Landspace avanza hacia la reutilización con una exitosa prueba estática de su cohete Zhuque-3

El sector espacial privado chino ha dado un paso significativo con la exitosa prueba estática de nueve motores del cohete Zhuque-3, desarrollado por la empresa Landspace. Este ensayo, realizado el pasado viernes, marca un hito clave en la carrera de China por dominar la tecnología de lanzadores reutilizables, un terreno donde empresas estadounidenses como SpaceX han impuesto el ritmo durante la última década.
Landspace, fundada en 2015, es una de las start-ups más avanzadas dentro del pujante ecosistema espacial privado chino. Su nuevo vehículo, el Zhuque-3, está diseñado para competir directamente en el mercado global de lanzamientos comerciales, incorporando capacidades de reutilización parciales similares a las del Falcon 9 de SpaceX. La prueba estática realizada consistió en encender simultáneamente los nueve motores de la primera etapa durante varios segundos, validando así la integración de los sistemas de propulsión, control y seguridad del lanzador.
El Zhuque-3 utiliza motores alimentados por metano y oxígeno líquido (methalox), una elección que se ha convertido en tendencia entre las nuevas generaciones de cohetes de todo el mundo. El metano ofrece ventajas técnicas como una mayor eficiencia y menor residuo de carbonilla en los motores, facilitando su reutilización tras cada vuelo. SpaceX fue pionera en esta tecnología con el desarrollo de los motores Raptor para la Starship, mientras Blue Origin también emplea methalox en el motor BE-4 que impulsa su New Glenn y el Vulcan de United Launch Alliance.
China, tradicionalmente más enfocada en lanzadores estatales como los Larga Marcha, está apostando por la colaboración público-privada para acelerar la innovación. Landspace ya hizo historia en julio de 2023 al convertir su Zhuque-2 en el primer cohete de metano que alcanzó la órbita terrestre, adelantándose a SpaceX y Blue Origin, aunque estos cuentan con programas mucho más avanzados en cuanto a reutilización.
El Zhuque-3 se perfila como el primer lanzador chino totalmente reutilizable, con capacidad para aterrizar verticalmente y ser relanzado en cuestión de días, un punto crucial para reducir los costes de acceso al espacio. Según los planes de la compañía, el cohete podrá colocar hasta 20 toneladas en órbita baja (LEO), una capacidad comparable a las primeras versiones del Falcon 9. Para lograr la recuperación, el Zhuque-3 integrará sistemas de control vectorial y patas retráctiles, tecnologías ya probadas con éxito por SpaceX desde 2015.
Esta tendencia hacia la reutilización no es exclusiva de China y Estados Unidos. En Europa, la española PLD Space ha logrado importantes avances con el lanzador MIURA 1, que en octubre de 2023 completó el primer vuelo suborbital de un cohete privado europeo reutilizable. La NASA, por su parte, sigue de cerca estos desarrollos y colabora con empresas privadas mediante programas como el Commercial Lunar Payload Services (CLPS) para reducir costes y acelerar la exploración lunar.
La prueba realizada por Landspace se suma a una serie de hitos recientes que ilustran el auge de la iniciativa privada en el sector espacial global. Blue Origin anunció recientemente avances en la integración de su cohete orbital New Glenn, mientras Virgin Galactic ha completado nuevos vuelos tripulados suborbitales con fines turísticos y científicos. En el ámbito científico, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) siguen cosechando éxitos en la observación de exoplanetas, como demuestra el telescopio espacial James Webb, que ha identificado atmósferas complejas en varios mundos distantes.
El paso dado por Landspace con el ensayo de los nueve motores no solo refuerza su posición en el ecosistema aeroespacial chino, sino que también representa una clara apuesta por la competitividad internacional. Si el Zhuque-3 logra completar su primer vuelo orbital y aterrizaje con éxito, China podría situarse a la vanguardia de la reutilización de lanzadores, una tecnología clave para la economía espacial del futuro.
En definitiva, la carrera por la reutilización y la reducción de costes en los lanzamientos espaciales se intensifica a nivel mundial, con empresas de Estados Unidos, Europa y ahora China compitiendo por liderar una nueva era de acceso frecuente y asequible al espacio. El éxito de Landspace en esta prueba estática señala no solo un avance tecnológico, sino también la consolidación de un nuevo paradigma en la exploración y explotación del espacio.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							