Luz verde para el despegue: Skyrora obtiene licencia para lanzar el cohete Skylark L desde Escocia

La industria espacial europea suma un nuevo hito con la reciente aprobación, por parte de la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (CAA), de la licencia de lanzamiento otorgada a la empresa escocesa Skyrora. Gracias a este permiso, la compañía podrá llevar a cabo vuelos suborbitales de su cohete Skylark L desde las instalaciones del SaxaVord Spaceport, situadas en las remotas Islas Shetland, al norte de Escocia. Se trata de un paso crucial para el floreciente sector espacial británico, que busca consolidarse como referencia en el acceso al espacio desde suelo europeo tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
El Skylark L es un lanzador suborbital de una única etapa, con una longitud de 11 metros y una capacidad de carga útil de hasta 50 kilogramos, diseñado para alcanzar una altitud máxima de 102 kilómetros. Esta cifra supera por poco la denominada línea de Kármán, convencionalmente reconocida como el límite entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior, situada a 100 kilómetros de altitud. Con este tipo de misiones, Skyrora pretende ofrecer a universidades, centros de investigación y clientes privados la posibilidad de realizar experimentos en condiciones de microgravedad y validar tecnologías en entornos espaciales antes de su integración en satélites o misiones orbitales.
La concesión de la licencia se produce en un contexto de intensa actividad en el sector espacial internacional. Mientras gigantes como SpaceX continúan batiendo récords con el desarrollo y lanzamiento de cohetes reutilizables y la exploración de misiones tripuladas, y Blue Origin avanza en sus proyectos de vuelos suborbitales turísticos y sistemas de aterrizaje lunar, el continente europeo lucha por consolidar su autonomía de acceso al espacio. En España, la empresa PLD Space también se ha sumado a la carrera con el lanzamiento exitoso del Miura 1 y el desarrollo del Miura 5, un lanzador orbital que aspira a posicionar a nuestro país como referente en lanzamientos de pequeños satélites.
SaxaVord Spaceport, el centro desde el que Skyrora llevará a cabo sus lanzamientos, es una de las apuestas más ambiciosas del Reino Unido para atraer inversiones y establecerse como un enclave estratégico en el sector. Su ubicación geográfica resulta especialmente ventajosa para lanzamientos hacia órbitas polares y heliosincrónicas, demandadas por misiones de observación terrestre y constelaciones de satélites de comunicaciones. La instalación está diseñada para acoger lanzamientos tanto suborbitales como orbitales, y se espera que en los próximos años acoja misiones de otros operadores británicos y europeos.
Skyrora, fundada en 2017, ha apostado por el desarrollo de tecnologías propias, incluyendo motores que emplean combustibles más limpios y procesos de fabricación aditiva para la producción de componentes. La empresa ha realizado varios ensayos de motores y pruebas de lanzamiento a pequeña escala, y el Skylark L representa su primer gran salto hacia vuelos suborbitales de mayor envergadura. El objetivo último de la compañía es desarrollar lanzadores orbitales, como el futuro Skyrora XL, con capacidad para colocar satélites en órbita baja terrestre.
La obtención de la licencia por parte de la CAA no ha sido un proceso sencillo. El organismo regulador británico exige el cumplimiento de estrictos requisitos en materia de seguridad, protección ambiental y control de riesgos, siguiendo la senda de otras agencias como la NASA estadounidense o la ESA europea. De hecho, en los últimos años se ha intensificado la colaboración entre organismos reguladores y empresas privadas para garantizar el desarrollo seguro y sostenible del sector espacial, a medida que aumenta el número de lanzamientos y la presencia de satélites en órbita.
Este avance en el Reino Unido se suma a otros hitos recientes en la exploración espacial. En Estados Unidos, SpaceX ha completado vuelos de prueba de su colosal Starship, destinada a misiones lunares y marcianas bajo contrato con la NASA, mientras Blue Origin ultima detalles de sus propuestas para el programa Artemis. Por su parte, Virgin Galactic sigue ofertando vuelos suborbitales turísticos, abriendo el espacio a nuevos perfiles de viajeros. En paralelo, las agencias espaciales siguen desvelando descubrimientos de exoplanetas y desarrollando misiones para el estudio del cosmos, en una era dorada de la exploración científica y tecnológica.
Con la luz verde para el Skylark L, Skyrora se posiciona como una de las empresas emergentes clave en el ecosistema espacial europeo. La experiencia adquirida con este lanzador suborbital permitirá a la compañía perfeccionar tecnologías y procedimientos de cara a futuros retos orbitales. El lanzamiento previsto desde SaxaVord Spaceport no solo será un hito para Escocia y el Reino Unido, sino que también refuerza la apuesta europea por la innovación y la competitividad en el acceso independiente al espacio.
(Fuente: European Spaceflight)

 
							 
							