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Los sistemas satelitales revolucionan la defensa: el sector superará los 8.600 millones en 2034

Los sistemas satelitales revolucionan la defensa: el sector superará los 8.600 millones en 2034

El sector de las comunicaciones por satélite vive una auténtica revolución, impulsada por la creciente relevancia de la conectividad en tiempo real para las operaciones de defensa modernas. Un informe publicado en París por Novaspace, consultora de referencia en el análisis del mercado espacial, anticipa que los ingresos comerciales por servicios de satcom en defensa a nivel mundial superarán los 8.600 millones de dólares para el año 2034, marcando un crecimiento sin precedentes en la industria.

La clave de este auge reside en el despliegue de sistemas en órbitas no geoestacionarias, conocidos como NGSO (Non-Geostationary Satellite Orbit), que están transformando radicalmente la forma en que se concibe la conectividad satelital. Tradicionalmente, los sistemas geoestacionarios (GEO) han dominado las comunicaciones militares, pero su latencia y limitaciones de cobertura han abierto paso a soluciones más ágiles y eficientes. Las constelaciones de satélites de órbita baja (LEO) y media (MEO), impulsadas principalmente por empresas privadas como SpaceX (con su red Starlink), OneWeb o Amazon (con el proyecto Kuiper), han demostrado desempeñar un papel fundamental en conflictos recientes, ofreciendo ventajas tácticas y operativas inéditas.

El informe de Novaspace subraya cómo la demanda de conectividad satelital en el ámbito militar ha pasado de ser un elemento de apoyo a convertirse en un recurso absolutamente crítico para el éxito de cualquier operación. La proliferación de vehículos aéreos no tripulados (drones), sistemas autónomos, sensores avanzados y plataformas de mando y control ha disparado la necesidad de trasladar enormes volúmenes de datos de manera instantánea y segura entre unidades desplegadas y centros de decisión.

En este contexto, la guerra en Ucrania ha servido como caso paradigmático del valor estratégico de los sistemas NGSO. SpaceX, con su red Starlink, ha proporcionado a las fuerzas ucranianas una conectividad resistente a interferencias y ataques cibernéticos, permitiendo coordinar operaciones complejas en tiempo real. Este ejemplo ha motivado a numerosos gobiernos y fuerzas armadas a replantearse sus estrategias de comunicaciones y a apostar por soluciones comerciales de última generación, en lugar de depender exclusivamente de satélites militares dedicados, que requieren inversiones mucho más elevadas y plazos de despliegue más largos.

El fenómeno va más allá de los gigantes estadounidenses. En Europa, la española PLD Space ha marcado hitos en el sector con el desarrollo y lanzamiento de cohetes reutilizables, abriendo nuevas posibilidades para la puesta en órbita de pequeños satélites de comunicación y observación, esenciales para misiones de inteligencia y respuesta rápida. Francia y Alemania, por su parte, han anunciado planes para desarrollar sus propias constelaciones de satélites de defensa, mientras que la Agencia Espacial Europea (ESA) colabora en iniciativas destinadas a garantizar la autonomía tecnológica del continente.

No solo las grandes potencias se benefician de esta transformación. Empresas de nueva creación y agencias espaciales de países emergentes están accediendo a capacidades que hasta hace pocos años resultaban impensables, democratizando el acceso a tecnologías avanzadas y elevando el listón de la seguridad y la resiliencia frente a amenazas globales.

El informe de Novaspace también incide en el papel cada vez más relevante de actores privados como Blue Origin, Virgin Galactic o Relativity Space, cuyas tecnologías de lanzamiento y plataformas comerciales están acelerando la disponibilidad de servicios satelitales a precios competitivos. La colaboración público-privada se perfila como la fórmula de éxito, permitiendo a los gobiernos aprovechar la agilidad y capacidad de innovación del sector privado, a la vez que se garantiza el control sobre infraestructuras críticas.

A nivel técnico, el avance de los sistemas de antenas electrónicamente dirigidas, la miniaturización de componentes y la interoperabilidad de redes permiten integrar los sistemas NGSO con infraestructuras terrestres y aéreas, proporcionando una conectividad fluida y segura en entornos hostiles o de difícil acceso. Esta integración es especialmente relevante para operaciones conjuntas y multinacionales, donde la coordinación y el intercambio de información en tiempo real marcan la diferencia.

De cara al futuro, el informe proyecta un crecimiento anual sostenido del mercado, impulsado por la incorporación de inteligencia artificial, criptografía avanzada y capacidades de respuesta automática ante amenazas. Los expertos coinciden en que la frontera de la conectividad satelital seguirá expandiéndose, con aplicaciones que van desde la defensa hasta la gestión de emergencias, la seguridad civil y el desarrollo de infraestructuras críticas.

En definitiva, la irrupción de los sistemas satelitales NGSO está redefiniendo el panorama de la defensa global, consolidando las comunicaciones por satélite como un pilar fundamental de la seguridad y la soberanía en el siglo XXI. La carrera por el dominio del espacio se intensifica, y las próximas décadas estarán marcadas por la innovación y la colaboración entre empresas, agencias y gobiernos de todo el mundo.

(Fuente: SpaceNews)