China refuerza su constelación Guowang con un nuevo lanzamiento de satélites LEO

El ambicioso programa espacial chino continúa avanzando a pasos agigantados. Este jueves, el gigante asiático llevó a cabo con éxito el lanzamiento de un nuevo grupo de satélites para su megaconstelación Guowang, destinada a ofrecer servicios de comunicaciones globales desde la órbita baja terrestre (LEO, por sus siglas en inglés). Esta tanda representa la cuarta remesa de satélites desplegados para este ambicioso proyecto, aunque las autoridades chinas han mantenido un alto grado de confidencialidad en cuanto a los detalles técnicos y operativos de la misión.
El lanzamiento se realizó desde uno de los centros espaciales más activos del país, aunque no se han proporcionado datos específicos sobre el número de satélites puestos en órbita ni la configuración exacta del cohete utilizado. Tradicionalmente, China recurre a su fiable familia de lanzadores Larga Marcha para este tipo de operaciones, capaces de transportar múltiples cargas útiles a diferentes órbitas. La ausencia de información detallada es una constante en el programa espacial chino, que habitualmente reserva la divulgación de datos sensibles para fases posteriores, una vez asegurada la correcta inserción orbital y la activación de los sistemas a bordo.
Guowang: la respuesta china a Starlink y las megaconstelaciones occidentales
El proyecto Guowang (que puede traducirse como «red nacional» en mandarín) se perfila como la respuesta china a las iniciativas occidentales de megaconstelaciones de satélites, como el Starlink de SpaceX o la red Kuiper de Amazon. El objetivo de la constelación es proporcionar conectividad global de banda ancha, especialmente en zonas remotas o con infraestructuras terrestres deficientes, reforzando no solo el desarrollo tecnológico del país, sino también su soberanía digital y su capacidad de influencia internacional.
Según documentos oficiales y filtraciones a medios especializados, el plan final contemplaría el despliegue de hasta 13.000 satélites en la órbita baja, una cifra similar a la prevista por SpaceX para su constelación Starlink. Se espera que los satélites Guowang operen en frecuencias de banda Ka y Ku, permitiendo altas velocidades de transmisión y baja latencia, características esenciales para aplicaciones que van desde la comunicación civil hasta el control de infraestructuras críticas y servicios de defensa.
El hermetismo informativo y la estrategia de Pekín
A diferencia de SpaceX, cuya estrategia pasa por una comunicación pública constante y detallada —con retransmisiones en directo y datos precisos sobre cada lanzamiento—, la agencia espacial china (CNSA) y las empresas implicadas en Guowang mantienen un estricto control sobre la información. Este secretismo responde, en parte, a motivos de seguridad nacional, pero también a la competencia creciente en el sector espacial, donde China busca consolidarse como potencia tecnológica global.
El escaso nivel de detalle sobre los satélites lanzados este jueves contrasta con la transparencia de otras agencias, como la NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA), que suelen informar puntualmente sobre las características técnicas y los objetivos de cada misión. No obstante, en los últimos años China ha mostrado una mayor apertura, especialmente tras el éxito de misiones emblemáticas como el aterrizaje del rover Zhurong en Marte o el despliegue de la estación espacial Tiangong.
La carrera de las megaconstelaciones: un reto global
El auge de las megaconstelaciones de satélites LEO está transformando el sector espacial. SpaceX lidera actualmente este mercado, con más de 6.000 satélites Starlink en órbita y la ambición de superar los 12.000 en los próximos años. Por su parte, Amazon y su Proyecto Kuiper, la europea OneWeb (ahora Eutelsat OneWeb) y la propia Guowang compiten por una cuota de mercado que promete revolucionar las telecomunicaciones y el acceso a Internet.
En España, la compañía PLD Space trabaja en el desarrollo de lanzadores reutilizables como Miura 1 y Miura 5, con el objetivo de facilitar el acceso a la órbita baja para satélites pequeños y contribuir, desde Europa, a esta nueva era de infraestructuras espaciales. Mientras tanto, Blue Origin, Virgin Galactic y otras firmas privadas apuestan por la diversificación de servicios, desde el turismo espacial hasta la investigación y el transporte de carga.
Implicaciones geopolíticas y tecnológicas
El desarrollo de megaconstelaciones implica no solo retos tecnológicos —como la gestión del tráfico espacial y la mitigación de residuos orbitales—, sino también importantes implicaciones geopolíticas. El control de las redes de comunicación global desde el espacio es un elemento estratégico de primer orden, y la entrada de China en este sector con Guowang refuerza su papel como actor clave en la gobernanza espacial del siglo XXI.
En definitiva, el nuevo lanzamiento de la constelación Guowang subraya la determinación de China por no quedarse atrás en la nueva carrera espacial, marcada por la proliferación de satélites en la órbita baja y la competencia por el dominio de las comunicaciones globales. A medida que se despliegan más satélites y se conocen detalles sobre su funcionamiento, el impacto de Guowang en el ecosistema espacial internacional será cada vez más relevante.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							