China lanza Tianwen-2, su ambicioso asalto a los asteroides cercanos a la Tierra

China ha dado un paso firme en la exploración espacial con el exitoso lanzamiento de la sonda robótica Tianwen-2, cuyo objetivo es recolectar muestras de un asteroide cercano a la Tierra y traerlas de vuelta para su análisis en laboratorios terrestres. Este proyecto, que consolida la ambición china en el ámbito de la exploración planetaria, supone un reto técnico de primer nivel y se enmarca en una estrategia nacional para posicionarse entre las principales potencias mundiales del espacio.
Tianwen-2 despegó este viernes a bordo de un cohete Larga Marcha 3B desde el centro espacial de Xichang, en la provincia de Sichuan, al suroeste del país. Su misión principal es interceptar el asteroide 469219 Kamoʻoalewa, un pequeño cuerpo celeste de apenas 40 metros de diámetro que sigue una órbita alrededor del Sol muy similar a la de la Tierra. Esta característica convierte a Kamoʻoalewa en un «cuasi-satélite», un tipo de objeto cuya relativa cercanía y estabilidad orbital lo convierten en un objetivo ideal para operaciones de recogida y retorno de muestras.
El plan de la misión contempla una travesía de varios meses hasta alcanzar el asteroide, donde la nave desplegará un sistema de aterrizaje automatizado para posarse suavemente sobre su superficie. Una vez allí, Tianwen-2 utilizará brazos robóticos y herramientas de perforación para recolectar fragmentos del regolito y posibles muestras del subsuelo. Se estima que la cantidad total de material recogido podría oscilar entre varias decenas y cientos de gramos, todo un logro dada la baja gravedad y la complejidad operativa en estos pequeños cuerpos.
Tras la recolección, la nave almacenará las muestras en un contenedor hermético especialmente diseñado para evitar la contaminación y resistir la travesía de regreso a la Tierra. La fase de retorno está prevista para dentro de unos tres años, cuando una cápsula con escudo térmico reingresará en la atmósfera terrestre para entregar a los científicos este valioso cargamento.
Este proyecto no es el primero de China en lo que a misiones de retorno de muestras se refiere. En 2020, la sonda Chang’e 5 trajo a la Tierra casi dos kilogramos de regolito lunar, convirtiendo a China en el tercer país en lograrlo, tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética. Sin embargo, Tianwen-2 representa la primera incursión china en la recogida de material de un asteroide, un tipo de misión que hasta ahora sólo han culminado Japón, con las sondas Hayabusa y Hayabusa2, y Estados Unidos, con la OSIRIS-REx.
La importancia científica de las muestras de asteroides reside en su carácter primigenio. Estos cuerpos contienen material que apenas ha cambiado desde los albores del Sistema Solar, y pueden ofrecer pistas sobre la formación de los planetas y el origen del agua y los compuestos orgánicos en la Tierra. Por ello, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de Tianwen-2, que podría arrojar nueva luz sobre los procesos dinámicos y geoquímicos que rigen el entorno planetario.
Además, la misión tiene un componente estratégico y tecnológico. El desarrollo de capacidades para interceptar y operar en cuerpos pequeños del Sistema Solar es visto también como un ensayo para futuras operaciones de defensa planetaria y minería espacial, sectores en los que China ya ha mostrado interés explícito.
El programa Tianwen, cuyo nombre se traduce como “Preguntas al Cielo”, fue inaugurado en 2020 con la misión Tianwen-1, que logró colocar un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover en Marte, marcando un hito para la exploración interplanetaria china. Con Tianwen-2, Pekín da un paso más allá, consolidando un programa científico y tecnológico de largo alcance.
Mientras la nave inicia su largo periplo hacia Kamoʻoalewa, los ingenieros y científicos chinos ya miran hacia el futuro: se planean nuevas misiones a cometas, así como un posible regreso de muestras marcianas para la próxima década. La carrera por los recursos y los secretos del Sistema Solar está más activa que nunca, con China jugando un papel cada vez más protagonista en la exploración de los confines del espacio.
(Fuente: SpacePolicyOnline.com)

 
							 
							