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Francia impulsa el 5G espacial: CNES financia una pionera demostración en órbita

Francia impulsa el 5G espacial: CNES financia una pionera demostración en órbita

El Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES) ha dado un paso decisivo hacia el futuro de las telecomunicaciones espaciales al adjudicar un contrato de 31 millones de euros a la startup parisina UNIVITY, en colaboración con el gigante de telecomunicaciones TDF. El objetivo de este ambicioso acuerdo es llevar a cabo una demostración en órbita de conectividad 5G habilitada por satélites, una tecnología que podría revolucionar la manera en que el mundo accede a Internet de alta velocidad y baja latencia.

UNIVITY, fundada en 2022 bajo el nombre Constellation Technologies & Operations, se ha propuesto desarrollar una constelación de satélites en muy baja órbita terrestre (VLEO, por sus siglas en inglés). Este tipo de órbita, situada entre los 250 y 450 kilómetros de altitud, permite reducir significativamente el retardo en las comunicaciones, lo que resulta esencial para el despliegue de redes 5G globales y de alto rendimiento. Por su parte, TDF, con décadas de experiencia en la transmisión de datos y medios digitales, aportará su conocimiento en redes terrestres y difusión a gran escala.

El contrato firmado por CNES busca situar a Francia y Europa a la vanguardia de la integración entre redes móviles terrestres y constelaciones satelitales. Hasta ahora, el despliegue de 5G se ha enfrentado a grandes retos en zonas remotas o de difícil acceso, donde la infraestructura terrestre es inviable o demasiado costosa. La solución vía satélite promete cerrar esta brecha, ofreciendo cobertura global y permitiendo que servicios críticos, como la telemedicina, la educación a distancia o la gestión de emergencias, lleguen allí donde antes era imposible.

La iniciativa francesa se suma a una tendencia creciente en el sector espacial internacional. Empresas como SpaceX, con su masiva constelación Starlink, y Blue Origin, que prevé lanzar su propia red satelital, han cambiado para siempre el panorama de las comunicaciones globales. Starlink, que ya cuenta con más de 6.000 satélites en órbita baja terrestre (LEO), proporciona acceso a Internet de banda ancha a miles de usuarios en todo el mundo, aunque todavía no se ha integrado de manera nativa con redes 5G terrestres. Blue Origin, por su parte, sigue desarrollando su proyecto Kuiper, que promete competir directamente en este terreno.

En Europa, startups como la española PLD Space han centrado sus esfuerzos en el lanzamiento de pequeños satélites y vehículos reutilizables, mientras que Virgin Galactic explora el turismo espacial y la experimentación científica en microgravedad. Sin embargo, la apuesta francesa destaca por su enfoque en la convergencia de tecnologías móviles y satelitales de nueva generación, anticipando una era en la que los dispositivos móviles podrán conectarse indistintamente a torres terrestres o a satélites en VLEO según la disponibilidad y la demanda.

A nivel institucional, la NASA y otras agencias espaciales públicas, como la Agencia Espacial Europea (ESA), también han mostrado interés en estos desarrollos. La NASA, tradicionalmente centrada en la exploración y ciencia espacial, ha comenzado a colaborar con empresas privadas para validar tecnologías de comunicación que serán esenciales para futuras misiones a la Luna, Marte y más allá. La ESA, por su parte, ha financiado proyectos piloto que exploran la interoperabilidad entre redes terrestres y espaciales, así como la protección de las constelaciones frente a la creciente amenaza de los desechos orbitales.

El contrato entre CNES, UNIVITY y TDF contempla una fase inicial de demostración tecnológica en órbita, que servirá para validar la viabilidad de la conexión 5G a través de satélites en VLEO. Posteriormente, si los resultados son satisfactorios, se podría escalar el sistema hacia una constelación operativa que dote a Europa de independencia tecnológica en el sector de las comunicaciones globales, reduciendo su dependencia de proveedores extranjeros.

Desde el descubrimiento de exoplanetas hasta el auge de las constelaciones de comunicaciones, el sector espacial vive una nueva edad dorada. Ahora, la integración de las redes 5G y satelitales se perfila como el siguiente gran salto tecnológico, capaz de transformar la economía digital y la vida cotidiana a nivel global. Con esta iniciativa, Francia no solo demuestra su capacidad de innovación, sino que también refuerza el liderazgo europeo en un sector estratégico para la soberanía y la competitividad internacional.

El éxito de este proyecto podría marcar un antes y un después en la democratización del acceso a Internet de alta velocidad, conectando incluso los lugares más recónditos del planeta y abriendo la puerta a nuevas aplicaciones industriales, científicas y sociales. El futuro de las telecomunicaciones pasa por el espacio, y Europa quiere estar en primera línea de esta revolución.

(Fuente: European Spaceflight)