China bate su récord anual de lanzamientos espaciales con dos misiones tecnológicas clave

En la noche del sábado, China volvió a demostrar su creciente poderío en el sector espacial al completar dos lanzamientos de cohetes de combustible sólido en tan solo unas horas, superando así su propio récord histórico de intentos de lanzamiento orbital en un solo año. Este hito no sólo refuerza el liderazgo del país asiático en el ámbito de los lanzamientos, sino que también muestra su apuesta decidida por la innovación tecnológica y la diversificación de plataformas espaciales.
La primera de estas misiones fue protagonizada por el cohete Chutian, una nueva incorporación a la familia de lanzadores chinos, que despegó con éxito para colocar en órbita un satélite experimental en la denominada órbita terrestre muy baja (VLEO, por sus siglas en inglés). Este tipo de órbita, que se sitúa por debajo de los 300 kilómetros de altitud, es un campo de pruebas emergente para nuevas tecnologías de observación de la Tierra y comunicaciones, debido a sus ventajas en resolución y latencia, aunque también presenta retos importantes como la mayor fricción atmosférica.
El satélite a bordo del Chutian estaba diseñado para experimentar con tecnologías avanzadas de navegación y control en VLEO, así como para probar componentes que podrían ser cruciales en futuras misiones tanto civiles como militares. La elección de un lanzador de combustible sólido para esta tarea no es casual: estos cohetes ofrecen una respuesta rápida, menor coste operativo y una logística más sencilla frente a los tradicionales de combustible líquido, permitiendo así a China incrementar su cadencia de lanzamientos y su flexibilidad estratégica.
Pocas horas después, el segundo lanzamiento fue realizado por otro cohete de combustible sólido, encargado de poner en órbita el satélite Shiyan, cuyo nombre significa ‘experimental’ en mandarín. Como es habitual en los programas espaciales chinos, los detalles técnicos y el objetivo concreto de la misión se mantienen en gran medida en secreto. No obstante, fuentes oficiales han señalado que el Shiyan está destinado a probar tecnologías de teledetección y comunicaciones, así como a explorar nuevas soluciones para la gestión del tráfico espacial y la mitigación de desechos orbitales.
Con estos dos lanzamientos, China ha alcanzado una cifra récord de intentos de lanzamiento orbital en lo que va de año, superando las marcas anteriores y consolidándose como el principal actor global en términos de ritmo de lanzamientos, por delante de Estados Unidos, Rusia y Europa. Este incremento sostenido no sólo responde a la ambición de Beijing por liderar la exploración espacial, sino también a la entrada de nuevos actores privados en el sector, que están desarrollando pequeños lanzadores para servicios comerciales y misiones gubernamentales.
Este panorama contrasta con la situación de otros países y empresas. En Estados Unidos, SpaceX sigue batiendo sus propios récords con la reutilización de los Falcon 9 y Falcon Heavy, e impulsando el desarrollo del gigantesco Starship para misiones a la Luna y Marte. Blue Origin, por su parte, mantiene su apuesta por el turismo suborbital con el New Shepard y prepara el lanzamiento del New Glenn, un cohete orbital de gran capacidad. La NASA avanza en el programa Artemisa para el retorno a la Luna, mientras que Europa, a través de la Agencia Espacial Europea (ESA), ultima la entrada en servicio del Ariane 6 tras el fin de la era Ariane 5.
En el ámbito privado español, destaca el avance de PLD Space, que a finales del año pasado logró el primer lanzamiento exitoso de su cohete Miura 1 desde Huelva, marcando un hito para la industria aeroespacial europea. La compañía valenciana ya trabaja en el desarrollo del Miura 5, su primer lanzador orbital, con el objetivo de posicionarse como proveedor clave para pequeñas cargas y satélites en los próximos años.
En paralelo, la búsqueda de exoplanetas y vida extraterrestre sigue recibiendo nuevos impulsos. La NASA y la ESA, junto con otros socios internacionales, preparan ambiciosas misiones como el telescopio espacial James Webb y futuras sondas de exploración planetaria. La detección de mundos potencialmente habitables se ha convertido en una de las grandes prioridades científicas, con descubrimientos recientes que sugieren la existencia de condiciones favorables en sistemas estelares cercanos.
El récord de lanzamientos alcanzado por China no sólo es un testimonio de su capacidad técnica, sino también de una estrategia nacional que combina innovación, desarrollo industrial y ambiciones geopólicas en la nueva carrera espacial del siglo XXI. El aumento de la actividad en órbita, tanto pública como privada, plantea retos para la sostenibilidad y la cooperación internacional, pero también abre la puerta a una nueva era de descubrimientos y oportunidades para la humanidad.
(Fuente: SpaceNews)
