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HEO, la firma australiana que lidera la captura de imágenes de naves en órbita baja, apunta ahora al espacio profundo

HEO, la firma australiana que lidera la captura de imágenes de naves en órbita baja, apunta ahora al espacio profundo

La empresa australiana HEO, reconocida por su avanzado trabajo en la obtención de imágenes de satélites y vehículos espaciales en órbita baja terrestre (LEO, por sus siglas en inglés), ha anunciado su intención de ampliar sus capacidades técnicas para abarcar órbitas más elevadas e incluso regiones más allá de la influencia directa de la gravedad terrestre. Esta ambiciosa expansión posiciona a HEO en la vanguardia de la observación y monitorización espacial, un sector cada vez más estratégico tanto para la seguridad como para el desarrollo industrial y científico en el espacio.

HEO se ha consolidado en los últimos años como una de las principales empresas privadas dedicadas a la prestación de servicios de imagen y seguimiento de objetos en el entorno de la órbita baja. Esta zona, situada entre los 160 y los 2.000 kilómetros de altitud, se ha convertido en el principal “barrio” orbital debido al auge de las megaconstelaciones de satélites como Starlink, de SpaceX, o OneWeb. En este entorno tan congestionado, la monitorización precisa de satélites y basura espacial resulta imprescindible para evitar colisiones y garantizar la operatividad de las infraestructuras espaciales.

La tecnología desarrollada por HEO se basa en el uso de cámaras y sensores ópticos de alta resolución, instalados tanto en tierra como en plataformas espaciales, capaces de captar imágenes detalladas y en tiempo real de objetos en movimiento a gran velocidad. Gracias a algoritmos avanzados de procesamiento de imagen y aprendizaje automático, la compañía puede identificar, rastrear y analizar el estado y la trayectoria de satélites, etapas de cohetes y fragmentos de escombros orbitales.

Sin embargo, la órbita baja es solo el primer escalón en la arquitectura espacial. Órbitas superiores como la geoestacionaria (GEO, a 36.000 km de altitud) acogen satélites de comunicaciones, meteorología y defensa vitales para la sociedad moderna. Estos activos, aunque menos numerosos, resultan mucho más valiosos y difíciles de reemplazar que los de LEO. Además, la lejanía y la exposición al espacio profundo suponen retos técnicos adicionales para su monitorización y protección.

En este contexto, HEO ha anunciado su objetivo de extender su campo de operaciones para incluir la observación de satélites en órbitas medias y geoestacionarias, así como misiones situadas en puntos de Lagrange u órbitas lunares. Para lograrlo, la empresa está invirtiendo en el desarrollo de sensores ópticos aún más sensibles, capaces de funcionar en condiciones de baja luminosidad y con objetivos mucho más distantes. Asimismo, prevé colaborar con agencias espaciales y empresas internacionales para compartir datos y mejorar la cobertura global del “tráfico” espacial.

El interés por la monitorización de órbitas altas no es exclusivo de HEO. La creciente militarización del espacio y la proliferación de misiones comerciales y científicas en el entorno lunar han impulsado una “carrera” por el control del espacio profundo. Agencias como la NASA y la ESA, así como gigantes privados como SpaceX y Blue Origin, están apostando por ampliar la infraestructura de vigilancia y alerta temprana más allá de la órbita baja para proteger tanto satélites críticos como futuras misiones tripuladas y robóticas.

En paralelo, otras empresas emergentes, como PLD Space en España, centran sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos de lanzamiento reutilizables y servicios de acceso flexible al espacio, mientras que compañías como Virgin Galactic exploran el turismo suborbital y la experimentación en microgravedad. La expansión de la actividad humana en distintas capas orbitales y en el espacio profundo exige herramientas cada vez más sofisticadas de observación y gestión del entorno espacial.

Por otro lado, la exploración de exoplanetas y el estudio de asteroides cercanos a la Tierra están generando nuevas demandas para la obtención de imágenes y datos desde múltiples puntos de vista, tanto desde plataformas terrestres como desde satélites en órbitas alejadas. La colaboración entre el sector público y privado es clave en esta nueva etapa de la era espacial, en la que el acceso, control y conocimiento del entorno orbital es esencial para la seguridad y el avance científico.

La apuesta de HEO por ampliar sus capacidades más allá de la órbita baja refleja una tendencia global hacia la observación integral del espacio, un ámbito que será decisivo en la próxima década tanto para la defensa, como para la industria y la investigación. Con la llegada de nuevas tecnologías y alianzas internacionales, el control del “tráfico” espacial y la protección de activos críticos se convierte en una de las grandes prioridades de la comunidad espacial global.

El futuro de la observación y monitorización espacial se perfila como un campo de alta tecnología, colaboración internacional y creciente importancia estratégica, en el que empresas como HEO desempeñarán un papel fundamental para garantizar la seguridad y el desarrollo sostenible en el espacio. (Fuente: SpaceNews)