Radiografía espacial: así se desvela el interior del satélite europeo EURECA tras su misión orbital

El regreso a la Tierra del satélite europeo EURECA, tras casi un año en el espacio, ha permitido a los científicos suizos del laboratorio Empa abrir una nueva ventana al análisis forense de tecnología aeroespacial. Gracias al uso de avanzadas técnicas de imagen por rayos X, los especialistas han podido examinar con detalle el estado interno del satélite, revelando valiosa información sobre los efectos del entorno espacial en los materiales y sistemas de una nave tras una misión completa en órbita terrestre baja.
Un satélite pionero en la experimentación orbital
EURECA (European Retrievable Carrier) fue uno de los proyectos más ambiciosos de la Agencia Espacial Europea (ESA) a principios de los años noventa. Lanzado en agosto de 1992 a bordo del transbordador espacial Atlantis, EURECA tenía como objetivo principal servir de plataforma para experimentos científicos reutilizables en el espacio. El satélite fue puesto en órbita por el astronauta suizo Claude Nicollier, marcando un hito para la participación helvética en la exploración espacial.
Durante once meses, EURECA realizó experimentos en microgravedad y expuso diversos materiales y componentes electrónicos al duro entorno cósmico, incluyendo radiación, vacío y temperaturas extremas. En junio de 1993, la nave fue recuperada de manera impecable por el transbordador Endeavour, lo que permitió regresar a la Tierra un valioso banco de pruebas del comportamiento de la tecnología europea en el espacio.
Análisis forense con tecnología de vanguardia
La singularidad de EURECA radica en que fue uno de los pocos satélites recuperados íntegramente tras una larga estancia en órbita. Esta característica lo convierte en una pieza única para el análisis de los efectos acumulados del espacio en los sistemas y materiales de vuelo. Ahora, más de tres décadas después de su retorno, los expertos de Empa han realizado un estudio exhaustivo utilizando técnicas de imagen no destructiva —concretamente, tomografía computarizada por rayos X— para desentrañar el estado de los componentes internos sin necesidad de desmontar ni dañar el satélite.
El proceso de escaneo ha permitido visualizar con alta resolución el interior de los módulos científicos, los sistemas eléctricos y la estructura portante. Los resultados están permitiendo identificar microfisuras, corrosión, desplazamiento de piezas o degradación de aislantes, datos clave para comprender hasta qué punto la exposición a la radiación espacial y los ciclos térmicos extremos afectan a la tecnología aeroespacial. Este tipo de análisis es fundamental de cara al diseño de futuras misiones, especialmente ante el auge de la reutilización de componentes y la proliferación de constelaciones de satélites en órbita baja.
El contexto internacional: reutilización y análisis post-vuelo
La recuperación y análisis de satélites no es una práctica habitual, ya que en la mayoría de los casos los vehículos quedan en órbita o se destruyen en la atmósfera. Sin embargo, la tendencia hacia la reutilización, abanderada por empresas como SpaceX y Blue Origin, ha reavivado el interés en los estudios post-vuelo de hardware espacial. SpaceX, por ejemplo, ha convertido la recuperación y reutilización de etapas de cohetes en parte esencial de su modelo de negocio, permitiendo el análisis detallado de los efectos del vuelo en los componentes críticos.
En el ámbito de los satélites, la posibilidad de recuperar vehículos completos sigue siendo excepcional, pero los datos obtenidos del análisis de EURECA pueden extrapolarse a nuevos programas europeos como los de PLD Space, que recientemente logró el primer vuelo exitoso de su cohete Miura 1 recuperable. A nivel mundial, la NASA continúa aplicando exhaustivos protocolos de inspección a los componentes de las cápsulas Dragon y Starliner tras su retorno de la Estación Espacial Internacional, mientras que Virgin Galactic y Blue Origin recopilan datos de desgaste y fatiga en sus vehículos suborbitales tras cada vuelo turístico.
Aplicaciones futuras y exploración de exoplanetas
El aprendizaje derivado de misiones como EURECA va más allá de la simple ingeniería, ya que aporta información fundamental para el desarrollo de tecnologías destinadas a la exploración de largo alcance, como las sondas interplanetarias o los telescopios para el estudio de exoplanetas. La durabilidad de los materiales y la fiabilidad de los sistemas electrónicos son retos esenciales en misiones como las del telescopio James Webb o los futuros satélites de observación exoplanetaria de la ESA y la NASA.
En definitiva, el estudio forense de EURECA, a través de las más modernas técnicas de imagen por rayos X, contribuye de manera decisiva al avance del conocimiento sobre la supervivencia tecnológica en el espacio, sentando las bases para una nueva generación de vehículos más robustos y preparados para afrontar las exigencias de la exploración espacial del siglo XXI.
(Fuente: SpaceDaily)
