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El huracán alcanza vientos sostenidos de 257 km/h y amenaza infraestructuras críticas

El huracán alcanza vientos sostenidos de 257 km/h y amenaza infraestructuras críticas

El lunes por la mañana, un potente huracán escaló a la temida categoría 5 al registrar vientos sostenidos de 160 millas por hora (257 km/h), situándose entre los ciclones tropicales más intensos de la temporada. Este fenómeno atmosférico, que se desplaza con una velocidad e intensidad inusuales, ha encendido las alarmas de las autoridades de protección civil, ingenieros aeroespaciales y responsables de infraestructuras críticas en toda la región afectada.

La llegada de huracanes de esta magnitud supone un importante desafío para las agencias espaciales públicas y privadas, que deben poner en marcha protocolos de emergencia para proteger tanto sus instalaciones terrestres como los activos en órbita baja. La NASA, por ejemplo, suele trasladar sus cohetes y vehículos espaciales al gigantesco Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB, por sus siglas en inglés) del Centro Espacial Kennedy cuando se pronostican vientos de más de 90 km/h. El VAB, construido durante la era Apolo, ha resistido numerosos temporales desde los años 60, aunque los meteorólogos advierten de que el aumento de la frecuencia e intensidad de estos fenómenos pone a prueba incluso las infraestructuras más robustas.

SpaceX, la empresa de Elon Musk, también se ha visto obligada a redoblar medidas de seguridad en sus rampas de lanzamiento situadas en Cabo Cañaveral y en la plataforma Starbase de Boca Chica, Texas. En situaciones similares a la actual, SpaceX suele evacuar al personal no esencial, asegura sus instalaciones y protege tanto los cohetes Falcon 9 como los prototipos de Starship, que son especialmente vulnerables debido a su tamaño y a la complejidad de las operaciones logísticas asociadas. La compañía ha invertido en estructuras móviles de protección y sistemas de anclaje reforzados para evitar daños materiales que puedan retrasar sus ambiciosos calendarios de lanzamientos.

Blue Origin, la firma espacial fundada por Jeff Bezos, ha implementado procedimientos similares en su centro de pruebas en Texas y en su base de lanzamientos en Florida. La experiencia acumulada tras el paso de huracanes anteriores ha impulsado la mejora de los sistemas de alerta temprana y de las estrategias de evacuación y resguardo de hardware sensible, como los motores BE-4 y las cápsulas suborbitales New Shepard.

En el ámbito europeo, la empresa PLD Space —pionera española en el desarrollo de cohetes reutilizables— también sigue de cerca el impacto de fenómenos meteorológicos extremos. Si bien su base de operaciones principal está situada en Elche y su plataforma de lanzamientos en el sur de Europa está menos expuesta a huracanes atlánticos, la creciente internacionalización de sus operaciones obliga a la compañía a adoptar protocolos globales de seguridad y contingencia.

Por su parte, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han intensificado los estudios sobre el impacto de los huracanes en satélites de observación terrestre y en estaciones de seguimiento. Los satélites meteorológicos son esenciales para monitorizar la evolución de tormentas como la actual, proporcionando datos en tiempo real que permiten mejorar los modelos predictivos y coordinar las labores de evacuación y protección de la población civil. Además, el equipo de la Estación Espacial Internacional (ISS) suele captar imágenes espectaculares de estos sistemas desde la órbita, contribuyendo a la comprensión científica de su dinámica y evolución.

En el contexto de la astronomía y la búsqueda de exoplanetas, los huracanes pueden provocar retrasos en campañas de observación terrestre debido a la nubosidad persistente y a las condiciones extremas que impiden el funcionamiento óptimo de grandes telescopios. Por ejemplo, instalaciones como el Observatorio de La Palma o el Very Large Telescope (VLT) en Chile han debido cerrar temporalmente durante episodios de mal tiempo, aplazando tanto la investigación de exoplanetas como la observación de fenómenos estelares.

Virgin Galactic, la compañía especializada en turismo suborbital, también afronta desafíos logísticos y de seguridad ante la amenaza de huracanes. Sus vuelos, programados desde el puerto espacial América en Nuevo México, pueden verse afectados por fenómenos meteorológicos extremos, obligando a la reprogramación de misiones y a la revisión exhaustiva de los procedimientos de seguridad para pasajeros y tripulación.

La intensificación de los huracanes plantea interrogantes sobre la resiliencia de la infraestructura aeroespacial en el contexto del cambio climático. Ingenieros y científicos trabajan conjuntamente para reforzar las instalaciones, mejorar los protocolos de emergencia y adaptar los diseños de cohetes y satélites a condiciones cada vez más exigentes. En última instancia, la capacidad de las agencias espaciales para anticipar, resistir y recuperarse de estos eventos será clave para la continuidad de la exploración espacial y la protección de la sociedad frente a los retos de un planeta en transformación.

(Fuente: Arstechnica)