

El interés en los TLE no se limita a la comunidad científica. Plataformas como Spritacular.org permiten a ciudadanos y astrónomos aficionados de todo el mundo enviar sus propias fotografías y observaciones de estos fenómenos. La colaboración entre profesionales y aficionados está permitiendo establecer una base de datos global que ayuda a contextualizar mejor la frecuencia, distribución y características de estos eventos.

En el contexto actual de exploración espacial, tanto por parte de agencias públicas como la NASA y la ESA, como de empresas privadas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic, la comprensión de los fenómenos atmosféricos extremos cobra cada vez mayor relevancia. Las futuras misiones tripuladas y no tripuladas tendrán que enfrentarse a los desafíos técnicos que plantean los entornos eléctricos de la alta atmósfera y el espacio cercano, y cada nueva observación aporta información valiosa para la seguridad y el diseño de estas misiones.

El reciente logro de Nichole Ayers desde la Estación Espacial Internacional representa un hito más en la exploración y comprensión de los misterios eléctricos de nuestro planeta, abriendo la puerta a futuras investigaciones y descubrimientos sobre la compleja relación entre la Tierra y el espacio.

(Fuente: NASA)