Alpha Impulsion avanza hacia el futuro con el exitoso test de un motor autófago para el cohete Grenat

La industria aeroespacial europea continúa mostrando signos de dinamismo e innovación, esta vez de la mano de la startup francesa Alpha Impulsion, con sede en Toulouse. La joven compañía ha logrado completar con éxito una prueba de encendido a escala reducida de un revolucionario motor cohete autófago, un avance que podría marcar un antes y un después en la concepción de propulsión para lanzadores orbitales.
El motor autófago, un concepto aún incipiente en el ámbito espacial, se distingue por emplear un diseño radicalmente diferente a los motores convencionales. Tradicionalmente, los cohetes almacenan su combustible y oxidante en depósitos separados, que tras el lanzamiento se convierten en lastre hasta la separación de etapas. Sin embargo, el sistema propuesto por Alpha Impulsion persigue una eficiencia superior y una reducción significativa de la masa muerta durante el vuelo.
El corazón de este motor es un tubo de combustible sólido, cuyo núcleo alberga un oxidante líquido sellado. Dos pistones especialmente diseñados se encargan de empujar el tubo hacia la cámara de combustión, donde ambos componentes reaccionan y generan el empuje necesario. Esta técnica de «autofagia» –el motor consume su propia estructura de combustible– elimina en buena medida la necesidad de estructuras y tanques adicionales, permitiendo que casi toda la masa inicial del cohete contribuya activamente al impulso.
El objetivo final de Alpha Impulsion es integrar esta tecnología en el Grenat, un lanzador de 25 metros de longitud que aspira a competir en el mercado de los pequeños y medianos satélites. A diferencia de propuestas más tradicionales, como las de la estadounidense SpaceX o la europea PLD Space, el sistema autófago busca optimizar la relación entre carga útil y masa total, lo que podría traducirse en lanzamientos más económicos y sostenibles.
La prueba realizada por Alpha Impulsion ha sido breve, pero suficiente para validar los principios básicos del funcionamiento de su prototipo. Aunque todavía quedan numerosas etapas de desarrollo y ensayos antes de alcanzar la madurez tecnológica necesaria para vuelos orbitales, este ensayo representa un avance relevante en la carrera por la diversificación de soluciones de lanzamiento en Europa.
El motor autófago no es una idea completamente nueva; la Universidad de Glasgow, entre otras instituciones, lleva años investigando este tipo de tecnologías. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna empresa había apostado decididamente por llevarla al terreno comercial. Alpha Impulsion se posiciona como pionera en la transición de este concepto desde el laboratorio hasta el entorno real de los lanzadores espaciales.
Este avance se produce en un contexto de intensa competencia global. SpaceX, liderada por Elon Musk, ha revolucionado el acceso al espacio con la reutilización de etapas y el desarrollo de vehículos como el Falcon 9 y el Starship, mientras Blue Origin sigue avanzando con el New Glenn y Virgin Galactic explora los vuelos suborbitales comerciales. En Europa, la española PLD Space ha conseguido importantes hitos con el Miura 1 y prepara el Miura 5, consolidando una incipiente industria de lanzadores privados.
Al mismo tiempo, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) impulsan misiones científicas y de exploración, incluyendo el estudio de exoplanetas con telescopios espaciales como el James Webb y el futuro Ariel. El panorama internacional está marcado por una carrera tecnológica en la que la eficiencia y la reducción de costes se han convertido en factores críticos para el éxito comercial y científico.
El prototipo de motor autófago de Alpha Impulsion, aunque aún en fase temprana, podría convertirse en una solución disruptiva si logra demostrar su fiabilidad y escalabilidad. Su potencial para reducir el peso estructural y maximizar la carga útil lo hace especialmente atractivo en un segmento de mercado que demanda lanzamientos flexibles, rápidos y económicos para constelaciones de satélites de observación terrestre, telecomunicaciones y experimentación científica.
El siguiente paso para Alpha Impulsion será completar ensayos de mayor duración y, eventualmente, integrar el sistema en un demostrador a escala real. De lograrlo, la startup francesa se sumará al selecto grupo de empresas que están redefiniendo la ingeniería de lanzadores, contribuyendo a una mayor autonomía y competitividad de Europa en el ámbito espacial.
El avance de Alpha Impulsion subraya la importancia de la innovación y la colaboración público-privada para mantener el liderazgo tecnológico en la exploración y utilización del espacio. El tiempo dirá si el motor autófago se convierte en una pieza clave de la próxima generación de lanzadores, pero por ahora, la startup de Toulouse ha dado un paso firme hacia ese objetivo.
(Fuente: European Spaceflight)

 
							 
							