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Reino Unido impulsa la primera soldadura robótica espacial con el proyecto ISPARK

Reino Unido impulsa la primera soldadura robótica espacial con el proyecto ISPARK

El Reino Unido da un paso decisivo hacia la autonomía tecnológica en el espacio gracias al desarrollo de la primera capacidad nacional de soldadura robótica en órbita. Un equipo de investigadores de la Universidad de Leicester encabeza el proyecto ISPARK (Intelligent SPace Arc welding Robotic Kit), una iniciativa pionera financiada en parte por la Agencia Espacial del Reino Unido a través de su National Space Innovation Programme. Con una inversión total de 560.000 libras —de las que 485.000 proceden directamente de fondos públicos—, ISPARK aspira a revolucionar la fabricación y el montaje de estructuras espaciales.

Hasta la fecha, la construcción de satélites, telescopios o módulos espaciales se realiza íntegramente en la Tierra, donde se ensamblan y preparan para soportar las extremas condiciones del lanzamiento y el espacio exterior. Sin embargo, esta limitación impone importantes barreras técnicas y de costes: los componentes deben resistir vibraciones, variaciones térmicas y cargas que inflan tanto el peso como el presupuesto de las misiones. La posibilidad de ensamblar, reparar o modificar estructuras directamente en el espacio abre un nuevo horizonte para la exploración, el despliegue de grandes telescopios o la creación de infraestructuras orbitales.

El proyecto ISPARK busca dotar a la industria espacial británica de una tecnología clave: la capacidad de realizar soldaduras automatizadas mediante robots en microgravedad y vacío. El desarrollo de este kit robótico inteligente implica superar retos técnicos significativos, ya que la soldadura por arco —una técnica común en la fabricación terrestre— debe adaptarse a la ausencia de gravedad, la falta de atmósfera y la necesidad de operar de forma autónoma o semiautónoma.

La soldadura espacial no es un concepto nuevo. En la década de los 60, la NASA y la agencia soviética Roscosmos realizaron experimentos con técnicas de soldadura en el vacío, utilizando astronautas y equipos específicos. Sin embargo, la automatización robótica y la inteligencia artificial abren ahora la puerta a soluciones escalables y seguras, con aplicaciones que van desde la reparación de satélites hasta la ensambladura de grandes estructuras, como colectores solares o hábitats para misiones a la Luna y Marte.

El desarrollo del ISPARK se enmarca en una tendencia global por avanzar en la manufactura in-situ y el mantenimiento orbital. Empresas como SpaceX y Blue Origin han manifestado su interés en tecnologías de ensamblaje y reparación en órbita, especialmente de cara a la construcción de estaciones espaciales comerciales o misiones de larga duración. La NASA, por su parte, ha invertido en proyectos como Archinaut, de Made In Space, que explora la impresión 3D y el ensamblaje robótico en órbita baja terrestre. Incluso el sector privado español, con PLD Space a la cabeza, sigue con atención estas innovaciones, pues podrían facilitar el despliegue de constelaciones de satélites o infraestructuras de soporte.

El ISPARK destaca por su enfoque en la inteligencia artificial y la precisión robótica. Se prevé que el kit integre sensores avanzados y algoritmos de control capaces de monitorizar en tiempo real el proceso de soldadura, ajustando parámetros y detectando posibles anomalías. Esto resulta esencial para garantizar la calidad de las uniones en un entorno donde la intervención humana directa es limitada o imposible.

Además de sus aplicaciones industriales, la soldadura robótica en el espacio podría ser clave en futuras misiones de exploración planetaria. Por ejemplo, la construcción de bases lunares o estaciones en la órbita de Marte requerirá ensamblar componentes enviados desde la Tierra o fabricados in-situ con recursos locales. El dominio de esta tecnología permitiría reducir el coste y la complejidad de estas misiones, así como responder con rapidez a posibles daños o necesidades de ampliación.

El compromiso de la Agencia Espacial del Reino Unido con el ISPARK refuerza la estrategia nacional de posicionarse como uno de los actores principales en el nuevo ecosistema espacial, donde la colaboración público-privada y la innovación tecnológica serán esenciales. A medio plazo, se espera que los prototipos desarrollados en Leicester sean probados en condiciones de microgravedad, ya sea en cámaras especializadas o mediante experimentos a bordo de vuelos parabólicos.

En un contexto internacional marcado por el auge de los lanzamientos comerciales y la proliferación de satélites, el avance del ISPARK coloca al Reino Unido en una posición ventajosa para liderar la manufactura avanzada en el espacio. Esta tecnología no solo permitirá optimizar costes y expandir capacidades, sino que también podría ofrecer nuevos servicios, como la reparación de satélites obsoletos o la gestión de residuos espaciales.

Con iniciativas como ISPARK, la próxima generación de infraestructuras espaciales podría dejar de ser ensamblada exclusivamente en la Tierra, abriendo la puerta a una era de construcción y mantenimiento directamente en el espacio, con todo el potencial que ello implica para la exploración y la industria.

(Fuente: SpaceDaily)